El inicio de la era turbo en la Fórmula Uno

El inicio de la era turbo en la Fórmula Uno

EL RENAULT Y SU TETERA AMARILLA.

 

 

A comienzos de los años 70, un proyecto en el que pocos confiaban termino transformando la fórmula uno. Y las veces que se rompían los motores del Renault RS01 llevaron a Ken Tyrrell a apodarlo :

La tetera amarilla“.

Todo empezó cuando Jean Rédelé (fundador de Alpine) fichó, en 1967, a un ingeniero de 28 años llamado Bernard Dudot.

El objetivo era experimentar en sobrealimentar un pequeño motor para elevar la potencia. Sabían que no eran pioneros, en eso de meter aire a presión dentro de un cilindro para incrementar sus caballos. Por eso, Dudot se fue a California, donde los preparadores ya tenían experiencia con este tipo de tecnologías. Volvió con la valija llena de ideas y muchas ganas de ponerse a trabajar.

 

 

(Photo by LAT Images)
Director de Lotus, Peter Warr, le da la mano a Gerard Larousse de Renault. Bernanrd Dudot ( motorista Renault) y el diseñador de Lotus, Gerard Ducarouge, observan

 

 

 

 

 

Antes del viaje (en 1973) sus primeros experimentos habían sido con el pequeño motor de un R16. Quedará para la historia que aquellas primeras pruebas se llevaron a cabo en una cocina de la sede de Alpine, ya que, según afirmó después Dudot, “El motor necesitaba inmensas cantidades de agua para refrigerarse”. La cosa no iba a ser fácil ni rápida. El motor se puso en un F3 pero los problemas para el desarrollo de esta tecnología eran soberbios. Pero después de la definitiva absorción de Alpine y Gordini por parte de Renault, el proyecto de Dudot no solo no lo pararon, sino que se marcó un nuevo objetivo: había que conseguir un motor turbo para competir en Le Mans y dado que el reglamento de la F1 por aquel entonces lo permitía, se podría intentar también en la categoría reina.

Así nació el motor conocido como ‘Le Fantome’ (El fantasma) con denominación interna A500 que era un 1,5 litros de cilindrada sobrealimentado por una turbina. Y fue en el Circuito del Jarama, en el GP de España de 1976, donde se hizo el primer test. El elegido para conducirlo fue el perfeccionista Jean Pierre Jabouille, un hombre capaz de transmitir con precisión todo aquello que los ingenieros necesitaban.

El balance tras la prueba no fue muy esperanzador. El nuevo motor turbo tenía un comportamiento tan errático que hacía que el auto fuera inmanejable. Y que pasaba para que no se pudiera manejar?? Era que de los 130 CV que tenía se pasaban de golpe en 520 CV cuando la turbina se enganchaba y encima tardaba entre cuatro o cinco largos segundos para que se vinieran todos juntos.

 

 

 

 

Sutton Motorsport Images
Jean Pierre Jaboullie, Reanult RS01. Se retiró de la carrera en la vta 24 con motor quemado. Gran Premio de Italia, Monza. 1977/ Sutton Motorsport Images

 

 

Bien como fuere , allá por 1977 estuvo listo el primer monoplaza de F1 equipado con turbo y fue bautizado como RS01. Jabouille debutó el 14 de julio en el GP de Gran Bretaña. Abandonó en sus cuatro primeras carreras, en otras nueve al año siguiente, hubo otros 20 abandonos más en 1980, por eso el bueno de Ken le puso lo de “La tetera”.

 

 

Tardaron dos temporadas en cosechar resultados, pero al final consiguieron 15 victorias entre 1977 y 1983. Nueve de ellas fueron para Alain Prost, René Arnoux se llevó otras cuatro y Jean Pierre Jabouille, el pionero, consiguió la primera y la cuarta. Fue así como las posibilidades de esta nueva tecnología quedaron más que claras y las victorias que consiguió el equipo francés, empezando por el GP de su país en 1979, (aquel en el que Villenueve y Arnoux nos regalaron una de las mejores maniobras jamás vistas). Lo cierto fue cambiaron la historia. Al final, los motores turbo fueron los grandes dominadores de la F1 durante los 80, con potencias que llegaron a los 1.200 CV con 1.500 CC hasta que se prohibieron.