Cuando a mediados del año pasado hablé con Jhon Della Penna para coordinar una entrevista, sentí una rara sensación, al terminar la conversación y recopilando lo hablado, me di cuenta que él sabia más de mi que yo de él, esa humildad y sencillez tan característica en Della Penna quien se interesaba en la historia de todas las personas por igual, me hizo sentir una gran admiración por ese hombre que sin pedirle nada a nadie viajó hacia lejanas tierras en pos de conseguir su sueño Americano.