Berger: “Vettel nunca reaccionó bien bajo presión”

Berger: “Vettel nunca reaccionó bien bajo presión”

Quien fuera icono en los ’80 y ’90 analizó el desempeño del cuádruple campeón en su debut con Aston Martín. Berger sostiene que la presión que se impuso el alemán para recuperar su antigua gloria y el factor psicológico explicarían su bajo nivel.  

 

 

 

 

En declaraciones al podcast “In the fast lane”, Gerghard Berger analizó el debut de Sebastian Vettel con Aston Martin. Lejos de criticarlo, intentó comprender las causas que lo llevaron al desafío de recuperar su fuego sagrado en una escudería que está por debajo del nivel que supo ofrecerle Red Bull o Ferrari.

 

 

“Sebastián es cuatro veces campeón del mundo, así que es uno de los pilotos más destacados, sin duda”, aclara el austriaco. “Pero nunca reaccionó bien bajo presión. Cuando Daniel Ricciardo llegó a Red Bull él era muy fuerte y presionó a Sebastian. Fue difícil para él sobrellevarlo. En Ferrari fue lo mismo”, disparó Berger.

 

 

El actual jefe del DTM afirma que la presión es su talón de Aquiles. Sostiene que el teutón muestra sus mejores cartas cuando es líder del equipo y no cuando su posición es amenazada por el segundo piloto o es obligado a jugar en función de la escudería.

 

 

Vettel se lleva por delante a Ocon en Sakhir. El incidente fue un mojón más en el derrotero del alemán. Foto Getty

 

 

 

“Simplemente siento que cuando lo miras, ves que no está libre. No está lo suficientemente relajado. Trata de demostrar cosas que, en este momento, no son posibles porque el auto no es lo suficientemente bueno o su propia forma no lo es”, reflexiona.

 

 

 

Berger no habla por que sí. Sabe lo que dice. Sus caminos se cruzaron solo una vez en la Fórmula Uno y eso bastó para conocer la mente de uno de los grandes campeones del siglo XXI.

 

Fue en 2007 cuando arribó, a mitad de temporada, a Toro Rosso. El austriaco era copropietario y Team Manager; el alemán una joven promesa que sorprendió al Gran Circo con un octavo puesto en Indianápolis (había reemplazado a Robert Kubica en BMW Sauber luego del grave accidente que sufriera en Montreal). En el campamento de Red Bull sabían que el novato era una gran promesa y le abrieron las puertas del equipo satélite para que empezara a moldearse. Un año después ganaba con autoridad en Monza luego de dominar todo el fin de semana. A finales de aquel 2008 Berger dejaría el equipo para dedicarse a los negocios, Vettel pasaba a Red Bull y empezaba a escribir su página de gloria. Nunca más volverían a estar juntos bajo un mismo techo.

 

 

Berger y Vettel celebran la victoria con Toro Rosso en Monza 2008 . El austriaco fue su primer Team Manager. Foto F1

 

 

El austriaco cree que el alemán debe serenarse y analizar todo el contexto que rodea su desempeño (tanto en el traumático final con Ferrari como la nueva etapa en Aston Martín). Cuando estás en esta situación necesitas sentarte, dar un paso atrás y decir: bueno, tómatelo con calma y el éxito volverá”.

 

Sostiene que Lance Stroll está un paso adelante en Aston Martín. Descarta el hecho que su padre sea el dueño de la escudería. En su percepción influye poco: “Si eres más lento que tu compañero de equipo, y tu compañero de equipo también es el dueño de la escudería, las cosas quizás cambien más allí. ¿Pero no es lo mismo en todas partes? Si eres más lento que tu compañero de equipo, los equipos naturalmente se concentrarán más”.

 

 

“Lance no está haciendo un mal trabajo en absoluto. Se está desempeñando. Lo único, en este momento, es que creo que está luchando con la parte trasera del auto. El coche no se ve tan bien”, señala.

 

 

Berger conoce como nadie lo que es sobrevivir en la F1. Supo dominar la presión, asumir el liderazgo de un equipo y ser un efectivo escudero de un piloto fuerte. Su temple y nervios de acero lo llevó a lo más alto del podio en diez ocasiones y ser un animador de la Máxima Categoría sobre el final de los años románticos entre fines de los ’80 y los ’90.

 

En dos ocasiones tomó la lanza de Ferrari cuando escaseaban los éxitos en Maranello. Dos de esas victorias fueron emblemáticas y alimentó su prestigio: la emotiva Monza ’88 cuando se cumplía un mes de la muerte de Enzo Ferrari y Hockenheim ’95 cuando cortó una racha de cuatro años sin victorias rojas. En McLaren supo cuidarle las espaldas a Ayrton Senna entre 1990 y 1992. Y lidiar, en el final de su carrera, con un Benetton que estaba lejos de ser el bólido invencible con el que Michael Schumacher comenzó a escribir su leyenda (aún así logró conquistar su última victoria y un par de buenas actuaciones).

 

Sin mencionar su nutrido legajo en Formula Uno, hace referencia a su experiencia y lo traduce en un consejo encubierto: “Eso es algo con lo que tienes que lidiar. Si eres un deportista a este nivel, tienes que lidiar con compañeros fuertes”.

 

Vettel escucha atentamente a uno de sus ingenieros mientras Stroll pasa por detrás. El canadiense fue más rápido y eficaz en Bahrein. Foto Getty

 

 

Vuelve a remarcar que esta desdibujada versión de Vettel es una cuestión psicológica. Según él, su origen radica en sentirse superado por sus últimos compañeros (Charles Leclerc en Ferrari y ahora Stroll). “Al final del día es más psicológico. Es una situación incómoda cuando estás en un equipo y tu compañero es más rápido”.

 

A esta última reflexión suma el factor más importante: “El auto no está funcionando de la manera que se esperaba”. Simple y directo. La mirada de un viejo general de mil batallas.