El holandés reconoció que no fue sencillo quedarse con la victoria en Monte Carlo. El dilema de los neumáticos y la lluvia le impusieron un enorme reto.
Max Verstappen (Red Bull) ganó el Gran Premio de Mónaco pese a que Fernando Alonso (Aston Martin) intentó arrastrarlo a un juego de estrategias. El líder del campeonato largó con neumáticos medios y el español se jugó por los duros apostando a un overcut que nunca llegó.
La lluvia, en la segunda parte de la carrera, tiró por la borda todos los planes. La única opción para los pilotos era cuidar posiciones y evitar el aquaplaning para no terminar contra el guardarraíl.
“Fue bastante difícil porque inicialmente estábamos con neumáticos medios y Fernando con duros. No queríamos ir tanto tiempo. La lluvia estaba llegando, y no sabíamos realmente lo que estaba pasando”, declaró Verstappen a la televisión.
El líder del campeonato explicó que sus gomas “se estaban desgastando y luego tomó algunas vueltas para pasar esa fase y el ritmo se aceleró un poco”. “Aún así fue muy difícil de conducir. Luego empezó a llover vuelta a vuelta, y entonces tuvimos que hacer la llamada para pasar al intermedio”.
Comentó que el piso estaba resbaladizo y no quiso presionar para estirar la diferencia con Alonso: “Recorté las paredes varias veces, fue muy difícil, ¡pero eso es Mónaco!”.
Antes de entrar a boxes, el piso le jugó una mala pasada en Portier. Mientras intentaba girar el auto se deslizó y tocó levemente las defensas. “Bloqueé las traseras y luego no pude salir, luego traté de controlarlo con un poco de deriva, pero la pared en una forma impidió que se deslizara aún más”.
El holandés se mostró contento por la victoria y la forma que lo consiguió. En la lucha por retener la corona, le sacó 39 puntos de ventaja a su compañero Sergio Pérez. El mexicano pagó muy caro el choque en la Q1 que lo dejó sin oportunidades en el Principado.