El británico ganó por más de 20 segundos de diferencia sobre Verstappen. Piastri llegó tercero pero no pudo alcanzar al holandés. Ricciardo, en lo que podría ser su última carrera, jugó para Red Bull y le quitó a Norris el récord de vuelta.
Lando Norris (McLaren) ganó de inicio a fin el Gran Premio de Singapur. Dominó las 62 vueltas, en el circuito callejero de Marina Bay, con una ventaja de poco más de 20 segundos sobre su perseguidor: el líder del campeonato Max Verstappen (Red Bull).
La tan esperada carnicería en la salida, con ambos en primera fila, nunca ocurrió. Podríamos decir que la carrera se definió en los metros iniciales. El británico aprendió las lecciones de las cuatro poles que tuvo este año y no cometió errores. Nunca dio oportunidades a Verstappen. Exhibió buenos reflejos en la largada y no dudó en las primeras curvas -como le ocurrió con Oscar Piastri en Monza-.
Verstappen entendió que no podría con el papaya. El McLaren estiraba una diferencia que no tenía techo. Con las cartas sobre la mesa e intuyendo como sería la carrera, el holandés se dedicó administrar la segunda posición.
Ambos se aseguraron el podio. Verstappen, en particular, nunca vio peligrar su P2 ante la amenaza de Lewis Hamilton. El siete veces campeón, que largó tercero, apostó por una salida con neumáticos blandos para sorprender a su otrora némesis. Pero la velocidad del Red Bull era demasiado para el Mercedes.
La verdadera acción ocurrió detrás del terceto inicial. Un desparramo de coches reafirmó la fama de curva 1 de Marina Bay. La corta distancia entre la línea de salida y la primera variante es un reto de supervivencia. George Russell (Mercedes, cuarto) cerró levemente el giro para cuidarse de Piastri (McLaren, cuarto). El australiano levantó para evitar el toque obligando a Fernando Alonso (Aston Martin) y Charles Leclerc (Ferrari) a cortar la curva para evitar una colisión. No serían los únicos, Alex Albon (Williams) también se vio forzado a desviarse.
El culpable que el tailandés tuviera que cortar fue su propio compañero: Franco Colapinto. El novato hizo una de las mejores partidas de un piloto en la temporada. Largó desde la P12 jugándose por el interno. Con pista sucia superó magistralmente a Yuki Tsunoda, Carlos Sainz, Albon y Leclerc. El argentino subió cuatro puestos dejando mudo a propios y extraños.
El tifón Colapinto fue tan sorpresivo que complicó el plan de carrera de Albon, Tsunoda y Sainz. Williams recurrió, en la vuelta 11, a un multi undercut para que el tailandés ganara varios puestos y estar de nuevo a tiro del Top 10. Ferrari leyó la jugada de Grove e hizo lo mismo con Sainz. El español, con un coche superior a los del medio pelotón, anuló el ataque virtual de Williams y realizó una remontada que lo catapultó a los puntos. Albon, quien abrió el juego, abandonaría más tarde por problemas de refrigeración.
El dominio absoluto de Norris y la pasividad de Verstappen llevaron la carrera a un pozo. Un puñado de rebases y algunas luchas evitaron que el público se aburriera.
Leclerc, que debía recuperar terreno por el traspié de la primera curva, estiró su pit stop. El monegasco, con neumáticos más frescos, pudo escalar hasta la quinta posición. Mientras que Fernando Alonso, Nico Hülkenberg, Sergio Pérez y Franco Colapinto se trenzaban en una discusión por los puntos.
El español, que no deja de asombrar con el Aston Martin, mantuvo una diferencia de tres segundos sobre sus perseguidores. Además, se aprovechó que el alemán hizo la vida imposible al mexicano. Checo, con un coche superior como el Red Bull, no podía superar al Haas que se defendía con las dificultades de rebase en Singapur. Colapinto, sin posibilidad de alcanzarlos, se mantuvo agazapado. El novato, fuera de los puntos después de la parada en boxes, aguardaba un error de los más experimentados para trepar a P10.
Norris también contribuyó para manener al público despierto. El británico puso en riesgo la victoria en dos ocasiones. La primera cuando estuvo por rozar el ala delantera izquierda con las defensas de la curva 6. La segunda, en la 47, cuando su neumático trasero derecho tocó el muro al girar en la 10. En ambos casos, Norris corría a fondo para la vuelta rápida. Era el mismo error que cometía Verstappen cuando tenía una amplia ventaja en punta.
McLaren nunca bajó un mensaje para que no arriesgara el triunfo, quería el bonus a toda costa. Si Norris cosechaba 26 puntos -25 por victoria y 1 por vuelta rápida- podía descontar ocho al holandés. Pero Verstappen cuenta con una ventaja: RB. El equipo satélite de Red Bull llamó a Daniel Ricciardo para un pit stop. Le calzaron neumáticos blandos y una misión: hacer el récord de vuelta. A falta de dos giros el australiano comenzó a bajar los parciales.
Norris cruzó la meta como vencedor y dueño provisorio del punto extra, pero Ricciardo cumplió el objetivo. Verstappen, en segunda posición, agradeció el gesto de su ex compañero. Mientras que Piastri, que ganó la tercera posición en una áspera lucha con Russell, no pudo alcanzar al Red Bull.
La estrategia de los equipos hermanos podría convertirse en el último acto de Ricciardo en la Fórmula Uno. En el corral de prensa se quebró varias veces cuando era entrevistado para distintas cadenas de televisión. Verstappen, consultado sobre el australiano por DAZN España, tuvo un desliz: “Yo también siento su marcha, siempre hemos tenido una excelente relación”. Sorprendida por el descuido, una asistente de prensa de Red Bull cortó la rueda con el grupo de periodistas de habla hispana y se llevó al piloto.
La victoria de Lando Norris quedó opacada por el futuro de Daniel Ricciardo en RB. Ya habrá tiempo para analizar el derrotero de sus últimos años en la F1. A todos se nos hizo un nudo en la garganta verlo emocionado y respondiendo cada pregunta como una despedida. En las próximas horas se confirmará si es cierto o no que Red Bull decidió eyectarlo de su asiento por Liam Lawson. Es la cara cruel de la Máxima Categoría, una política que la organización de Milton Keynes aplica sin piedad. Injusto destrato para un ganador de ocho Grandes Premios.