El holandés arrolló en la casa de Red Bull y obtuvo su victoria número 42. Es el quinto piloto más ganador de la historia de la F1. Leclerc, Sainz y las actualizaciones del SF-23 revivieron a Ferrari.
Max Verstappen no da el brazo a torcer. Y menos en la cuna de Red Bull: Austria. El holandés obtuvo en Spielberg su séptima victoria de la temporada en un Gran Premio plagado de penalizaciones y banderas negra y blanca por los cuestionados límites de pista en el mítico Österreichring.
El líder del campeonato partió sin problemas seguido de cerca por las Ferrari de Charles Leclerc y Carlos Sainz. Más atrás, Lewis Hamilton buscó sorprender a Lando Norris, como lo había hecho con Fernando Alonso en Canadá, pero el de McLaren se defendió muy bien del embate del Mercedes y protegió la cuarta posición.
En el ingreso a la curva 4, Yuki Tsunoda se llevó por delante a Esteban Ocon. El ala delantera del AlphaTauri se despedazó al tocar la rueda trasera derecha del Alpine del francés. La carrera se neutralizó con Safety Car para que los comisarios pudieran retirar de la pista los fragmentos de fibra de carbono del coche del japonés.
Con la orden de reinicio en la segunda vuelta, Verstappen madrugó a Leclerc en la curva nueve y se desprendió fácilmente de su perseguidor antes de cruzar la línea de meta. Un giro más tarde tenía un segundo de ventaja con respecto al monegasco.
Sin embargo, en esos primeros tramos de carrera, Leclerc no sería protagonista como cazador sino como presa. Sainz tenía mejor ritmo que su compañero y lo tenía a tiro de DRS. La superioridad del español era evidente pero, increíblemente, el Pit Wall le ordenó “no atacar por el momento”.
La inexplicable estrategia le traería un innecesario dolor de cabeza a él y a Maranello. Nico Hülkenberg detuvo su Haas en la colina de la curva 3 por problemas de potencia. Dirección de Carrera optó por un Virtual Safety Car. Los oficiales demoraron en tomar la decisión y tanto Verstappen como las dos Ferraris no pudieron ingresar a boxes para aprovechar la parada gratis. Las Rossa sufrirían las vacilaciones de la FIA.
En la siguiente vuelta, y bajo bandera verde, fueron llamados Leclerc y Sainz. Los mecánicos se demoraron con el monegasco y afectó la detención de Sainz que debió aguardar en el pit line. Para colmo, hubo problemas con el neumático delantero izquierdo del español que retrasó más la parada. Ferrari, que en las últimas carreras había mejorado en sus estrategias y en la eficiencia de las detenciones, regresaba a sus viejos vicios.
Con Sainz devuelto a pista, comenzaba una nueva carrera para el español y la Scuderia. Con neumáticos frios rebasaba a Norris por la quinta posición, y en una maniobra tijera en la curva 4 dejaría atrás a Hamilton por el cuarto lugar.
El atractivo de la carrera no fue el paso arrollador de Verstappen, ni la recuperación de Sainz, ni el soprendente trabajo de Norris con el McLaren. La atención estaba en los mensajes de Torre de Control. En total hubo ocho penalizaciones por violar los límites de pista: Lewis Hamilton (Mercedes), Yuki Tsunoda (AlphaTauri), Carlos Sainz (Ferrari), Kevin Magnussen (Haas), Logan Sargeant (Williams), Alex Albon (Williams) y Pierre Gasly (Alpine, dos veces). La pantalla que contabilizaba las vueltas en infracción colapsaba de nombres y los veedores de FIA, en el centro de monitoreo en Ginebra, tuvieron mucho trabajo para revisar y confirmar las faltas.
Pero el lado deportivo del Gran Premio pudo desplazar un poco el protagonismo que ganó la oleada de advertencias y penalizaciones. Principalmente en los últimos diez giros.
Tras el último reacomodamiento, después de la tercera tanda masiva de detenciones, no estaba definido el tercer escalón del podio. Verstappen y Leclerc tenían asegurado la primera y segunda posición, restaba saber quién los acompañaría. Con los tiempos de vuelta sobre la mesa había dos candidatos: Carlos Sainz y Sergio Pérez.
El español, que se ubicaba tercero en el último tercio de carrera, mantuvo una feroz pelea con el mexicano que remontó desde la decimoquinta posición. Entre la vuelta 57 y 60 tuvieron una áspera lucha. Con la Ferrari, que está un paso detrás del Red Bull y en un circuirto veloz como el austriaco, Sainz se defendió muy bien de Pérez que tenía DRS a favor. Incluso, le devolvió en tres ocasiones la jugada con un contraataque cuando lo estaba rebasando. Finalmente, Checo, le ganó el tercer lugar en la vuelta 60.
Con la carrera definida, solo restaba la bandera a cuadros. Pero Verstappen, que no puede dominar su instinto avasallador, pidió al box cambio de neumáticos para buscar la vuelta rápida -o sea, el punto extra-. Christian Horner dio la autorización, el equipo le calzó gomas blandas y el holandés hizo record en la última vuelta.
Max Verstappen subió al escalón más alto del podio. Lo siguió Charles Leclerc con una Ferrari que mejoró con el nuevo paquete aerodinámico. Junto con el tercer puesto de Sainz en la Sprint, Maranello comienza a borrar la imagen de “coches solo para clasificación” que venían arrastrando desde el año pasado. Y en tercero llegó un Checo Pérez que remontó nuevamente desde el fondo y con la presión de correr en la casa de Red Bull.
No solo festejaron Milton Keynes y Maranello. Woking celebró el quinto lugar de Lando Norris como un triunfo. El McLaren del británico tuvo un excelente ritmo dentro de sus limitaciones y contuvo a un Lewis Hamilton quién no podía controlar a su Mercedes y su propia desesperación -a tal punto que Toto Wolff tuvo que calmarlo dos veces por radio-.
El campeonato sigue bajo el dominio absoluto de Verstappen con una ventaja de 81 puntos sobre Pérez. Siete victorias del holandés sobre dos del mexicano. Además, sumando las dos carreras Sprint, subió a los diez podios de la temporada. Y para coronar el día en el Red Bull Ring, logró su victoria número 42 convirtiéndose en el quinto más ganador de la historia de la Fórmula Uno. ¿A quién desplazó? Nada menos que a Ayrton Senna y sus legendarios 41 triunfos. Precisamente, el próximo 7 de noviembre, se cumplen 30 años de la última victoria del brasileño –Adelaida, 1993-. Max Verstappen se afianza en el campeonato y en la historia.