Lotus,

Lotus, las tres vidas de un mito

El equipo de Colin Chapman es una leyenda equiparable a Ferrari pero, a diferencia de Maranello, no pudo sobrevivir a su creador. Fue una escudería revolucionaria, polémica y ganadora que fue atrapada por la decadencia, efímeros regresos y la nostalgia por una era que no volverá.

 

Lotus fue una de las escuderías más importantes, ganadoras y revolucionarias de la categoría. También, me atrevo a decir, continúa siendo una de las marcas más queridas por los fanáticos de lo Fórmula Uno.

 

Entre sus logros deportivos acumuló siete campeonatos de constructores y seis de pilotos, laureles obtenidos bajo la dirección técnica de su creador: el genial Colin Chapman. Pero no son solo sus logros; también dejó, en la memoria de los aficionados, modelos inolvidables. Sea por ganadores, revolucionarios o hermosos -combinación que no siempre fueron de la mano- que Chapman amalgamaba de manera brillante. Recordemos algunos:  el Lotus 25, el 33, el 72, el 78 y el 79.

 

Chapman y su criatura: el Team Lotus. (Archivo / Getty Images)
Chapman y su criatura: el Team Lotus. (Archivo / Getty Images)

 

Precisamente el Lotus 79 fue uno de los más revolucionarios de la historia por la implementación del efecto suelo. Cambió por completo la concepción del diseño en toda una época y el último modelo con el que conquistó el título de pilotos y constructores. Fue en 1978 de la mano del ítalo americano Mario Andretti y el recordado Ronnie Peterson como escudero. Lamentablemente, el sueco, perdería la vida ese mismo año por las graves lesiones que tuvo en el accidente de Monza -lo que empañó aquella brillante campaña-.

 

Pero no todos los modelos revolucionarios fueron exitosos. El sucesor del 79, el Lotus 80, tenía un concepto que llevaba el efecto suelo a un nivel extremo. El propio Chapman decía que este monoplaza haría ver obsoleto al 79. Sin embargo, hasta los genios se equivocan y el 80 fue un verdadero fracaso. También podemos mencionar, dentro de los diseños revolucionarios, al 88. Este monoplaza se componía de un doble bastidor. Era tan revolucionario que fue prohibido antes de poder competir. Es aquí donde comienza la decadencia de la escudería. Una cuesta abajo que incluyó la repentina muerte de su creador en 1982 y una seguidilla de coches poco competitivos con resultados catastróficos si los comparamos con el periodo de esplendor.

 

Andretti y Peterson dominando Zandvoort con el Lotus 79, la máquina que revolucionó los años setenta. (Archivo / Motorsport Image)
1978. Andretti y Peterson dominando Zandvoort con el Lotus 79, la máquina que revolucionó los años setenta. (Archivo / Motorsport Image)

Fue recién en 1985, bajo la dirección técnica de Gérard Ducarouge, el diseño de Martin Ogilvie y la contratación de la joven promesa brasileña Ayrton Senna, que Lotus volvió a saborear las mieles de la victoria con el no menos hermoso  97T. Con este modelo obtendría tres victorias aquel año, cortando una sequía de tres temporadas. De esos triunfos, dos fueron de la mano del Senna y una del carismático Elio de Angelis. Casualmente, el italiano, fue el último en ganar antes de la sequía en la recordada definición ajustada con Keke Rosberg en Austria; la última vez que, al borde de la pista, Colin Chapman arrojaría al aire su legendario gorro negro en señal de triunfo.

 

Con Senna y De Angelis lograron 71 puntos igualando el tercer puesto en el campeonato de constructores con Williams, pero la burocracia reglamentaria lo relegó a la cuarta ubicación porque la entonces escuadra de Didcot tenía una victoria más. Los siguientes dos años, desde el punto de vista de los resultados, fueron similares: dos triunfos de Senna y el tercer puesto en constructores en 1986 y 1987. El renacer del cisne fue breve y rápidamente volvió a caer cuesta abajo hasta el final de sus días en 1994.

