Como las personas, los equipos de F1 también tienen su genealogía. Repasaremos la historia de seis equipos actuales que se reconvirtieron en varias ocasiones. Primera entrega: Red Bull.
Con el paso del tiempo todo va evolucionando. En cualquier ámbito. Lo que hoy conocemos tuvo un nacimiento. Hablamos de un origen y posteriormente un desarrollo antes de convertirse en lo que vemos en la actualidad. La Fórmula Uno no es la excepción .
En la actualidad casi todos los equipos, salvo los tres con mayor tradición (Ferrari, McLaren y Williams) más Hass, pasaron por un proceso de metamorfosis hasta alcanzar en lo que son hoy. Sobrevivieron a las transformaciones y están vigentes; otros, en cambio, con estos movimientos, retrasaron su lenta agonía hasta desaparecer.
Corría el año 1997 y el tres veces campeón Jackie Stewart debutaba en Melbourne como dueño de equipo. En la pista giraba el monoplaza Stewart SF01, el primer coche de su escudería.
El HSBC Malaysia Stewart Ford fue el resultado de un sueño en común que tenían Jackie y su hijo Paul (que tuvo su propio equipo en las antiguas F3 y F3000). Los Stewart no compraron una estructura que estuviera en apuros, lo hicieron de cero. Los buenos contactos comerciales, que sir Jackie acumuló por años, allanó el camino al emprendimiento familiar. Además de contar con el patrocinio de uno de los bancos más importantes del mundo, Ford se convirtió en una de las patas más sólidas para el financiamiento.
Rubens Barrichello y Jan Magnussen fueron sus primeros pilotos. Si bien el equipo corrió tres temporadas, Jackie, sin darse cuenta, plantó una semilla que nunca imaginó hasta dónde llegaría. El Stewart GP pagó el derecho de piso en su primer año. El brasileño mitigó la dura temporada, que acumuló 25 abandonos entre los dos pilotos, con un segundo puesto en Mónaco. En 1998 no cambió el panorama con la diferencia que no hubo podios ni puntos.
En el tercer año dio un salto inesperado: cuarto en Constructores. En varias carreras Barrichello se ubicó entre los seis primeros (que antiguamente eran los que sumaban puntos) y los abandonos se redujeron a la mitad. Sin embargo, el premio mayor no fue para el brasileño. Su compañero, Jonhy Herbert, dio el batacazo con la victoria en el Gran Premio de Europa. El primer y único triunfo del equipo ocurrió en un escenario muy significativo para su Team Manager: Nüburgring. Si bien no era en el mítico Nordschleife, al que llamó “El infierno verde” y del que se graduó como Ringmeister emulando a su héroe Juan Manuel Fangio, la hazaña del equipo acrecentó más su figura como leyenda de la Fórmula Uno.
A fines de 1999 los Stewart vendieron la escudería a Ford. Al igual que Wolksvagen, que ingresará a la Máxima Categoría a través de Audi, los norteamericanos desembarcaron para potenciar una de las marcas del grupo: Jaguar.
Pero el proyecto no caminó como se esperaba. En cinco años de vida lo más sobresaliente fue contar con el asesoramiento de Niki Lauda (ocupó el rol de director hasta 2002). En lo deportivo, Jaguar no tuvo buenas campañas y quedó por debajo del rendimiento que tuvo el tercer año de Stewart GP. Dos podios y un séptimo puesto en constructores como mejor resultado convencieron a Ford para desprenderse del equipo. ¿El nuevo dueño? Una compañía austriaca de bebidas energizantes: Red Bull.
La marca era un viejo conocido de la Fórmula Uno. A fines de los ochenta, Gerhard Berger exhibía “accidentalmente” una lata del refresco cuando era fotografíado. No era casualidad, el austriaco era amigo de Dietrich Mateschitz (cofunfador de la compañía) y arregló un acuerdo publicitario para darle una mano al empresario. A mediados de los noventa, Red Bull se hizo más visible como patrocinador de Sauber. El vínculo fue tan estrecho que el equipo le abrió las puertas a los pilotos que apadrinaba Salzburgo.
La relación tendría un final abrupto en 2000 cuando Peter Sauber rechazó la idea Mateschitz de incorporar a su piloto Enrique Bernoldi. El mismo Sauber evaluó al italiano y no lo convencía, inclinándose por un joven finlandés que lo había deslumbrado: Kimi Räikkönen.
Tras la roptura con Hinwil, la compañía de Salzburgo comenzó a patrocinar a Arrows. La idea del equipo propio rondaba la cabeza de Mateschitz y vio una oportunidad con Jaguar. Aquella estructura que levantó Jackie y Paul Stewart, en la localidad inglesa de Milton Keynes, reescribía nuevamente su historia en la Fórmula Uno. A fines de noviembre de 2004, en el trazado español de Jerez de la Frontera, el monoplaza RB1, el último modelo diseñado por Jaguar, salió a pista. Eran los primeros kilómetros del equipo Red Bull Racing.