El jefe de Red Bull asumió como propios las errores que llevaron a la momentánea enemistad entre Max y Checo tras el último Gran Premio de San Pablo.
El Gran Premio de San Pablo, competencia que se disputó en noviembre último y tuvo como brillante vencedor al británico George Russell al mando del W13 de Mercedes, no fue una carrera más para el equipo Red Bull tras el inesperado conflicto que se desató entre sus pilotos, el neerlandés Max Verstappen y el mexicano Sergio Pérez, luego que este último pidiera insistentemente por radio a pocas vueltas del final que su compañero de equipo cediera su posición para favorecerle en la lucha por el subcampeonato mundial, algo que el bicampeón se negó a hacer exponiendo públicamente las razones, y cuyas derivaciones posteriores incluyeron picantes declaraciones de Checo a los micrófonos en el sector de prensa.
Lo cierto es que, luego de este controversial intercambio de recados, el equipo entero con Christian Horner a la cabeza se dedicó a trabajar en tratar de recomponer la relación entre ambos estableciendo pautas claras de lo que se debe y no se debe hacer en pista entre compañeros de equipo, algo que ya ha traído suficientes dolores de cabeza en Milton Keynes, basta recordar los continuos encontronazos entre Sebastian Vettel y Mark Webber o, más acá en el tiempo, Daniel Ricciardo con el mismo Verstappen. En virtud de esto, y con un prudencial periodo de tiempo transcurrido desde Brasil, Horner se refirió al hecho y sorprendió asumiendo la culpa en este particular conflicto:
“La raíz del problema era que nunca nos habíamos imaginado estar en esa situación, en las posiciones seis y siete en esa carrera. No nos preparamos para eso, no habíamos hablado de eso antes de la carrera, y creo que fue un error de nuestra parte. Deberíamos haber planeado eso, pensando en todos los escenarios posibles, creo que fue un error de nuestro equipo no haber discutido esto con un plan previo muy claro”.
La teoría de Horner sugiere que es el equipo quien debe determinar cómo deben repartirse las posiciones en pista de acuerdo a la conveniencia de toda la escudería, primero y, en segundo lugar, de los pilotos, de ahí el reclamo de Pérez que en ese momento libraba una dura batalla por el subcampeonato que luego perdería a manos del monegasco Charles Leclerc cuando el titulo de la Copa de Constructores ya estaba asegurado para los austriacos. Consultado sobre si efectivamente el hecho quedó atrás sin hacer mella en la buena relación previa entre Pérez y Verstappen el titular del equipo campeón del mundo de constructores respondió:
“Por supuesto que fue desafortunado, pero discutimos el asunto de manera rápida, abierta y transparente. Los dos pilotos fueron muy claros, abiertos y honestos entre ellos. En equipo, avanzamos. La dinámica entre los dos es totalmente normal”.
Horner, quien dirige la escuadra de la bebida energética desde el año 2005, no minimiza la discusión entre sus pilotos pero, a la vez, no tiene dudas acerca que este acontecimiento servirá a futuro y será capitalizado por el equipo como un aprendizaje más en el camino a la revalidación de los éxitos conseguidos durante 2022:
“Cometimos errores en Brasil, aprendimos de ellos y, como dije, seguimos adelante. Hemos hecho cosas increíbles. Los dos pilotos se desempeñaron muy bien juntos. Ellos son la razón por la que estamos donde estamos. La temporada de Max fue de otro planeta el año pasado. No dejaremos que los acontecimientos de unas pocas vueltas en Brasil dicten nuestra temporada. Fue un año muy duro. Cuando miramos las estadísticas, parece que hemos dominado. Pero la primera mitad de la temporada mostró que Ferrari tenía oportunidades y tal vez incluso un paquete más rápido. Max estuvo increíble durante todo el año, particularmente en la primera mitad”, cerró.