Michael Andretti rompió el silencio tras el anuncio del acuerdo con General Motors. “Queremos competir y correr contra los mejores del mundo”, subrayó.
“Uso a los detractores como motivación. Siempre es divertido callarlos”. Michael Andretti pisó fuerte en la Fórmula Uno aun sin estar dentro de la categoría. Su nombre está impactando más en 2023 que en su efímero paso como piloto de McLaren hace 30 años. Dueño de equipo y hombre de negocios, busca ampliar su organización a la meca del automovilismo mundial y nos son pocas las voces que se alzaron contra su intención de ser el equipo número once de la parrilla en 2025 o 2026.
A través de su compañía Andretti Globlal, que centra sus inversiones entre ellos su equipo de competición, el ex campeón de IndyCar quiere expandirse a nuevos horizontes: la Fórmula Uno y NASCAR. La principal categoría del automovilismo norteamericano es un proyecto que podría ver la luz en un par de años. Sin embrago, toda la prioridad y el esfuerzo está dirigido a la Máxima Categoría. Hubo un intento en 2021 cuando ofertó por el 51 por ciento de Sauber pero la negociación cayó a último momento. Ahora, enfoca su visión en una estructura propia, formada desde cero, con el respaldo de General Motors (GM). La avanzada de Andretti causó, en primera instancia, recelo y luego resistencia en la mayoría de las escuderías.
“Todo se trata de dinero”, señaló Andretti a la revista Forbes. “Primero, piensan que van a diluirse una décima parte del dinero del premio, pero también se vuelven muy codiciosos al pensar que también nos llevaremos a todos los patrocinadores estadounidenses”, apuntó.
“Se trata de la codicia y de mirarse a sí mismos y no mirar lo que es mejor para el crecimiento general de la serie”, insiste sobre la negativa de algunos jefes de equipo.
No es casual que la primera entrevista de Andretti, tras el anuncio del acuerdo con GM, sea para una publicación especializada en negocios. La concepción que tienen los norteamericanos sobre el deporte y la evolución corporativa de la Fórmula Uno (de ser una actividad deportiva en los años cincuenta a generadora de ingresos multimillonarios desde los años ochenta), ven en el proyecto de Andretti una decisión equiparable a un movimiento bursátil de alto impacto en Wall Street.
Comentó que hacía tiempo venía trabajando en un acuerdo con GM y que la declaración del presidente de la FIA, Mohammed Ben Sulayen, en su cuenta de Twitter, apoyando a los interesados que deseen ingresar al Gran Circo, fue la señal que necesitaban para hacer el anuncio. “Una vez que hacen una expresión de interés, entonces estamos en competencia con otros equipos, y estamos en camino porque eso significa que haremos un equipo adicional. Estábamos muy, muy emocionados cuando vimos eso. Todo se combinó muy bien”, comentó Andretti.
“Marcamos todas las casillas. La única casilla que no habíamos marcado cuando estábamos trabajando en nuestra entrada fue que no teníamos un OEM [fabricante de equipamiento original, sus siglas en inglés] detrás de nosotros, pero ahora tenemos a GM y Cadillac detrás de nosotros. Van a aportar mucho a la fiesta para ayudarnos a poner un auto de carreras en la pista. Somos muy optimistas en este momento”, confió.
Asegura que todavía queda mucho camino por recorrer. Y que Andretti Cadillac (como se llamará el equipo) seguirá todos los trámites que sean requeridos para llegar a la parrilla. “Estamos en una buena posición para ello”, subrayó.
El hijo mayor del legendario Mario Andretti hace frente a las críticas. Afirma que no está sorprendido y que los dueños de equipos “se cuidan a sí mismos”. “No es lo mejor para la serie. Esa es la diferencia entre la posición del presidente Ben Sulayem y la posición del propietario del equipo. El presidente de FIA está mirando hacia el futuro del deporte”, remarcó.
Agradece el respaldo del titular del ente rector y la predisposición del CEO de la categoría Stefano Domenicali. También, destacó el apoyo de su amigo Zak Brown. El director ejecutivo de McLaren Racing se convirtió en su hombre de consulta ante cada movimiento en su camino a la F1. “Me da consejos y está ahí para ayudar. Nos ayudamos mutuamente. Lo he estado ayudando mucho cuando llegó a las carreras de IndyCar. Es una amistad que funciona en ambos sentidos”, detalla.
El otro puente con el que está agradecido es Alpine. Laurent Rossi, presidente de la marca francesa, fue el primer referente de la categoría que le dio el beneplácito y ofreció colaboración a Andretti Autosport cuando deslizó, a principios del año pasado, su interés de ingresar a la Fórmula Uno.
Este primer apoyo generó suspicacias. Un informe de BBC, emitido el fin de semana pasado, sugirió que el ingreso de Cadillac (marca que representará a GM) es solo para colocarle su nombre al motor, apuntando que el impulsor sería Renault. Andretti desmintió los rumores y defendió a sus socios: “Cadillac estará muy involucrado en la fabricación del auto”. “Si entramos en 2025 todavía no habrá un motor nuevo, por lo que tendríamos que ir con una fórmula que se usa ahora. Pero en 2026 hay varias cosas que podemos hacer con otro fabricante de motores. No sería un motor con insignia, porque habría propiedad intelectual de Cadillac en ese motor, por lo que no es un motor con insignia”, refutó.
La aventura de Michael Andretti recién comienza. O en realidad empezó desde el momento que intentó comprar Sauber. Desde ese instante, el proyecto Andretti no dejó de estar en los debates dentro de la Fórmula Uno. Andretti Cadillac tiene una meta y es el propio Michael que lo anticipa: “Queremos ser uno de los mejores equipos en la Fórmula Uno. Nuestro objetivo final es competir por el Campeonato Mundial dentro de cinco o seis años”.
No será la primera vez que él mismo se ponga una vara muy alta. En IndyCar creó una estructura para quebrar la hegemonía de Roger Penske y Chip Ganassi. Su equipo logró cuatro campeonatos y cinco Indy500. Además, con el Andretti Autosport, Danica Patrick logró la única victoria de una mujer en la serie.
“Queremos competir y correr contra los mejores del mundo. No estamos subestimando eso. Será un proceso de construcción largo, pero tenemos un buen plan para eventualmente llegar allí”, sostiene a Forbes. Andretti no es solo un dueño de equipo, también un hombre de negocios. Y en ambos rubros, desde 2003, cuando irrumpió con su propia organización, está acompañado por el éxito.