El británico se impuso en Interlagos luego de intercambiar posiciones con Piastri. McLaren se enredó en su estrategia y Verstappen casi saca provecho. La distancia en el campeonato se redujo a 45 puntos.
No hubo sorpresas en el circuito de Interlagos. O por lo menos uno de los equipos protagonistas lo evitó. McLaren logró el 1-2 en la Sprint ordenando a Oscar Piastri ceder la victoria a su compañero y segundo en el campeonato Lando Norris.
El equipo actuó con la lógica que se espera en las instancias definitorias en una temporada. Pero a nada estuvieron de volver a cometer errores que hubieran beneficiado a Max Verstappen que, en definitiva, continúa reduciendo daños a falta de cuatros Grandes Premios y una carrera Sprint.
La demora en dar la orden a Piastri, que lideraba con autoridad desde la partida, podía haber terminado en un shock psicológico. El tardío Virtual Safety Car, que se produjo a dos giros del final, los hubiera sorprendido con el australiano primero, el británico segundo y Verstappen agazapado para un zarpazo de tigre a su retador.
Se aguardaba, como mínimo, que Norris terminara la carrera sabatina recortando dos puntos en el campeonato; cosa que ocurrió. Pero nadie esperaba que el equipo de Woking se enredara con su estrategia.
En la partida, mientras Piastri cerraba muy bien el interno para evitar que su compañero saltara a la primera posición, el Red Bull de Verstappen sorprendió a Charles Leclerc. La Ferrari se vio forzada entrar a la par en la primera curva para mantener la tercera posición. Sin embargo, Verstappen se convirtió en la sombra molesta del monegasco.
Los McLaren no sacaban diferencia con respecto a sus perseguidores. Se puede interpretar de varias formas: no mostrar el potencial con miras a la Qualy, alta degradación de los neumáticos medios o uno de los papaya no tenía ritmo.
La última presunción es lo que podría justificar la no escapada de Piastri. Advertido por el pit wall, el australiano tuvo que reducir el ritmo para darle DRS a Norris que estaba ante un inminente ataque de Leclerc, y éste se encontraba presionado por Verstappen.
La batalla entre Max y Charles por la tercera posición fue una señal de alarma. Increíblemente, Woking informó a sus pilotos que mantuvieran el ritmo hasta la última vuelta -donde intercambiarían posiciones-. Fue desconcertante la táctica. La Ferrari no podía contener a Verstappen y McLaren se mantenía atado tercamente al plan.
Solo cuando el líder del campeonato superó a Leclerc, las dudas comenzaron. La estrategia podría naufragar al mínimo error. Y el humo en la parte posterior del Haas de Nico Hülkenberg los hizo entrar en razón.
A falta de tres vueltas, el coche del alemán comenzó a tener problemas de motor y se detuvo fuera de la curva 8. Dirección de Carrera no definía sí enviar Safety Car o declarar un Virtual. McLaren, en un lapsus de cordura, dio la orden de cambiar posiciones: Norris pasó a la punta y Piastri a segunda posición. La reacción llegó justo a tiempo porque unos segundoa después hubo Virtual Safety Car.
Con la victoria asegurada, más allá del intento de Verstappen de sorprender al australiano en el reinicio, Norris pudo descontar dos puntos al holandés en la lucha por el título. McLaren esquivó una torpeza que hubiera sido una perla más al collar de errores que podrían costarle el campeonato al británico.