El ex jefe de Mercedes está sorprendido por la decadente actualidad de ‘la máxima’ en su país, algo que va a contramano a lo que sucede en el resto del mundo.
El interés de la afición alemana por la F1 ha llegado, según expertos, a un piso preocupante que difícilmente pueda revertirse, al menos, a corto plazo. Esto puede evidenciarse fácilmente comparando la cantidad y calidad de los pilotos teutones que actualmente integran la parrilla de ´la máxima’ con los que lo hacían hace una, dos y hasta tres décadas atrás, formando parte de equipos con serias pretensiones dentro del Gran Circo que les aseguraba, en el peor de los casos, pelear por victorias mano a mano en varios circuitos del calendario.
Norbert Haug, ex vicepresidente de Mercedes y máximo responsable de la asociación con McLaren en la F1 durante la segunda parte de la década del ‘90 donde, de la mano del finlandés Mikka Hakkinen, obtuvo junto al equipo con sede en Woking el bicampeonato mundial de pilotos de 1998 y 1999, se refirió con dureza en una entrevista con la emisora alemana RND al desinterés de los aficionados bávaros por la categoría estrella del automovilismo:
“En Alemania, la Fórmula 1 se ha convertido en una tragedia de la que todo aficionado al automovilismo debería avergonzarse. Entre 1994 y 2016 hubo campeones del mundo como una cadena de montaje: siete títulos para Michael Schumacher, cuatro títulos consecutivos para Sebastian Vettel y, finalmente, Nico Rosberg en 2016”, disparó.
Stefano Domenicalli, actual CEO de la F1 ya había expresado en enero pasado su pesar por la ausencia de Alemania dentro de la temporada, manifestándose “decepcionado y triste” al no poderse observar ningún interés real de recuperar la carrera anual, sin embargo, apostó a que eso cambie en el futuro, aunque con un panorama bastante desalentador en el corto plazo.
Este aspecto no menor de la realidad alemana frente a la F1 que significa la discontinuidad que existe en poseer un Gran Premio de casa que se consolide dentro del calendario anual de competencias puede atribuirse a que, según analistas económicos especializados, la organización de la carrera local ha arrojado cuantiosas pérdidas en sus últimas ediciones y, además, se ha contado con poca ayuda estatal para equilibrar las cuentas. Vale recordar, que en los últimos 8 años solo se disputó en tres ocasiones (2016, 2018 y 2019), algo impensado en un pasado no muy lejano. Ante esto, Haug, antecesor del austriaco Toto Wolff como jefe de Mercedes tras la compra en 2009 del equipo Brawn GP y que en la actualidad se desempeña como comentarista deportivo, fue terminante:
“Durante una década, a finales de los 90 y principios de los 2000, hubo dos carreras de F1 en Alemania, frente a 100.000 espectadores. En la cadena de TV RTL, 12 millones de personas veían las carreras en lugar de los 3 millones actuales. En 2010 había siete pilotos alemanes en la parrilla. Hoy, Nico Hülkenberg todavía tiene, en el mejor de los casos, un equipo de segunda, y Mick Schumacher es un reemplazo prometedor, pero al menos en el equipo correcto”, concluyó.