Ascari, sinónimo de velocidad, un apellido que recuerda una época gloriosa de las competencias automovilísticas.
Alberto Ascari, significa velocidad, talento y coraje, en una época donde las carreras automovilísticas tenían mucho de romanticismo, y donde quienes participaban formaban parte de quizás la última generación de los “Gladiadores”, aquellos que con sus bólidos lanzados a más de 270Km/h con motores adelante, luchaban de manera sobrehumana para enganchar los rebajes casi con desesperación , aquellos que no tenían en sus monoplazas DRS, Control de tracción o Kers, sino solo tenían un par de muñecas y el resto lo ponían con mucho “Huevo”,recordar hoy en día las grilla de esas competencias causa escalofríos. Fangio, Farina, Gonzalez, Villoresi, Faglioli, Moss, Hawthron , Collins, Musso, Castelloti , De portago y entre ellos Ascari.
Alberto tenía quizá un condimento extra que los previamente nombrados no tenían, Los genes, genéticamente Alberto la sangre por la velocidad le corría por las venas desde muy temprana edad, ya que acompañaba a su padre Antonio, cuando éste a bordo de un Alfa Romeo cosechaba victorias por toda Europa.
Cuando el pequeño Alberto contaba tan solo con 8 primaveras, entendió con dureza que eso que tanto amaba , podía causarle mucho dolor, al presenciar la perdida de su padre en el gran Premio de Francia de 1926.
Una década después, la escuderías de motocicletas Bianchi, se apoya en el prestigioso apellido de Alberto y le ofrece un lugar en su escudería, duraría cuatro años, ya que tentado por un amigo de la familia llamado Enzo Ferrari, quien le ofreció un Spyder 815 de su creación para competir en las prestigiosas Mille Miglia de 1940.
Cuando la Segunda Guerra Mundial finaliza, los pilotos son ya veteranos con ansias de volver sobre las pistas.
En 1950 se crea la Fórmula 1 internacional, contando con 8 pruebas por toda Europa, el año 1950 no fue lo mejor para la escudería Ferrari ya que con un motor menos potente 1500 cm contra los 2000 de Alfa Romeo poco podía hacer contra su par Italiana la escuderia cosecho dos segundos puestos, Mónaco e Italia gracias a la “Muñeca” de Ascari, al año siguiente 1951 poco pudo hacer contra un Fangio imbatible, pero fueron los años siguientes donde mostró todo lo que podía hacer arriba de un monoplaza, conquistando los campeonatos del mundo de 1952 y 1953 , los únicos campeonatos que cuenta Italia en la Fórmula 1 hasta el día de hoy.
El 26 de mayo, al igual que el día del fallecimiento de su padre, perdía la vida Alberto Ascari, competía para Lancia. Desde 1954 había puesto fin a su relación con Ferrari, su desvinculación se debía a un acuerdo económico, ya que, según el propio Alberto comentaba, en Lancia cobraba un sueldo que Ferrari no estaba en condiciones de igualar.
El año no comenzó de la mejor manera para Ascari. Abandonó en Argentina a causa de un accidente, la siguiente fecha fue en Mónaco y allí volvió a protagonizar otro accidente tratando de descontar ventaja al Mercedes de Moss. Alberto no acertó la trayectoria correcta en la Nouvelle Chicane y cayó al mar. Fue rescatado sin grandes consecuencias por los buzos un minuto después.
Pasaron solo cuatro días cuando Ciccio, como era conocido, decidió repentinamente viajar a Monza, donde su compañero y amigo Eugenio Castellotti estaba probando un deportivo Ferrari. Si bien Ascari solo fue a observar, para sorpresa de todos aceptó ponerse al volante ante la invitación de Eugenio. Recorrería tan solo tres giros y en la sucesión de izquierda derecha que hoy se conoce como variante Ascari, Alberto, el hijo predilecto de Italia, dueño de ese apellido tan querido por todos los italianos, perdía la vida. Si bien fue una tragedia, aun hoy las causas del accidente son un enigma. Alberto era terriblemente supersticioso, jamás corría sin su casco azul, que ese día no portaba. Además se dan una serie de coincidencias entre su muerte y la de su padre, excelente corredor de automóviles fallecido el 2 de julio de 1926, que llaman poderosamente la atención.
Ambos fallecieron cuatro días después de un grave accidente, ambos un día 26 y ambos a la edad de 36 años. Íntimamente, Ascari intuía que perdería la vida siendo joven porque, según sus propias declaraciones, trataba a sus hijos con dureza para que sufrieran menos por su muerte.
El piloto más querido de Italia y el único hasta el día de hoy que le dio dos campeonatos del mundo, murió camino al hospital en los brazos de su amigo Villoresi.