Toto Wolff no está conforme con el arribo de Alex Albon a Williams. No le cae en gracia que Grove haya optado por un ex Red Bull (en los papeles) en vez de su pupilo Nyck de Vries.
¿El anuncio del arribo de Alex Albon a Williams, como piloto titular para el 2022, podría traer consecuencias en el vínculo comercial entre Mercedes y Grove? Es una incógnita abierta que recién podría tener una respuesta bien entrada la próxima temporada. Lo único claro es que a Toto Wolff no le causa gracia que un hombre de Red Bull (si bien fue liberado mantendrá “vinculos” con Milton Kaynes) esté tan cerca de sus preciados motores.
“Creo que Alexander Albon es un piloto que merece un asiento en Fórmula Uno, pero es complicado tener a alguien de Red Bull utilizando una unidad de potencia Mercedes”, apuntó directo el líder de Brackley cuando sonó con fuerza el nombre del tailandés como reemplazo de George Russell.
Wolff está herido en su orgullo. Aspiraba colocar en la escudería británica a Nyck de Vries. El neerlandés, actual campeón de la Fórmula E y ex monarca de F2, es la apuesta a futuro de Mercedes. Como el más amargo de los tangos, la decisión de Williams de abrirle las puertas a Albon (que muchos sospechan que llegaría con patrocinios del universo Red Bull), es difícil de digerir para el Team Manager.
“Estaría feliz siempre y cuando lo dejen libre de su contrato con Red Bull. Obviamente estábamos apoyando a De Vries para ocupar el asiento que dejará libre Russell el próximo año”, declaró en su momento .
Jost Capito, CEO de Williams, aprovechó la presentación de Albon para enviar un mensaje a Wolff: “Creo que Toto, al final, entiende y nosotros entendemos que no somos un equipo B y no somos un equipo satélite”.
Desde Milton Kaynes afirmaron que Albon fue liberado de su contrato con Red Bull, que tras perder su asiento a manos de Sergio Pérez ocupó la posición de tester y piloto de reserva. Sin embargo, aseguraron que mantendrá “relación” con Red Bull para “opciones futuras”.
Christian Horner ve una oportunidad para que el tailandés no pierda ritmo con la Fórmula Uno. Para Wolff es demasiada cercanía de Red Bull a su tesoro más preciado: los motores. Y Williams, sin darse cuenta, se transformó en un peón dentro de la compleja partida de ajedrez que juegan los dos popes más poderosos de la Máxima Categoría.