Desde Monza 2019 que el monegasco no subía a lo más alto del podio, el mismo tiempo que Ferrari no ofrendaba una victoria a los Tifosi. “Era una gran oportunidad para nosotros”, señaló.
Pasaron 924 días cuando una Ferrari cruzaba la meta en primer lugar. La última victoria fue nada menos en Monza, el último bastión de velocidad pura y la meca de los Tifosi que añoran ver triunfar al Cavallino. El último piloto que llevó a Maranello a lo más alto del podio es el mismo que pulverizó la sequía: Charles Leclerc.
“Estoy muy contento, los últimos dos años han sido increíblemente difíciles para el equipo”, comentó el monegasco aún con las pulsaciones a mil. Su fin de semana fue perfecto. Ni siquiera el trompo que tuvo en la primera sesión de ensayos del viernes alteró las expectativas.
“Sabíamos que esto sería una gran oportunidad para nosotros, los muchachos -señala- hicieron un trabajo increíble entregándonos este fantástico auto. Empezamos de la mejor manera posible, con pole, victoria, vuelta rápida y un doblete con Carlos. Gracias a toda la afición que no ha dejado de apoyar nosotros en estos dos años difíciles, es increíble estar de vuelta en la cima”.
Si no era Leclerc podría haber sido Carlos Sainz, su compañero de equipo. Pero el vencedor siempre estuvo entre dos y tres décimas por delante del español. Sakhir es un trazado que siempre le cayó bien y, al momento de hacer los pronósticos tras los ensayos del viernes, no quedaban dudas que el candidato número uno era él.
La victoria no fue monótona. Se construyó desde el instante que se apagó el semáforo. Leclerc movió bien pero daba la sensación que el motor tomó potencia un segundo después del arranque. Max Verstappen, que también tuvo una buena partida, intuyó una oportunidad. Sin embargo, cuando el motor Ferrari tomó ritmo, el F1-75 fue inalcanzable en la primera curva.
Muchas carreras, en los últimos 20 años de la Fórmula Uno, se ganaron en la largada. Pero esta, en particular, comenzó a definirse entre la vuelta 17 y 19. Cuando Leclerc y Verstappen nos regalaron el primer duelo del año.
“En la batalla con Max -comenta el monegasco- traté de ser lo más inteligente posible y explotar a los DRS de la mejor manera, tratando de encontrarme inmediatamente detrás de él, y funcionó”. Esos tres giros, nacidos de un overcut fallido del campeón del mundo, debería enseñarse en las escuelas de pilotos. Ataque y defensa… contraataque y resistencia. Max atacaba por adentro en el final de la recta y Charles no oponía resistencia para devolverle el golpe en la curva 4 -segunda zona de DRS-. Así fue en la 17… se repitió en la 18… y en la 19 Leclerc se aprovechó de la excesiva agresividad de Verstappen cuando este se pasó en el frenado de la curva 1. Fue entonces que la Ferrari aceleró a fondo para quitarle un segundo de diferencia al Red Bull y anular un cuarto ataque.
En la rueda de prensa admitió a la cadena DAZN que debió actuar con frialdad: “He tenido que ser inteligente para usar el DRS en la curva 4”.
Ni siquiera alteró el plan de carrera el Safety Car por el incendio del AlphaTauri de Pierre Gasly. “No lo hubiera querido, pero he podido reiniciar bien y eso me ha dado margen para gestionar la carrera hasta el final”. Aunque no lo reconozca, tanto él como el equipo Red Bull, ese coche de seguridad sentenció la carrera. Después del relanzamiento, saltaron los problemas mecánicos para los coches de Milton Keynes. La victoria estaba asegurada, el Mercedes de Lewis Hamilton, heredero del tercer lugar, no representaba una amenaza.
“Estamos todos contentos”, se emociona Leclerc en referencia al fin de semana que tuvo su familia. Su hermano menor, Arthur, finalizó segundo en la prueba de F3 que se desarrolló en la mañana del domingo.
Pasaron 924 días desde Monza 2019. En el medio ocurrió el catastrófico 2020, las especulaciones de una purga en Maranello, la presión por alcanzar los objetivos en 2021… Dos series de pretemporada, tres ensayos libres, una clasificación y 57 vueltas en Bahrein necesitó Charles Leclerc para quitarle a Ferrari una carga pesada de la espalda. Y a Mattia Binotto en particular.