Fue uno de los mejores pilotos que tuve la suerte de ver. Junto con Fangio, Senna y Lauda fue un irrepetible de las pistas. Como el día que parando en boxes casi gana.
¿Por qué Jim Clark era tan bueno? ¿Por qué era tan superior al resto?. Lo cierto es que su velocidad era innata, natural, espontánea. Que es muy diferente a decir que era fruto de la improvisación. Su estilo era depurado, elegante, preciso.
“Sé que tiendo a entrar en las curvas antes que mucha gente. Con ello quiero decir que mucha gente entra en profundidad en la curva antes de girar el volante para tomarla. De esta manera, puedes completar tu frenada en línea recta, como cualquiera te recomendaría hacer. Yo prefiero atacar la curva con anticipación, incluso todavía frenando. De esta manera, creo un falso ápice, porque aplico el acelerador antes y trato de hacer derrapar el coche a través del verdadero ápice, y continúo con este derrape hasta que estoy colocado para el siguiente tramo recto”.
Explicaba a los medios su forma de conducir. Y este relato hace que ni más ni menos relate la depuración de una técnica de pilotaje iniciada por Nuvolari, pero perfeccionada por Clark.
La época en la cual corrió le cayó como anillo al dedo, con los motores de 1.5 litros, autos pequeños y livianos que substituyeron a los grandes y pesados autos de la época anterior.
Fue siempre fiel a Colin Chapman y solo corrió para Lotus.
Ademas los Lotus tenían fama de frágiles, pero el de Jim casi no se rompía comparado a sus compañeros a lo largo de 8 años: Ireland, Arundell, Taylor, Spence y Graham Hill. Todos ellos reconocidos talentosos. La diferencia fue que Jim era excepcional.
Si hacemos algunas comparaciones, Jim fue imbatible, inigualable: 33 pole positions en 72 GP corridos. Ni Senna (65 poles en 161 GP), ni Hamilton (100 poles en mas de 270 GP) lo hicieron mejor. Menos aún si consideramos que cuando corria Jim, no existia la telemetría, ni el control de tracción, ni mucho menos todas las ayudas de boxes que permiten a los pilotos de hoy cambiar la estrategia de manejo según convenga.
El veredicto del cronómetro fue implacable con sus colegas: en Nürburgring 1967 hace la pole con 9 segundos de ventaja sobre el segundo colocado (Denny Hulme) y 11 sobre Jackie Stewart (tercero), ambos Campeones Mundiales.
La definición de lo que fue, lo dijo el mas grande.
“Me paré en una curva y vi pasar a varios, pero uno en particular me llamo la atención, porque iba sobrado adentro del auto” “Me di cuenta que estábamos en presencia de un excepcional piloto, que iba a hacer historia” “Pregunte quien era me dijeron que se llamaba Jim Clark”
Estas palabras mas palabras menos, las dijo Juan Manuel Fangio.
Y por todo esto que cuento, aún recuerdo ver una carrera de Fórmula Uno por TV (para mi en directo) con 11 años de edad en el ya lejano 1967.
Fue la de Monza, cuando la tele uruguaya pasó dicha carrera en diferido (blanco y negro), pero para mi en directo, ya que no solo por estar en 6 de escuela y mi mundo era estudio y deberes, sino porque no había internet, ni face, ni nada de nada, o sea me senté a ver algo que no sabía que pasaba y menos cómo terminaba. Lo que pasó muchos lo saben y está considerada hasta hoy de las más épicas y mejores carreras de la historia. Es la que ganó Surtees sobre Brabham en la linea misma de llegada pero donde ambos, metros atrás, antes de la parabólica, superaron a Jim que se había quedado sin nafta quien finalmente llegó con el envión en tercer lugar. Para todo el mundo el ganador fue Surtees para para mi el verdadero triunfador fue Clark. Solo un piloto fuera de serie puede hacer lo que hizo largando mal quedó quinto y se les fue de una a todos y a las tres vueltas ya era líder.
Todo marchaba bien, su ritmo era demoledor pero de repente comenzó a notar una vibración y Brabham no tardó en ponerse en paralelo suyo. Mientras realizaba la maniobra de adelantamiento en la Parabólica, Jack se dio cuenta del pinchazo del escocés y lo señaló con el dedo en una imagen de lo más sorprendente que todavía recuerdo. Jim y se mando a boxes para el cambio de neumáticos. Los segundos de la parada parecieron interminables, parecía que jamás iba a volver a la pista. Cuando finalmente salió de boxes estaba 15º a más de una vuelta del líder. Era la vuelta 12, todavía quedaban 56 por delante. Entonces comenzó la sinfonía conductiva más épica que vi.
Parar en boxes en aquellos años cuando ninguno lo hacia, era directamente no solo estar fuera de los puntos, sino que ganar la carrera era un imposible. Corriendo a un segundo menos de todos, recuperó la vuelta perdida y faltando 7 vueltas se puso puntero. Pasó de estar liquidado a liderar la carrera y quería más, seguía rodando rápido y la diferencia ya era de tres segundos con respecto a Brabham y Surtees que a la postre fue el ganador con Honda sobre Jack, en una de las llegadas más reñidas de la historia. Consciente del esfuerzo al que había sometido a su coche Jim decidió aflojar un poco pero ya era demasiado tarde, el motor de su Lotus comenzó a ratear en la última vuelta. Había gastado demasiada nafta en la recuperación y a nadie en aquellos años en el Box se le ocurrido echar un poco más cuando paró por culpa del pinchazo. Resumo, ese día Jim junto con el Chueco en el Ring , hizo posible, lo imposible.
A fuerza de generar polémica (será porque tuve la suerte de verlo correr), para mi fue superior a Senna.