El hombre que se venció a sí mismo.
Su legado está vivo hoy en día, y la escudería que lleva su nombre es uno de los equipos más ganadores de la historia de la Fórmula Uno.
Sin embargo pocos conocen la historia de vida de un niño neozelandés que tuvo que sobreponerse a todo lo que seguramente más de uno no hubiera logrado. Por eso, la idea no es relatar quién fue o qué hizo, porque seguro más de uno sabe quién fue Bruce.
A la edad de 9 años contrajo una enfermedad conocida como el mal de Perthes. La enfermedad de Perthes (también llamada Legg-Calvé-Perthes) afecta la cadera del niño y en ella se produce la destrucción de parte del hueso de la cabeza del fémur (la “bola” de la cadera). El organismo puede regenerar completamente este hueso o hacerlo sólo de forma parcial y provocar una deformidad permanente.
Ocurre en niños entre los 3 y los 12 años y aparece con mayor frecuencia en niños (80%) que en niñas (20%). En la mayoría de los casos afecta sólo una cadera pero en el 10% de los pacientes la lesión se produce en ambos lados, aunque en estos casos no suele hacerlo nunca de forma simultánea.
Resultado, el niño Bruce estuvo 2 años en una cama inmovilizado y con pesas en su pierna izquierda para regenerar su fémur.
De los 9 a los 11 años nunca se levantó de su cama.O sea creció en esa cama.
Como resultado final de su curación le quedó la pierna izquierda más corta que la derecha o sea una deformidad permanente.
Ni que decir que uso muletas hasta los 16 años y solo después pudo hacer lo que le gustaba. correr en autos.