El español se accidentó en PL3 y quedó eliminado en Q1. Aseguró que solo quiere terminar la carrera y pensar en Mónaco.
Fernando Alonso quedó eliminado en la Q1 y partirá desde el penúltimo lugar de la parrilla del Gran Premio de Emilia-Romagna en el circuito de Imola. Las consecuencias del accidente en el entrenamiento, previo a la Qualy, se tradujo en la inestabilidad del Aston Martin.
Pese a que el equipo reparó el auto, Alonso perdió la puesta a punto y debió lidiar el primer corte clasificatorio con un coche inestable. Incluso, volvió a despistarse en los últimos intentos por sobrevivir.
“No era fácil conducir hoy, te faltan las prácticas de esta mañana y las vueltas. Hemos decidido poner gasolina para toda la Q1 y hacer varias paradas. Cuando puse el tiempo en la tabla creo que era la primera vuelta y tenía muchísima gasolina”, explicó el español a la cadena DAZN F1.
“Y ahora, al final que pusimos el último juego y podía tirar, me dijeron que parase porque veían algo en el coche, no me dijeron que era pero habría sido suficiente para pasar a la Q2”, agregó.
La desilusión del asturiano se vio reflejado en el tono de sus declaraciones en el corral de prensa: “No espero nada, acabar la carrera, irme a casa y pensar en Mónaco. Este es el segundo circuito más difícil de adelantar”.
Dijo que “Singapur es más fácil de adelantar que en Imola”, al que calificó como una carrera “donde se van a ver muy pocos o ningún adelantamiento”.
Este domingo, Alonso no podrá desafiar las estimaciones del simulador. El accidente en PL3 y la eliminación en Q1 dio por tierra un fin de semana donde Aston Martin trajo actualizaciones para no perder el tren de los equipos de punta. “Saliendo desde la última fila va a ser difícil. Es uno de esos fines de semana donde sale todo al revés y hay que aceptarlo también”, concluyó el español.