El tercer integrante de la tríada de soñadores revolucionarios, Anthony Bruce Colin Chapman, o simplemente Colin Chapman, el inventor de autos únicos, veloces, innovadores y frágiles, que le dio, casi en igual medida, campeones y muertos a la Fórmula 1.
Colin pudo diseñar autos como el cuasi invencible Lotus 49 que en manos de Jim Clark dominaron mientras Jim estuvo vivo, luego el Lotus 72 en manos de un avasallante Jochen Rindt mientras estuvo vivo, y el asombroso Peterson manejando el Lotus 72, después el 76, más tarde el 78 y el 79 hasta que estuvo vivo, consagró al gran Emmo a bordo de Lotus 72, y también supo contar entre sus huestes al gran Jackie Ickx, y a “piedone” Mario Andretti y hasta al mismo Carlos Alberto Reutemann y hasta se dio el lujo de ser ganador con Nigel Mansell y ver correr con sus autos al pianista y refinado Elio de Angelis.
Pero la gran revolución, la genialidad suprema, Colin la consumó con las polleritas retráctiles.
Ya Gustavo Valiente (Fanat1cos) se explayó en sendas notas explicando el “descubrimiento” y desarrollo del efecto suelo, notas que recomiendo leer y en tal sentido les dejo los links aquí , y casi que les diría que si no las leyeron lo hagan antes de esta nota que vendría a ser el corolario de aquellas tres.
El comienzo de la genialidad de Champman fue que pudo concretar la manera de hacer pasar el aire por debajo del auto en forma “organizada” y cómo pudo encerrar las alas invertidas para que el paso del aire fuera útil.
Fue así que “crea” los pontones laterales.
Si te fijás no hubo antes ningún auto con esos pontones.
Claro, la pregunta era porque la creación de los pontones???
Y ahí es donde entra a jugar en el galimatías a resolver el Sr. Venturi y su descubrimiento “El Efecto Venturi”, combinados con el principio Bernouilli (en virtud del cual el aire adquiere mayor velocidad al pasar por la región convexa del ala de un avión), la conservación del momento (se utiliza la tercera ley de Newton para su explicación) y de la masa (se utilizan las Ecuaciones de Euler).
La conjugación de esos tres principios y el efecto Venturi generan una gran depresión debajo del auto con pontones de perfil alar encerrados en paredes simulando el “tubo Venturi” que hace las veces de ventosa del auto al piso.
Claro que las paredes que encierran los perfiles alares son tres, entonces cuál sería la cuarta pared del tubo rectangular???
EL PISO!!!
Y acá es donde entra la última genialidad de Colin.
Como género la unión entre las paredes laterales y el piso???
Señores, con Uds LAS POLLERITAS!!!
Si claro, pero las polleritas eran fijas en principio, entonces no se lograba “cerrar” el tubo, y lo que es peor, el auto rebotaba contra el piso por la superficie ondulada e imperfecta, entonces otra vez todo se iba al diablo y el efecto Venturi generaba un lío descomunal y el auto era inmanejable.
Colin se pasó horas frente al tablero y grandes esfuerzos tuvo que hacer para que tanto Rud como Wrigth no se desilusionaran definitivamente por un segundo fracaso con el tema y lo abandonaran definitivamente.
Fue así que una noche a mano derecha alzada y con un buen escocés en su mano izquierda, Colin encontró la solución.
Ahora sí, Señores con Uds:
LAS POLLERITAS RETRÁCTILES!!!
La utilización de los perfiles alares se explicó siempre como que si un ala de avión en un sentido vuela hacia arriba y se sostiene, puesta invertida el avión vuela hacia abajo y sostiene también.
ERROR!!!!!!!!
Cómo vuela un avión en vuelo invertido y se sostiene en el aire???!!!
Aquí el secreto de la genialidad de Colin.
No eran las alas, ERA EL EFECTO VENTURI!!!
Tano de qué hablás???
Sencillo, leé, te comparto la investigación al respecto.
El efecto Venturi consiste en un fenómeno en el que un fluido en movimiento (en este caso el aire), dentro de un conducto cerrado disminuye su presión cuando aumenta la velocidad al pasar por una zona de sección menor.
En ciertas condiciones, cuando el aumento de velocidad es muy grande, se llegan a producir presiones negativas (la famosa ventosa de la que hablamos arriba).
