El asturiano explicó en rueda de prensa la falta de reactividad observada en Sakhir.

 

 

Uno de los aspectos más destacados que ha dejado la primera cita del año disputada en el Circuito Internacional de Bahrein, cuyo ganador fue el monegasco Charles Leclerc seguido por su ‘coequiper’ Carlos Sainz, ambos con Ferrari, ha sido la evidente lentitud exhibida por los nuevos monoplazas, principalmente en los retomes posteriores a los sectores de baja velocidad como el caso de la curva 1.

 

Las razones de esta particularidad pueden ser variadas, pues, debe tenerse en cuenta que el combustible que utiliza el motor de combustión interna ha pasado a tener una composición porcentual distinta con la finalidad de hacerlo más sustentable, elevando el contenido de etanol para esta temporada de 5% a 10% del total de la mezcla carburante, algo que puede estar provocando una esperable pérdida de octanaje y, por ende, merma en el rendimiento.

 

 

 

 

 

Otro punto no menor puede relacionarse al aumento del peso total de los nuevos autos que ha subido en 2022 alrededor de 50 kg, algo que, sumado a lo anteriormente mencionado sobre el combustible, tiene notorias consecuencias en la ‘performance’ general del vehículo.

 

Consultado en rueda de prensa sobre este fenómeno, el bicampeón mundial Fernando Alonso brindó detalles sobre las sensaciones que ha vivido a bordo de su coche:

 

“Es como si el año pasado en lugar de poner 100 kilos para la carrera, pones 160 kilos, sientes como si todo fuera en cámara lenta, quizás por televisión también se percibe. Nosotros hicimos la exhibición con el R25 hace dos años en Abu Dhabi y ese coche es 200 kilos más ligero, así que en televisión parecía muy reactivo y avispado. Supongo que cuanto más pesados son los coches, menos sensación de velocidad dará por televisión”, comentó.

 

 

 

 

 

 

 

Alonso, que más allá de no tener una buena carrera inaugural ha logrado marcar puntos para su equipo Alpine, destacó que el aumento del peso de los coches no solo tiene que ver con nuevos elementos que se han sumado la UP, sino además, con la adición de refuerzos en la cápsula de supervivencia que protege al piloto:

 

 

“Quizás esa es la consecuencia de estos autos, que al mismo tiempo son muy seguros, la parte del cockpit se ha reforzado mucho tras el accidente de Grosjean aquí en Bahrein y también los motores, que ahora tienen combustibles más sostenibles. Es igual para todos y supongo que es cuestión de acostumbrarse. Quizás tras ocho o nueve meses no nos acordemos de la última generación de coches”, finalizó.