El británico arrasó en Q3 pero McLaren no pudo asegurarse la primera línea. Verstappen partirá segundo y Piastri tercero. Hamilton y Sainz quedaron eliminados en Q2.
Lando Norris voló en Zandvoort. El británico aplastó a sus rivales en Q3 y se quedó con la pole position para el Gran Premio de los Páises Bajos. En segundo lugar quedó Max Verstappen que fue relegado a la segunda posición por +0.356s.
La vuelta del McLaren fue aplastante: 1:09.673s. Poco podía hacer el líder del campeonato para evitar que su principal retador en el campeonato se asegurara la salida de privilegio. El Red Bull siempre estuvo a dos décimas de quienes lideraron los entrenamientos del viernes (Norris y Russell), y no sorprendió la diferencia en clasificación.
Sin embargo, Norris y McLaren no deben confiarse del éxito de este sábado. El trazado holandés le cae muy bien al coche papaya para que despunte velocidad, pero con tráfico se convierte en el peor de los infiernos. Y con un Verstappen en segundo lugar, las malas salidas que experimentó Norris desde la pole, y sin la “ayuda extra” de aquellos que ahora se le animan a Mad Max, corren el riesgo que se escape otra victoria.
Norris necesitaba que Verstappen clasificara P5 o más atrás. Para ello dependía que su compañero Oscar Piastri y los Mercedes fueran tan fuertes como el viernes; que una de las dos Ferrari estuviera inspirada; y que Fernando Alonso lograra uno de sus milagros con el Aston Martin. No se cumplieron ninguno de sus deseos.
Pese a que los pronósticos señalaban que la lluvia caería en Zandvoort sobre el final de la Qualy, nadie quiso especular y se lanzaron a la pista desde el inicio de la Q1.
La clasificación comenzó con una baja. Williams no pudo recuperar el coche de Logan Sargeant (que tuvo un fuerte accidente en PL3), por lo que el primer corte se redujo a cuatro. No hubo grandes sorpresas, cayeron las marcas de siempre: los inefables Sauber de Zhou Guanyu y Valtteri Bottas, un Alpine (Esteban Ocon) y un RB (Daniel Ricciardo).
El punto de quiebre, para las ambiciones de McLaren, fue la Q2. Max Verstappen ya no podía sacarle más potencia a su maltrecho Red Bull. Solo se conformaba con hacer la vuelta que le garantizara la Q3 y guardarse en el garage para estudiar con su Pit Wall la estrategia para la lucha por la pole.
Mientras el box de Milton Keynes se encontraba en modo reflexivo, los de Woking lideraban cómodamente la Q2. Norris y Piastri se perfilaban para pintar la primera línea de color papaya en un circuito 100 por ciento naranja. Pero los planes comenzaron a fallar.
Lewis Hamilton (Mercedes) y Carlos Sainz (Ferrari) no superaron el segundo corte. Era una mala noticia para los dirigidos por Andrea Stella. Hamilton era uno de los que podía hacer frente a Verstappen con un coche superior al RB20, y el español podría retrasarlo en la carrera durante el juego de las paradas.
Con dos bajas fuertes, la Q3 se achicaba a un duelo entre Verstappen, Norris, Piastri, Russell y, en menor medida, Leclerc. Fue una expresión de deseo. Los sobrevivientes de Mercedes y Ferrari no tenían ritmo para relegar al Red Bull, y Piastri comenzaba a ser superado en los cronos por el dueño de casa.
Se repitió el final de las últimas clasificaciones. Verstappen alcanzó la pole provisoria y un coche más rápido que el suyo se la quitó. Fue lo que hizo Norris. El británico logró el mejor cajón de la grilla, pero McLaren no pudo asegurarse la primera línea: Piastri terminó tercero (+0.143s detrás del Red Bull).
En la cobertura de los entrenamientos del viernes señalábamos que las probabilidades de triunfo de Max Verstappen eran casi nulas. Pero el resultado de este sábado aumentaron sus chances en un circuito que tiene las mismas dificultades de rebase que Mónaco y Hungría. Y si bien el holandés está administrando la ventaja con Norris en el campeonato de pilotos, no dejará de arriesgar ante una opción de triunfo. Y más en casa.
