El holandés volvió al triunfo después del abandono en Australia. Pérez segundo logrando el tercer 1-2 del año para Red Bull. Sainz tercero en un paso arrollador que puso en un dilema a Ferrari.
La Fórmula Uno retomó su justo orden. Al menos eso creen en Red Bull. Max Verstappen volvió a la senda de la victoria después del abandono en Australia. Y para que la fiesta sea completa en Suzuka, donde el equipo juega de local por ser la casa de Honda, redondeó el fin de semana perfecto con el segundo puesto de Sergio Pérez.
Los de Milton Keynes hicieron doblete por tercera vez en la temporada. Pero no acapararon toda la atención. Carlos Sainz (Ferrari), que está en su mejor momento, volvió a subir al podio en una carrera donde estuvo imparable y forzó a Frédéric Vasseur a inclinar la balanza sobre él en vez de Charles Leclerc.
La carrera comenzó accidentada. Si bien la largada fue limpia con Verstappen ganándole la salida a Pérez, el caos se generaría en la curva 3. Daniel Ricciardo se abrió hacia la derecha para evitar el contacto con Lance Stroll (Aston Martin) que le estaba ganando el interno, pero el australiano no advirtió que venía Alex Albon. La rueda trasera derecha del RB tocó al Williams y ambos terminaron contra las barreras.
Los comisarios neutralizaron la carrera con bandera roja para retirar los coches y reparar las defensas. Esto permitió a los equipos a reformular las estrategias con los neumáticos.
Mercedes jugó una apuesta fuerte. Lewis Hamilton y George Russell, que calzaban medios, pasaron a gomas duras para extender la primera detención. Mientras que las Ferrari cambiaron sus neumáticos medios nuevos (con apenas un giro de desgaste) por otro juego de medios. Otro que también apostó fue Yuki Tsunoda. El japonés, que buscaba su mejor actuación frente a su gente, cambió sus medios nuevos de una vuelta por suaves usados.
El relanzamiento fue un calco de la primera largada. Verstappen volvió a ganarle la salida a un Pérez que poco podía hacer para desafiarlo. Lando Norris, con uñas y dientes, se aferraba a la tercera posición del acoso de Sainz. Fernando Alonso quiso sorprender a su compatriota, pero la diferencia de ritmo llevó al asturiano a concentrarse en mantener la quinta posición.
Checo intentó presionar al holandés, pero el líder del campeonato volvió a ser el escurridizo Max que solo necesita las dos primeras vueltas para quebrar el DRS de su perseguidor. El mexicano entendió que no podría con él cuando, en la sexta vuelta, se pasó en Degner y el piso de su RB20 rozó el pianito. Desde ese instante, Pérez debía conformarse con el segundo lugar.
El podio de Suzuka estaba casi completo antes que se cumplieran diez vueltas. Solo faltaba definir el tercer escalón. Se aguardaba una lucha de estrategias entre McLaren, Ferrari y Mercedes. Pero antes del tercio de carrera comenzó a decantarse a favor de Sainz. Los neumáticos duros de los Mercedes tuvieron una rápida degradación. Los McLaren no tenían ritmo para contener a sus rivales (especialmente Norris que intentaba escapar del español). Y Charles Leclerc no podía seguir los pasos de su compañero.
El monegasco extendió su primera parada más de lo esperado. A toda costa quería mantener la esperanza de alcanzar el podio. Pero ocupaba una P2 virtual que era de Pérez (que ya tenía un pit stop) y éste comenzó a presionarlo. En la desesperación por escapar se pasó en la curva 9 y mordió la tierra. No tuvo más remedio que ir al box. Pirelli pronosticaba una ventana de 11 a 17 vueltas con neumáticos medios, Leclerc giró 25 con ese compuesto.
El desenlace de la carrera comenzó a partir de la segunda tanda de boxes. Sainz se encargó de pulverizar las estrategias de sus rivales. Mientras los Red Bull dominaban la carrera a su antojo, el español comenzó el Smooth Operator Show. Con neumáticos duros y una Ferrari endemoniada, comenzó una faena por el tercer escalón.
Por delante tenía a Hamilton, Russell, Norris y Leclerc. Fuera de la lista quedaron Pérez y Verstappen que estaban en otro planeta. A Hamilton lo pasó sin dificultad y el box de Mercedes le limpió el camino cuando lo llamó a Russell. Salió a la caza del McLaren descontando entre un segundo y segundo y medio por vuelta. Ni siquiera el despiste de Logan Sargeant (Williams), entre las curvas 8 y 9, alteraron los planes del español. En el giro 43 le arrebató el cuarto lugar a su mejor amigo.
“Me queda uno por delante”, lanzó Sainz por radio. Ese uno era su compañero. Ferrari tenía que decidir: orden de equipo a favor del madrileño o mostrar al mundo, como en Monza, que el favorito de Vasseur es Leclerc. “No pierdas tiempo con Sainz, la carrera es con Norris”, recibió como orden el monegasco. Una vuelta después, en plena recta, con su compañero pegado a la cola, Leclerc se abrió para darle paso. El podio estaba definido.
Aun quedaba algo de acción en Japón. Fernando Alonso resistía heroicamente en la sexta posición. Con el débil Aston Martin contenía al McLaren de Oscar Piastri y éste a George Russell. El asturiano, viejo zorro de mil batallas, empleó la táctica que le dio a Sainz la victoria el año pasado en Singapur: darle DRS a su perseguidor para que este se defienda. El trencito Alonso-Piastri-Russell se quebró a cuatro vueltas del final cuando el británico se lanzó por el interno en la chicana. Los autos se tocaron obligando al australiano a cortar la curva, pero no perdió la posición (recién ocurriría en la última vuelta). Los comisarios abrieron una investigación para determinar si Russell forzó la salida de Piastri, pero fue descartada.
Max Verstappen regresó a la victoria después del domingo negro en Melbourne. El segundo puesto de Sergio Pérez ratificó el dominio de Red Bull en todo el fin de semana, algo que se esperaba en la previa. Carlos Sainz puso a Ferrari como el único equipo que puede acercarse, aunque no mucho, a los RB20.
El podio de Suzuka fue un cúmulo de estadísticas. Es el cuarto 1-2 consecutivo de la temporada (tres de Red Bull y una de Ferrari). Tercera vez en el año que Verstappen y Pérez suben a los escalones más altos. Cuarto podio consecutivo para Ferrari (tres para Sainz y uno para Leclerc). Y el dato que no escapó a los aficionados: Sainz hizo podio en las tres carreras que disputó (teniendo en cuenta que no pudo hecerlo en Jeddah). Red Bull domina. ¿Sainz es el único que puede con ellos? Habrá que esperar la respuesta en la próxima cita en Shangai.