No hace falta escribir un prólogo contando quién fue Ayrton Senna. Todo aquel que esté leyendo esto conoce sus proezas y sus hazañas tanto en lo deportivo como en la vida, porque fue eso, ídolo dentro de la pista, ídolo fuera de ella.
Este fin de semana la Fórmula 1 corre en Imola luego de 14 años, y en la previa se comenzó a pensar en la leyenda brasileña. Un GP especial para quiénes lo siguieron, lo idolatraron y lo admiraron en vida, pero igual de especial para quiénes no pudimos verlo. Porque Ayrton pudo y puede hacer que generaciones lejanas a su época lo idolatren como si aún siguiera aquí.
Hoy en día, las redes sociales nos pueden llevar a esos años dorados de la máxima, los años de esplendor del tricampeón mundial y nos acercan a ello.
Puedo estar seguro que si Ayrton no hubiese existido, pilotos que hoy están en lo más alto probablemente ni siquiera lo hubiesen intentado, como el más ganador de Grandes Premios en la historia y séxtuple campeón del mundo, Lewis Hamilton, que en sus primeros pasos en karts y su debut en F1 llevaba los colores de Senna en su casco tal como lo hizo en São Paulo el año pasado. O el ganador de Indy 500 y campeón de IndyCar Simon Pagenaud, que cada vez que tiene la oportunidad habla de su ídolo, Senna. Así puedo nombrar a muchos más que marcó el brasileño cuando lo miraban por la tele.
Pero, quiénes no lo vieron? El joven talento de Alpha Tauri, Pierre Gasly, nació en el 96′, tiene 24 años y no pudo verlo, pero es tan grande lo que genera, lo que significa el brasileño, que llevará el mítico diseño de la leyenda en su casco y cuando lo dio a conocer emocionó a multitudes en las redes.
Eso es Senna para la posteridad, inspiración, grandeza, historia. No hace falta describirlo con más palabras. Solo recordando el GP de Brasil de 2019 cuando Bruno giraba con el McLaren que corrió su tío y todas las tribunas coreaban “olé, olé, olé, olé, Senna, Senna” ya se entiende todo. Viendo las imágenes se puede apreciar a niños tal vez de 8 ó 10 años cantando, porque no hace falta haberlo vivido o recordar algo de aquel tiempo para comprender que Senna es sinónimo de grandeza e inspiración. Inspiración para los actuales y los futuros; ya que cuando se habla de Ayrton Senna da Silva, se habla de pasión, de esperanza, de sueños, y de nunca rendirse.
Creo que ese es el legado más importante que él dejó para nosotros, las generaciones contemporáneas, y también las que vendrán, porque seguirá en el recuerdo para siempre.
Obrigado, Senna. Resistente al olvido.