GP de Alemania: Hockenheim, lo que se viene y lo que ya no está.

GP de Alemania: Hockenheim, lo que se viene y lo que ya no está.

El próximo domingo, la Fórmula 1 visitará el GP de Alemania  a disputarse en el circuito de Hockenheim, allí, en ese circuito cuyos cimientos reposan en la región metropolitana de Rhein-Neckar, los que saben, dicen que en la leca de la curva 13 quedó desperdiciada la moral de Sebastian Vettel, cuando al gozar de los beneficios de correr en el patio de su casa, tiró a la basura una victoria  asegurada.

 

 

El trazado alemán se creó en 1932, constituido por  largas rectas, unidas por dos curvones capaces de cortar  la respiración al más corajudo.

Los indomables  Auto Unión sumados a  los díscolos  Mercedes Benz , forjaron allí sus leyendas, con nombres como el de Rudolf Caracciola, Tazio Nuvolari y Hans Stuck (Padre), que al vencer  en cada oportunidad  el GP alemán, llenaban  el ambiente de cierto misticismo, definitivamente  para estar ahí se necesitaba coraje y valor.

En ese mítico trazado,  en los albores de la década del 1930, algunos  hombres buscaban diferenciarse de los simples mortales, construyendo y desarrollando vehículos capaces de alcanzar velocidades punta de más de 265 km/h.

Fueron ellos, quienes bautizaron el circuito  con el fuego sagrado de la pasión, fueron los primeros gladiadores de una legión que buscará desde ese entonces y hasta el día de hoy un mismo propósito, diferenciarse de sus pares a la mayor velocidad en el menor tiempo posible.

En un hospital de Mainz (Alemania) en medio de bombardeos, llantos y desolación, fruto  de una segunda Guerra mundial que golpeaba con una furia desgarradora, un 18 de abril de 1942, abrirá los ojos un recién nacido con rasgos de boxeador pero dotes de orfebre, sus abuelos, quienes adoptarán al niño con un amor incondicional, lo bautizaran Karl Jochen Rindt.

 

 

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Getty Images,  Rindt, Hockenheim 1970

 

 

Con el tiempo, Rindt, irá adoptando una postura inquebrantable ante su pasado, jurando que jamás  habrá nada suyo en tierras “Germanas”, era tal la obstinación de negar cualquier vinculo con las raíces que lo dejaron huérfano, que la nacionalidad austríaca será su pasaporte de presentación en las fronteras del mundo.

Segundo día de agosto de 1970, la Fórmula 1 disputa la 8va fecha de la temporada,  se dispone dada la peligrosidad del circuito de Nurburgring, el remplazo  de un nuevo trazado de 6.789 metros, bautizado con el nombre de Hockenheim.

Allí, este joven de 28 años, pasará triunfante por la línea de meta alzando ambos brazos en pos de una victoria que lo posiciona como un futuro campeón mundial, así, se inauguró oficialmente el nuevo trazado, con el hijo “Bastardo” alemán.

Ese piloto , contabilizará así el último triunfo de su vida, un mes después, en las pruebas de clasificación con miras al GP de Italia a disputarse en el circuito de  Monza, Jochen Rindt perderá la vida en un accidente brutal, si, ese destino sarcástico le dio todo lo que Jochen había querido y por lo que había luchado, el titulo de campeón mundial de Fórmula 1, pero se lo dio cuando ni siquiera lo pudo disfrutar, no conforme con eso, encarnizado con el aura del  joven piloto austriaco, el destino lo vinculó de una manera tediosa a una estadística burlona, su último triunfo, si reposa en Alemania.

Dos años antes, 7 de abril de 1968, mismo escenario Hockenheim, en una competencia de Fórmula 2 sin demasiada importancia, un joven dos veces campeón mundial compite simplemente por hacerle caso a su patrón, la genialidad de Colin Chapman no debe discutirse  y su pupilo lo sabe.

Promediando la competencia y por circunstancias que hasta el día de hoy se desconocen, el virtuoso Jim Clark perdió el control de su Lotus y sus restos fueron encontrados cerca de los múltiples árboles que rodeaban la pista. El trazado  alemán se estaba forjando fama de ser un circuito dificultoso, no solo por las características de su diseño, sino también porque los vencedores  de cada edición fueron de los talentos más sobresalientes.

De Jochen Rindt a Lewis Hamilton, 21 pilotos obtuvieron el prestigioso placer de llamarse vencedores en una de las pistas más tradicionales del calendario.

Nombrar algunos de los vencedores, produce escalofríos hasta el día de hoy: Niki Lauda, Mario Andretti, Nelson Piquet, Nigel Mansell, Ayrton Senna, Alain Prost, Michael Schumacher, Fernando Alonso, Sebastian Vettel y Nico Rosberg  entre otros.

Quizás, por que la situación lo amerita, no debemos dar por finalizado nuestro resumen de tan importante GP, sin antes abocarnos a un episodio que hasta el día de hoy, niega con todas sus fuerzas ser archivado por el peso de la historia.

Patrick Depailler, era un chico nacido en una fantástica tierra deportiva, Clemont Ferrand, cuenta la leyenda que luego de una parada rutinaria de casi dos minutos, se le hizo una seña para que salga a pista nuevamente y el Alfa Romeo se alejó con sus 12 cilindros bramando al unísono, los jóvenes 35 años de Patrick estaban marcados por un feliz noviazgo y el potencial de su Alfa  prometía inmensas victorias, eran las 11:40 de la mañana del viernes  1ero de Agosto de 1980, nadie lo volvió a ver con vida jamás.

 

 

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Getty Images, Depailler, Hockenheim 1980

 

 

Depailler , se despistó en el último curvon de Hockenheim, el mismo sector del que Patrick comentaba:

 

 

“Si uno se despista acá, hay que tener muchísima suerte de quedar ileso”.

 

 

En Francia, aseguran que con Depailler, se mató el último Romántico.

Sí, Hockenheim se estaba forjando fama de ser un trazado dificultoso.