Cuando al amante del automovilismo le pregunten si recuerda cuál, según su opinión, fue el fin de semana más triste que vivió la fórmula 1, seguramente a su mente brotará el recuerdo del GP de San Marino, disputado en Imola en el año 1994.
Cuando al amante del automovilismo le pregunten si recuerda cuál, según su opinión, fue el fin de semana más triste que vivió la fórmula 1, seguramente a su mente brotará el recuerdo del GP de San Marino, disputado en Imola en el año 1994.