Enrico Gualtieri dio los pormenores del trabajo realizado durante el invierno europeo buscando recuperar la fiabilidad.
Si se pudiese trazar una analogía con un año lectivo escolar se podría decir que, luego del final de la temporada 2022, la escudería Ferrari llevó a casa una tarea de vacaciones cuyo tema principal se centra en mejorar la confiabilidad de su planta motriz, una cuestión que claramente tuvo a maltraer a toda la escuadra de Maranello complicando sus concretas chances de conseguir un campeonato mundial que se les niega desde hace 15 años.
Si bien los autos rojos demostraron mucha agilidad en circuitos trabados y algunas complicaciones en pistas de alta velocidad a causa de la gran carga aerodinámica con la que solían disputar los grandes premios, siempre se mostraron como una amenaza sobre ambos pilotos de Red Bull, consiguiendo varias ‘poles’ que luego no han podido cristalizarse con el triunfo por sufrir continuos desperfectos en las UP, especialmente en el motor de combustión interna, que equipaban a los coches del Cavallino Rampante. En este sentido, y en ocasión de la presentación de la nueva SF-23, Enrico Gualtieri, jefe del área de propulsores de Ferrari, detalló la labor llevada adelante por el equipo para subsanar estos inconvenientes:
“Las Unidades de Potencia están congeladas desde el año pasado, incluyendo fluidos, aceite y combustible, y los únicos cambios permitidos son los relacionados con la confiabilidad, que fue nuestro talón de Aquiles la temporada pasada. Nos centramos en el motor de combustión interna y los eléctricos e intentamos capitalizar la experiencia adquirida en la pista la temporada pasada examinando todos los datos y signos de debilidad de los componentes utilizados. También hemos revisado nuestros procedimientos de montaje”.
Las virtudes que Gualtieri destaca sobre el motor del modelo antecesor al recientemente presentado son innegables, Ferrari se ha mostrado competitivo en todos los escenarios generando grandes expectativas en su grandísima masa de seguidores, un entusiasmo que se volvió tristeza y frustración con el devenir del campeonato a medida que las mencionadas UP no resistian el rigor con el que eran exigidas. No obstante, Gualtieri y su grupo de trabajo creen haber encontrado la raíz del problema poniendo en marcha una nueva ilusión:
“Hemos tratado de entender las causas profundas de los problemas que encontramos en la pista y usando todas las herramientas a nuestra disposición para tratar de solucionarlos. El trabajo involucró todas las áreas, desde el diseño hasta la experimentación para probar y probar nuevas soluciones en muy poco tiempo. Ha sido un esfuerzo notable, encaminado a la mejora continua de los componentes para intentar alcanzar el nivel de fiabilidad requerido”, dijo para concluir.