El ex piloto francés le dio la primera victoria a Renault en 1979. Ganó dos Grandes Premios y parte de su carrera deportiva estuvo ligada con la automotriz del rombo.
La escuela francesa, aquella legendaria camada de pilotos galos que revolucionaron los años setenta, perdió a uno de sus ilustres representantes: Jean-Pierre Jabouille.
El hombre que condujo a Renault a su primera victoria en la Fórmula Uno, falleció este jueves a la edad de 80 años. Su familia comunicó la triste noticia pero no precisaron las causas de su deceso, informaron los medios franceses.
“Jabouille fue el artesano en la pista pero también en los talleres”, recordó el periódico Le Figaro. Una hermosa definición para una raza de corredores que desapareció de la Máxima Categoría: el piloto mecánico. Aquellos que, a parte de dominar un bólido en los circuitos más exigentes del mundo, eran poseedores de un profundo conocimiento sobre las entrañas de un auto; cualidades que valían el respeto reverencial de los mecánicos.
Esa facinación por los motores lo llevó, años más tarde, a licenciarse en ingeniería.
Escaló todos los peldaños que los franceses de su tiempo debían transitar para llegar a la F1: categorías regionales, Fórmula 3 francesa y campeonato europeo de F2.
Corriendo en F3, donde fue subcampeón detrás de François Cevert en 1968, comenzó su vínculo con Renault. La automotriz lo contrató para ser su piloto de pruebas en el desarrollo de los motores. Con ese padrinazgo pudo saltar a la F2 y conquistar el título en 1976.
Por esos años coqueteaba con la Fórmula Uno. Se inscribió en tres carrera para los equipos Frank Williams Cars, Surtees y Tyrrell; respectivamente. Con los dos primeros no pudo clasificar (Francia y Austria, 1974) y en la escudería de Ken Tyrrell finalizó duodécimo en Paul Ricard.
En 1977 comenzó la aventura junto al legendario Equipe Renault Elf. Tras dos temporadas decepcionantes que parecía no mejorar en 1979, sobrevino su momento de gloria. El 1ro de julio de aquel año, en el trazado de Dijon, obtenía la primera victoria para la escudería francesa. Sin embargo, la hazaña quedó eclipsada por la feroz lucha por la segunda posición entre Gilles Villenueve y René Arnoux (su compañero de equipo).
“Solo pensaba en terminar la carrera. Sabía que teníamos una oportunidad si llegábamos hasta el final. Fue un gran orgullo porque es difícil ganar en la F1. Un alivio también porque muchas veces había estado a la cabeza y, cada vez, había experimentado problemas de confiabilidad”, recordaba Jabouille a la agencia AFP en 2018.
Un año después, en Österreichring, volvería a ganar. El triunfo no pudo compensar los malos resultados que obtuvo a lo largo de 1980 en contraposición a la buena performance de Arnoux. Para colmo, un accidente en el Gran Premio de Canadá le fracturó las piernas y lo alejó brevemente de las pistas. En 1981 regresó con Talbot dónde corrió un puñado de carreras y luego se retiró.
La ficha técnica dirá que Jabouille largó 49 Grandes Premios sobre 55 intentos. Dos victorias (sus únicos podios) y seis pole position. Pero los números jamás resaltarán que su vida fue Francia y su patria lo acompañó en cada paso de su carrera en la Fórmula Uno.
Fue en el Gran Premio de Francia de 1974 dónde se inscribió por primera vez. Fue en el Gran Premio de Francia de 1975 dónde debutó. Fue en el Gran Premio de Francia de 1979 dónde alcanzó el triunfo. Además, una marca francesa apoyó su carrera. Y como si no le faltara más francesismo a su extraordinaria vida, era parisino. Romanticismo puro.