 

1982. De Angelis gana por solo 0.125s a Rosberg en Austria, fue la última victoria de Lotus que celebró Chapman. (Archivo / Getty Images)

 

El modelo 109 fue el último coche que salió de la mítica base de Henthel pero… ¿es este el verdadero final de Lotus? Posiblemente sí tal y como se lo conoció desde su creación como Team Lotus en 1958. Sin embargo, no fue así. La marca tuvo fusiones y, más adelante, reencarnaciones -por así decirlo-. A tal extremo que llegaron a correr dos equipos con el mismo nombre en la misma temporada. Sigamos la cronología.

 

1995 fue el primer año sin Lotus. Los problemas económicos y financieros dejaron a la escuderia en bancarrota después de 1994 y, para sorpresa general, la única solución, aunque solo extendió la agonía, fue la fusión con Pacific Grand Prix. Este equipo desembarcó en la Fórmula Uno el año anterior procedente de la F3000. En realidad, Lotus, fue absorbidos por estos dando nacimiento a Pacific Team Lotus aunque el constructor era Pacific-. Hay quienes afirman que el Pacific PR02 de 1995 sería el Lotus 112, el coche con el que debería haber corrido el legendario equipo de Chapman aquel año.

 

1982. Senna, entonces una figura en ascenso, quebró el maleficio de tres años sin triunfos. (Archivo / Motorsport Image)
1985. Senna, entonces una figura en ascenso, quebró el maleficio de tres años sin triunfos. (Archivo / Motorsport Image)

 

Más allá de la  mezcla de nombres, los monoplazas número 16 y 17 lucieron una línea de color verde -el British Racing Green, color oficial de competición para los coches británicos- con el logo del Team Lotus en el frontal. Era el justo homenaje a la leyenda y a la cual se habían unido. Sin embargo, la vida de Pacific en la Fórmula Uno fue breve, muy breve; tanto que finalizó ese mismo año y el logo de Lotus también se alejó de las pistas. Afortunadamente, para sus seguidores y fanáticos, no fue para siempre. Digamos más bien que fueron unas largas vacaciones de 16 años porque en el 2010 el nombre Lotus regresó al Gran Circo de la mano de un representante anglo-malayo bajo la denominación Lotus F1 Racing.

 

¿Cómo se gestó este Retorno? ¿Cuál es el origen de este equipo y sus vericuetos legales para la utilización del nombre? Para conocer esto debemos remontarnos al año anterior. En 2009 el gobierno de Malasia, conjuntamente con varias empresas del país como Airasia, Nazamotors y Tune Group, puso en marcha un ambicioso proyecto para competir en la temporada 2010 bajo el nombre Malaysia F1 Team comprando la plaza del equipo BMW Sauber. Una vez establecido el proyecto, el grupo, llegó a un acuerdo con Proton -licenciataria de Lotus Cars– para utilizar el nombre y así nace Lotus F1 Racing.

 

La vuelta de la emblemática marca estuvo acompañado con la especulación del retorno de Jacques Villeneuve como su principal piloto.. Finalmente, el regreso del campeón 1997 no ocurrió y los monoplazas verde inglés -impulsados con motores Cosworth y calzados con neumáticos Bridgestone– fueron piloteados por Heikki Covalainen y Jarno Trulli.  Asi fue como, después de 16 años, el nombre de la laureada escudería británica volvió. Aunque fuera en una versión un tanto devaluada por no decir que se trató de un mero movimiento de marketing.

 

2012. Räikkönen volvió a llevar el nombre de Lotus a lo más alto del podio en Abu Dhabi y lo volvería a repetir en Melbourne al año siguiente. (Archivo / Patrik Lundin)
2012. Räikkönen volvió a llevar el nombre de Lotus a lo más alto del podio en Abu Dhabi y lo volvería a repetir en Melbourne al año siguiente. (Archivo / Patrik Lundin)

 

Pero lo malo, o lo peor, no fueron sus magros resultados deportivos. De hecho no sumaron ni un solo punto en la temporada 2010. La escudería debió lidiar con otro tipo de problemas… problemas legales. Sobre fines de aquel año, Proton puso fin al acuerdo y retira la licencia para la utilización del nombre. Ante esta inesperada situación, Tony Fernandes, team manager del equipo, hizo una jugada estratégica y financera. Adquiere el Team Lotus Venture a través Toune Grup, una  de las empresas involucradas en el proyecto de F1. De esta manera el equipo malayo es autorizado a inscribirse para la temporada 2011 como Team Lotus y utilizar el logo -pese a una demanda de Proton que, finalmente, no prosperó-. Repiten la formación de pilotos pero con algunos cambios técnicos que incluyeron mejoras en sistemas hidráulicos y caja de cambios aportadas por Red Bull. El principal cambio fue la planta impulsora donde optaron por los motores Renault. La renovación técnica no se tradujo en mejoras de resultados: el equipo ocupó el décimo puesto por delante de Virgin y HRT.

