El 3 veces campeón del mundo nos dejaba un día como hoy en 2019, a sus 70 años. Niki conquistó los títulos de 1975, 1977 y 1984, con Ferrari y McLaren. Hoy, la escudería de Woking reveló una estatua en su homenaje.

 

 

En el día de hoy, 20 de mayo, mientras se disputan los primeros entrenamientos del GP de España, se cumple un triste aniversario. Hace 3 años, en 2019, fallecía Niki Lauda, triple campeón mundial y uno de los nombres más destacados en la historia de la F1. En el subsiguiente GP de Mónaco, Lauda fue homenajeado por los equipos de la categoría, siendo el homenaje de Mercedes uno de los más destacados, con el halo pintado de color rojo.

 

 

 

 

 

Lauda nació en Viena, Austria, el 22 de febrero de 1949. Pese a provenir de una familia adinerada, su camino a la máxima categoría no fue fácil, ya que ni su padre ni su abuelo, el renombrado Hans Lauda, aprobaban sus intenciones deportivas. Sin embargo, se las arregló para competir en Formula Vee y Fórmula 2, y debutó en F1 en su tierra natal, Austria, en 1971.

Llegó a Ferrari en el ’74, gracias a la recomendación de Clay Regazzoni, luego de pasar por March y BRM, y en su debut con la Scudería obtendría sus primeros triunfos, en España y Holanda. Esa fue una temporada bastante especial, con un duelo por el título llevado hasta la última fecha en Watkins Glen, donde Regazzoni intentó hacerse con la corona, que se llevaría por segunda ocasión Emerson Fittipaldi.

En 1975 llegaría su año de consagración; la 312B3 del ’74 sólo sería utilizada en las primeras dos fechas, Argentina y Brasil, para el debut de la legendaria Ferrari 312T. Con ella, Lauda ganaría en Mónaco, Bélgica, Suecia, Francia y Estados Unidos, por lo que se llevaría su primer título mundial.

 

 

 

 

Tuvo mucha más resistencia en la lucha de la edición 1976, con un James Hunt recién llegado a McLaren, proveniente de Hesketh. La 312T2 de Niki rendiría de forma excelente, y Lauda llevaba una gran ventaja para cuando la F1 visitó el “infierno verde”; el Nördschleife. Allí, en el “viejo” Nürburgring, Lauda sufriría un grave accidente en la vuelta 2 de la carrera, pasando por una curva de alta velocidad a la izquierda, que antecedía a Bergwerk. El austríaco sufriría quemaduras de gravedad, cuando su maltrecha Ferrari se encendió en llamas. Harald Ertl y Brett Lunger no pudieron evitar colisionar con Niki, pero se bajaron de sus coches, así como también lo hicieron Guy Edwards y Arturo Merzario , quién no dudó en ayudar a Niki. Finalmente el campeón del mundo fue rescatado, y fue internado por sus heridas de gravedad, sobre todo en los pulmones.

Tras una milagrosa recuperación, Lauda estaba de vuelta en las pistas para el GP de Italia, en Monza, un poco más de un mes después de su accidente. Si bien aún sufría enormemente por sus heridas, Niki se las arregló para llegar 4° y volver a la lucha por el título contra James Hunt. Finalmente el británico se llevaría el campeonato en la última carrera, en Fuji, donde Lauda abandonó voluntariamente al ver las complicadas condiciones climáticas. La lluvia era muy densa, y a su retiro voluntario le siguieron el de Fittipaldi, Carlos Pace, y el australiano Larry Perkins. Niki perdió el campeonato por sólo 1 punto, frente a Hunt, quien sólo conquistaría ese título de 1976.

En 1977 Lauda volvería a llevarse la corona, con su 312T2 y un nuevo compañero de equipo, el argentino Carlos Reutemann. Pese a su logro, tras asegurarse el campeonato en el GP de los Estados Unidos, el austríaco dejó Ferrari y le cedió su asiento a un joven Gilles Villeneuve. Volvería para la temporada 1978 con Brabham.

Su suerte con el equipo británico no sería mucha, abandonando en gran cantidad de carreras con el BT46, ese coche de tan llamativo “ventilador” en la parte trasera de su versión “B”. De hecho, la única carrera en la que efectivamente se utilizó la versión “B”, Lauda se llevó la victoria, en Suecia.

 

 

 

 

1979 sería la última temporada del por entonces bicampeón, con una enorme cantidad de abandonos (11) a manos del BT48.

Tras un largo descanso, en el que Niki se dedicó a su otra pasión, la aviación, Lauda regresó a la F1 en 1982 de la mano de McLaren, escudería donde su viejo rival, Hunt, competiría desde 1976 hasta 1978. Tras dos temporadas de infortunio, Niki tuvo la oportunidad de regresar a las primeras planas en 1984, donde disputaría el mundial con su compañero Alain Prost, en una loca temporada donde Ayrton Senna haría su debut con Toleman.

Lauda se llevó el título en aquel 1984 por tan sólo medio punto, sumando así su 3° y último campeonato mundial. Se retiró a fines de 1985, a los 36 años de edad, habiendo cosechado 25 victorias y 54 podios en 171 largadas de F1.

Volvió a incursionar en la máxima categoría como consultor de Ferrari en 1993. Luego de un breve paso por Jaguar entre 2001 y 2002, pasarían 10 años de inactividad, hasta que se involucró, a finales de 2012, con Mercedes.

Fue allí donde los fanáticos lo verían en sus últimos años de vida, siendo él partícipe del éxito de la escudería alemana en la era híbrida de manos de Lewis Hamilton, (piloto en cuyo fichaje él mismo se vio involucrado) Nico Rosberg y Valtteri Bottas.

Falleció el 20 de mayo del 2019, mientras dormía en Hospital Universitario de Zurich, en Suiza. Fue homenajeado de todas las formas en el GP de Mónaco, circuito en el que se llevó 2 victorias. Hoy, a 3 años de su partida, McLaren le rinde tributo presentando una estatua en el  McLaren Technology Centre (Centro tecnológico de Mclaren) en Woking.

 

 

 

 

 

Esta es tan sólo una muestra del enorme legado que dejó en la historia de la F1, y en la mente de sus fanáticos, Niki Lauda. El austríaco demostró una enorme capacidad de recuperación, para ganar nada menos que 2 campeonatos mundiales frente a pilotos como Prost, Nelson Piquet, Mario Andretti, Ronnie Peterson y tantos otros héroes de la categoría.