La historia del legendario circuito de carreras de Spa-Francorchamps comienza al final de la Primera Guerra Mundial. La pista de carreras, que todavía existe hoy, se crea uniendo las tres carreteras de la ciudad la 32, 33 y 440, que conectan Spa-Francorchamps con Malmédy y Stavelot.
Originalmente, el circuito tenía más de 15 kilómetros de largo. A lo largo de los años, la pista se ha reconstruido muchas veces. En 1939, se construyó una espectacular curva empinada, que fue la obra maestra de la pista de Spa. La curva Eau Rouge es únicamente la curva a izquierda de la parte inferior, mientras que siguiente curva a derecha es Raidillon, pero popularmente se denominan Eau Rouge a ambas. Los monoplazas de Fórmula 1 pueden llegar a alcanzar velocidades de hasta 320 km/h al pasar el punto más bajo.. Tras este cambio, Spa-Francorchamps se convirtió en el circuito más rápido de Europa, junto a Monza.
El desarrollo técnico de los coches que compiten en pista, y sobre todo el aumento de velocidad que lograron, no fue de la mano de la mejora de la seguridad, que era prácticamente imposible de proporcionar en un recorrido tan construido, que en ocasiones discurría muy cerca de la pista. Dos pilotos británicos, Chris Bristow y Alan Stacey, murieron en una carrera en 1960. En 1970, las carreras de Fórmula 1 en esta pista se detuvieron hasta 1983. En ese momento, las carreras para el Gran Premio de Bélgica se llevaron a cabo en las pistas de Nivelles y Zolder.
Después de todas las reconstrucciones destinadas a aumentar el nivel de seguridad, este uno de los circuitos más rápidos y bellos de Europa finalmente alcanzó los 7004 metros de longitud. En 1973, en la vieja pista, fue donde el piloto francés Henri Pescarolo, estableció un récord de velocidad media por vuelta de 262.461 km / h, el cual todavía hoy en la actualidad es el más alto de la historia en Spa. El legendario Michael Schumacher logró la mayor cantidad de victorias en Spa con 6 triunfos, seguido de otro legendario Ayrton Senna con 5 victorias.