 

Proton, que había roto relaciones con el equipo malayo, se asoció con Renault comprando el 75 por ciento de su capital. Como era de esperar, el ex equipo francés, paso a denominarse Lotus Reanult GP poniendo en pista el Modelo R31 con Nick Heifeld, Vitali Petrov y Bruno Senna -sobrino del astro brasileño y piloto de reserva-. De esta manera se produce un hecho inédito en la Máxima Categoría: dos equipos con el mismo nombre, o al menos similares, en su conformación durante una temporada completa. Lotus pasó 16 años fuera de la F1 pero un día volvió y lo hizo por  partida doble. Claro que esta dualidad no podía durar mucho tiempo y tras una disputa legal para evitar problemas futuros, la escuadra malaya, con Tony Fernandes a la cabeza, aprovecha la compra de Caterham Cars por parte de Team Lotus Venture para rebautizar nuevamente al equipo con el nombre de Caterham F1 Team. Dejaban el camino despejado a Lotus Renault GP que en 2012 pasó a llamarse Lotus F1 team con el modelo E20 en pista. Pero este no es el único cambio. El nuevo Lotus reemplazaría su plantilla de pilotos: Kimi Ráikkönen (que volvía de su incursión por el Rally) y Roman Grosjean. Además, mantendrían la motorización de Renault.

 

Lotus F1 Team comenzó un período de estabilidad. El nombre se mantuvo inalterable hasta 2015. Incluso, la marca vuelve a asociarse al triunfo con las victorias de Kimi en Abu Dhabi 2012 y Australia 2013. El finlandés finalizó, en el año de su retorno, tercero y cuarto en la temporada siguiente. En constructores se mantendrá, en ese período, la cuarta posición. Pero, como ocurrió con el renacer del viejo Lotus entre 1985 y 1987, caería en una rápida decadencia.

 

Chapman celebrando una de las 79 victorias de su equipo, aquí en Montjuich junto a Fittipaldi ante la mirada de Cevert y detrás de ellos el entonces príncipe Juan Carlos de Borbón.
Chapman celebrando una de las 79 victorias de su equipo, aquí en Montjuich junto a Fittipaldi ante la mirada de Cevert y, detrás de ellos, el entonces príncipe Juan Carlos de Borbón. (Archivo / Motorsport Image)

 

 

Su ingreso a la era híbrida no fue la mejor. Tras una pésima temporada en 2014 -octavo en constructores- el equipo cambió los motores Renault por Mercedes. El nuevo impulsor no generó grandes mejoras en los resultados en una temporada que circulaba un secreto a voces: 2015 sería el último en el que se vería un monoplaza Lotus en la F1.

 

Si nos aferramos a esta historia, los fanáticos de la gloriosa escudería Lotus, bien podrían albergar la esperanza de volver a ver, en el corto o largo plazo, ese emblema y sus clásicos colores girando en los circuitos de la F1 actual. Pero… ¿Han sido estos retornos, más allá de los vericuetos legales por el uso del nombre o la explotación de un recuerdo que por sí mismo lleva un peso específico, beneficioso para la marca ? ¿Sirvió para que las nuevas generaciones tomaran verdadera dimensión de lo que significó ver un monoplaza negro y dorado con el nombre Lotus participando en los últimos tiempos? Las generaciones que asistieron al nacimiento de la escudería de Colin Chapnan disfrutaron y se fanatizaron con esos hermosos y ganadores monoplazas negros con la publicidad de la tabacalera en dorado. ¿Pudieron sentirse identificados con estos nuevos ejemplares primero verdes y después, nuevamente, negros? En lo personal creo que no, al menos eso es lo que me ocurrió. Claro, es mi sensación que bien puede o no ser compartida por los lectores. Pero que mejor que sacarnos esta duda a través de los comentarios que puedan dejarnos al pie de la nota. Hasta la próxima…