Leclerc y Sainz colocaron a La Rossa en el quinto y sexto lugar de la grilla. Los mecánicos de Ferrari recuperaron el auto de Sainz que sufrió severos daños en FP3.
De no ser por la irrupción de Pierre Gasly y su Alpha Tauri, Maranello se hubiera transformado en la mancha roja en los retrovisores de Max Verstappen y los Mercedes. Sin embargo, el quinto y sexto lugar de Charles Leclerc y Carlos Sainz, respectivamente, dejan en buena posición a Ferrari con miras al Gran Premio de los Países Bajos.
El monegasco no quedó conforme con el rendimiento de su máquina en Q3. Un aumento de la carga aerodinámica en el alerón delantero, durante el desarrollo de la tercera Qualy, pudo ser el factor determinante que lo privara del cuarto cajón de la grilla de partida.
“No debería haber cambiado…”, declaró Leclerc a Sky Sports luego de la ronda clasificatoria.
“¡Perdí la parte trasera, ayyy! En el final fue demasiado sobreviraje, la vuelta estaba ahí de todos modos. Fue una buena vuelta considerando el sobreviraje del auto”, comentó.
Se lamenta la oportunidad que dejó pasar para largar desde la segunda fila: “Era posible, lástima. Pedí, tal vez, demasiada carga de ala en el último tramo de Q3. El primer intento sentí un poco de subviraje, pero siempre debería haber ido a la pista con un poco de subviraje”.
La nota de la jornada en Zandvoort lo dio Carlos Sainz. En el inicio del último ensayo libre, perdió el control del auto en la tercera curva y se estrelló contra las contenciones. La Ferrari terminó con serios daños en el tren delantero y la parte posterior.
Los mecánicos de Maranello pusieron manos a la obra para realizar el milagro del día: recuperar el auto y tenerlo listo para la Qualy. “No sé cómo los mecánicos lograron arreglar el auto a tiempo”, dijo a la prensa un sorprendido Sainz.
“Si hoy salí a la pista, solo los mecánicos hicieron un trabajo increíble”, destacó el español la tarea titánica para devolverlo a pista.
El sexto puesto alcanzado se debió, pura y exclusivamente, por el trabajo a destajo en boxes. Y Sainz no perdió oportunidad de agradecerlo públicamente: “La máquina llegó después de casi 25 minutos, solo faltaba una hora y media antes de tener que salir del garaje para la calificación. Con una hora y 35 minutos no sé cómo lograron ponerlo en su lugar. Hice dos intentos en la Q1, lo que me permitió recuperar algo de confianza. La Q1 fue un momento muy tenso, pero al final lo logramos y tengo que agradecerles”.