Kvyat y un día “surrealista”

Kvyat y un día “surrealista”

Daniil Kvyat logró un podio en Hockenheim que tuvo gusto a victoria. El primer podio desde su retorno a la Formula 1 y desde su pesadilla post-Red Bull, el primer podio de Toro Rosso en 11 años, y todo en menos de 24 horas de haber sido padre por primera vez. “Surrealista” como lo describió él mismo.

 

El Gran Premio de Alemania fue una carrera loca y caótica, condiciones cambiantes y resultados imprevisibles, pero tal vez el resultado más imprevisible fue el podio de Daniil Kvuat. Clasificó 14°, por delante de su compañero de equipo Alexander Albon pero bastante lejos de un ritmo que hubiera podido incluso sugerir un buen resultado en carrera. Pero el clima y la lluvia junto con un manejo impecable y una estrategia arriesgada le dieron al piloto ruso, que en momentos de la carrera estuvo en el lugar 19° un tercer lugar que fue incluso un segundo puesto hasta ser superado por Sebastian Vettel, pero un tercer puesto que vale una victoria.

 

Kvyat, quien además se convirtió en padre en la noche del sábado al nacer su pequeña hija con  Kelly Piquet (hija de Nelson Piquet), iba a vivir un momento “surrealista” al subirse al podio representado a Toro Rosso, un equipo que no estaba en estos escalones desde 2008.:

“Mi hija nació anoche. Todavía no tenemos el nombre, cuando llegue a casa lo decidiremos con mi pareja. Todo se siente surrealista en este momento, es irreal casi, necesito un poco de tiempo.
11 años desde el último podio de Toro Rosso, el de Sebastian en Monza, un día increíble. Estoy muy feliz, gracias a todo el equipo, fue un día realmente increíble.”

 

No hubo hombre más feliz en el podio del Gran Premio de Alemania que Daniil Kvyat, y con gran razón. El mote de “torpedo” (el cual eventualmente adoptó incluso pintando un torpedo en su casco, tal vez como una forma de lidiar), su subsiguiente pase a Toro Rosso en medio de la temporada para hacer paso a Max Verstappen, y el ser despedido del equipo antes del final del año dejaron a Kvyat en un estado mental muy frágil como el mismo lo reconoció. Un año en Ferrari como piloto de simulador le permitió mantenerse en el mundo de la Formula 1, y recuperar poco a poco sus ánimos. Cuando Helmut Marko se encontró con un asiento vacío tras la salida de Daniel Ricciardo y el alejamiento de Brendon Hartley, el piloto ruso obtuvo una segunda oportunidad. La primera vez que Red Bull le daba revancha a uno de los tantos pilotos de los que se había “deshecho” en años anteriores (casualmente, el segundo fue su compañero de equipo Alexander Albon). El podio de ayer marcó oficialmente su vuelta, no sólo al público sino para si mismo, enviando un mensaje para que todos escuchen:

 “Fueron años duros en mi vida. Quizás pensé que cosas como un podio nunca me iban a volver a pasar. Pero la vida prueba que si uno trabaja duro y nunca se rinde, las cosas son posibles. Creo que eso es exactamente lo que pasó. Incluso si la carrera fue difícil para todos, logré mantener la cabeza fría.

Fue mucho trabajo para llegar a este momento y ojalá pueda mandar un mensaje de que estoy listo para pelear por este tipo de resultados de manera consistente, y no hay mensaje más fuerte que un podio como este.”