Abundemos en el concepto.
El efecto Venturi se explica por el Principio de Bernoulli y el principio de continuidad de masa. Si el caudal de un fluido es constante pero la sección disminuye, necesariamente la velocidad aumenta tras atravesar esta sección. Por el teorema de la conservación de la energía mecánica, si la energía cinética aumenta, la energía determinada por el valor de la presión disminuye forzosamente.
Al disminuir la presión, se genera una “depresión” y aparece “La Ventosa”, el auto se pega al piso y ya. . .
Noooooo, momento!!!
Este principio va, entonces si, conjugado con las alas invertidas.
Las alas normalmente dispuestas generan lo siguiente:
El perfil del ataque del ala es de mayor superficie que el de salida, entonces al tener mayor resistencia el aire pasa a menos velocidad, su presión es mayor, esto genera una fuerza de sustentación que le da al avión la habilidad de mantenerse en el aire, de esta forma el ángulo de ataque del ala determina la diferencia de presión existente, y cuanta sustentación resulta de ello.
Al invertirla el ángulo de ataque es de menor superficie y el aire pasa más rápido, baja la presión y genera “depresión”.
Entonces así conjugas estos principios y funciona la cosa.
Como verán es mucho más complejo y genial que un simple ala de avión invertido.
La necesidad del Tubo Venturi es el “angostamiento” del espacio de paso del aire, produciendo un aumento forzado de la fricción y su consecuente aumento de temperatura inmediata. El aumento de temperatura genera por contraposición o reacción la baja inmediata y lógica de la presión al punto de sobrepasar “la rosca” y generar depresión (ventosa).
Otro tema que tuvo que resolver Colin fue despejar el paso del aire. Ahí el secreto estuvo en dos lugares:
1.- Meter todo el grupo amortiguador resorte adentro del chasis.
2.- Disponer los radiadores de forma tal que cumplan su función y no entorpezcan el paso fluido del aire.
Ambas cosas fueron más que resueltas esencialmente en el Lotus 79, por eso funcionó mejor que el 78, ya que estas cosas no las había podido terminar de “limpiar”.
Pero y aquí otra cuestión.
Siguiendo estos principios y sus explicaciones entonces la pregunta es porqué no funcionó el Lotus 80 que se suponía era el auto ala completo y el efecto suelo total?.
Fácil, y aquí está la trampa de la explicación anterior.
La explicación está inconclusa. ¿Cómo?
Con el ala invertida y el tema de las presiones ya explicadas encontramos la respuesta.
La presión baja en el perfil de ataque del auto con ala invertida, pero sube en la salida por el aumento de la superficie del perfil, y ello genera la pérdida de sustento.
Sube la presión, baja la temperatura y se pierde el down force y su sustento.
Por eso se limpió la salida en la cola de los autos ala y se generó con deflectores el paso sin solución de continuidad del aire de los tubos Venturi a los alerones tradicionales traseros.
Obsérvese que el alerón trasero del Lotus 79 no era de grandes proporciones y cumplía con su cometido, pero sí lo eran los laterales del mismo para tratar de “organizar” la dirección del aire en la salida.
La inexistencia de los alerones traseros hacía que el Lotus 80 se levantara del piso por la cola, se pierda el ‘down force’ y entonces el auto todo funcionaba como una verdadera ala de avión volando en sentido invertido, pero ¡volando!
Hubo una creación revolucionaria más de Colin que fue el Lotus 88 conocido como “El Auto del Chasis Doble”, pero eso es definitivamente otra historia.
Una nota de color.
La cuestión del efecto Venturi, mal llamado efecto suelo, llegó a funcionar tan pero tan perfectamente que cuando la geometría de las suspensiones traseras estaban puestas como corresponde, y el alerón trasero encontraba el punto justo, los spoilers delanteros eran innecesarios.
Y acá me gana el fan.
¿Quién fue el primero que hizo rendir al máximo un wing car sin alerones delanteros?
Si señores, el Sr. Carlos Alberto Reutemann.
Otra nota de color y con esto termino.
Hablamos de Peter Wright como el desarrollador del principio de ala invertida.
¿Quiénes son los pioneros de la aviación??
Los hermanos Wright!
Lo que es claro que todos ellos volaban con su mente.
Colin Chapman o el último de la tríada de los soñadores revolucionarios de la fórmula 1.