El piloto británico no pudo determinar dónde estuvo la clave para vencer tan fácilmente al ‘aussie’ en la lucha interna de McLaren.
El desempeño general de McLaren en el último campeonato mundial de F1 ha ofrecido varias particularidades dignas de ser analizadas. Cuando se esperaba que definitivamente se integre a la pelea de los tres equipos más poderosos, la escudería con sede en Woking no pudo conservar la espiral ascendente de rendimiento del 2021, perdiendo el cuarto lugar final a manos de los franceses de Alpine, provocando una mueca de decepción en sus numerosos seguidores.
Una de las posibles claves de tan evidente retroceso ha sido la pálida performance del australiano Daniel Ricciardo. En efecto, el ex Toro Rosso, Red Bull y Renault no ha dado la talla mínima frente a las expectativas que se tenían sobre su figura, transformando su temporada 2022 en una continua cadena de sinsabores. El que se refirió al trabajo del nacido en Perth fue Lando Norris quien, consultado por The Race acerca de cual era su opinión sobre la superioridad que ha marcado sobre su ex compañero de equipo expresó:
“Realmente no es tan fácil de responder, no tengo una explicación. Me encantaría para mi propio beneficio porque siempre existe la posibilidad de que pueda estar en esa posición dentro de 10 años o cuando conduzca un automóvil diferente. Cualquier conductor podría estar en una posición en la que las cosas simplemente no se sienten bien. El coche de 2022 fue muy impredecible, dabas unas vueltas, corregías los reglajes y dices ‘Lo tengo’, luego intentaba hacer exactamente lo mismo en la siguiente vuelta y, por alguna razón, el auto simplemente no hacía lo mismo que antes. Daniel se quejaba de lo mismo. Cada fin de semana, teníamos que adaptarnos y cambiar el estilo de conducción. Supongo que eso es lo que debo haber hecho mejor”.
Más allá de vencer con comodidad a Ricciardo y de haber finalizado el Mundial de Pilotos en séptimo lugar siendo el mejor del resto, Norris nunca se sintió cómodo con el coche tras los cambios reglamentarios introducidos un año atrás, llegando a expresar que “odiaba los nuevos monoplazas” (sic) por la sencilla razón que no ofrecían demasiado margen de innovación a causa de las inflexibles reglas vigentes que impedían su desarrollo. En este sentido, Lando detalló algunos pormenores del MCL36 y las dificultades con las que debían lidiar y a las cuales debió adaptarse y sobreponerse redoblando esfuerzos carrera tras carrera:
“El estilo de conducción natural de Daniel a principios de año se adaptaba más al coche que a mí y tuve que obligarme a conducir de una manera diferente. Siento que he hecho un buen trabajo, similar al de Carlos Sainz en Ferrari que se quejó mucho al principio de la temporada y tuvo que trabajar duro para adaptarse y sacarle el máximo partido al auto. Ese es el trabajo del conductor, al final del día, sin importar el coche que sea. Ya sea que el automóvil sea fácil de conducir o difícil de conducir, el trabajo del conductor es salir y adaptarse a él y comprender cómo conducirlo de la manera más rápida. Pero lleva tiempo. Eso es algo que me ha hecho creer que he hecho un buen trabajo este año”, dijo para cerrar.