Los Red Bull dominaron de punta a punta en Bahrein. Alonso sorprendió y llegó tercero con el Aston Martin. Leclerc abandonó por problemas de potencia.
El campeón del mundo, Max Verstappen, ganó sin dificultades y dominando con el Red Bull de inicio a fin el Gran Premio de Bahrein en el trazado de Sakhir. Detrás del holandés, como es costumbre desde 2021, arribó su compañero Sergio Pérez. Sin embargo, la nota de la jornada fue el tercer lugar de Fernando Alonso con Aston Martin.
El español ratificó, en las 57 vueltas que duró la competencia, lo que se rumoreaba en los corrillos de la Fórmula Uno: la escuadra de Silverstone desarrolló un coche que puede estar a la altura de Ferrari y Mercedes; incluso superarlos.
La largada de la primera fecha del campeonato mundial fue un espejismo de lo que se vio en el último tercio de la prueba. Una falsa impresión que era una continuidad de la temporada pasada y nada había cambiado en los últimos tres meses.
Ni bien se apagaron las luces del semáforo, Verstappen picó en punta y no abandonaría esa posición. Charles Leclerc, con un juego nuevo de neumáticos blandos, movió la Ferrari en diagonal hacia la derecha para ganarle la cuerda a Pérez. Detrás de ellos, Carlos Sainz buscó colarse por el flanco derecho del mexicano para sorprenderlo, pero la presión del monegasco obligó a Checo a cerrar la línea sin dejar margen al español para superarlo.
El duelo entre las Ferrari y Pérez quedó en un segundo plano con la batalla de los Mercedes y los sorprendentes Aston Martin. Alonso, que partíó quinto, contenía a un Lewis Hamilton que no tuvo piedad con su compañero George Russell. En la cerrada curva 4 Lance Stroll intentó superar por adentro al joven británico, se pasó en la frenada y tocó a su compañero. Por el impacto, si bien no sufrió daño el AMR23, el español perdió posiciones: Hamilton y Russell relegaron al dos veces campeón a la séptima colocación.
Los primeros metros de carrera apuntaban que Bahrein sería repartida entre Red Bull, Ferrari y Mercedes.
Sin embargo, la alta degradación jugaría su papel. El rústico asfalto de Sakhir comenzaría a devorar los neumáticos blandos de los Mercedes. Alonso superaría con facilidad, en la vuleta 13, a un Russell que rogaba por radio que lo dejaran pasar a Hamilton que lo tenía a tiro y con el mismo problema.
El juego de las estrategias metió la carrera en una monotonía que favorecía a Red Bull y a Leclerc. Verstappen y Pérez corrían una Gran Premio aparte. El monegasco, que había perdido el segundo lugar con el mexicano en la vuelta 26, para sorpresa de muchos, estaba girando sin problemas de degradación acelerada (el mal que aquejó a Maranello la temporada pasada).
Pero en el último tercio, Ferrari vería esfumarse el podio. Primero fue Leclerc que se quedó sin potencia en la recta del Sector Tres. El box quedó enmudecido y Piero Ferrari no podía creer lo que veía en los monitores. La esperanza del tercer puesto recaía en Sainz pero a esa altura ya no tenía neumáticos para soportar el acoso de Alonso y Hamilton.
Su ingeniero le pedía que defendiera la posición y el español, con total sinceridad, le contestó que si pisaba a fondo no llegaría al final. Alonso, que previamente se había trenzado en una feroz lucha con Hamilton por la cuarta posición, lo superó con inteligencia y se escapó de un eventual contrataque de su compatriota. Sainz, aún en desventaja, pudo resistir los embates del británico hasta que el Mercedes comenzó a perder ritmo por degradación.
Max Verstappen cruzó la meta sin despeinarse, once segundos después apareció el Red Bull de Pérez. La mayor atención fue la llegada de Fernando Alonso. El español, con experiencia y un vehículo que se mostró competitivo, volvió a subir a un podio desde Qatar 2021 con Alpine.
La primera fecha reafirmó la superioridad de los coches de Milton Keynes, pero las miradas se posaron en Aston Martin. El tercer lugar de Alonso y el sexto de Stroll marca la irrupción de un nuevo competidor. Mike Krack, el director del equipo, es consciente que no podrán alcanzar a los RB19. En cambio, sabe que sus AMR23, al menos uno de ellos, puede mantener a raya tanto a Ferrari como a Mercedes.