A menos de una semana para el inicio de la temporada, los de Milton Keynes dominaron el último día de test en Bahrein. Ferrari mantuvo su regularidad. El efecto marsopa se ensañó con Mercedes.

 

Se bajó el telón de la pretemporada. Max Verstappen se quedó con el mejor tiempo del Día 3. Sumando el primer lugar que obtuvo Sergio Pérez en la tanda vespertina, la jornada en Sakhir fue altamente positiva para Red Bull a seis dìas del inicio del campeonato mundial.

 

Dos objetivos se planteó el campamento de Milton Keynes para cerrar su programa. El primero ajustar la configuración aerodinámica y el segundo si la reducción de los pontones -no al extremo como hizo Mercedes- ayudaba a paliar el efecto porpoising o marsopa (su traducción al castellano). A primera vista, y a lo largo de las seis horas de ensayo, daría la impresión que Christian Horner y su equipo encontraron el equilibrio ideal para el auto; aunque habrá que esperar el análisis final de los ingenieros.

 

 

Otro interrogante, el cuál no tendrá respuesta hasta la segunda fecha, es si los equipos cometieron el mismo error de la pretemporada 2021 y enfocaron las configuraciones exclusivamente para la primera fecha en vez de proyectar al primer tercio del campeonato. El hecho que el último test se realice en el mismo escenario de la carrera inaugural podría generar una confusión de prioridades. El mejor ejemplo fue Yuki Tsunoda quién dominó las pruebas de Sakhir el año pasado y siete días después, en el mismo trazado, debutaba en la categoría con un muy buen desempeño; posteriormente, con el correr de las fechas, se iría desmoronando.

 

Regresando al último día de pruebas en Bahrein, el campeón del mundo giró 53 vueltas en el último turno -marcando su mejor registro en 1m31.720-. Las pocas veces que el pit wall autorizó una vuelta rápida fue bien aprovechada por el neerlandés. Solo tuvo un inconveniente en su penúltima salida cuando el RB18 se fue de cola en el momento de abrir el reloj.

 

Pero no solo Verstappen recolectó buenos datos para Horner. En la primera sesión, Sergio Pérez completó sin problemas su programa y el final del primer turno lo tuvo en la cima del clasificador. Todo indicaría que los Red Bull están a punto para el primer desafío del año.

 

 

A 0.695s del campeón se ubicó Charles Leclerc. Nuevamente Ferrari dio la nota con los avances del F1-75. Con un programa conservador y manteniendo la cautela, el auto mantuvo su regularidad en las dos rondas de test (España y Barhein). Maranello encaró el última día con dos programas diferentes. Carlos Sainz giró poco por la tarde -el auto estuvo más en box que en pista- mientras que Leclerc tuvo más actividad por la noche. En ambos casos, la búsqueda del tiempo no fue prioridad. Sin embargo, el monegasco clavó el reloj en 1m32.415 y saltó a la primera posición -que lo mantuvo casi media hora-. Los Tifosis se ilusionan.

 

Mercedes tuvo una jornada muy complicada. El auto no respondió al potencial del motor. Si bien Lewis Hamilton marcó buenos parciales era evidente que Brackley no encontraba la configuración. Para colmo el porpoising fue un dolor de cabeza para los pilotos e ingenieros. Tanto el ex campeón como George Russell padecieron el rebote.

 

En un último esfuerzo para reducir la marsopa, los mecánicos de Mercedes, a falta de cuarenta minutos para el final, rebajaron el piso. El vallado humano que impedía ver los trabajos no podía ocultar el ruido de las amoladoras y los gritos de los operarios. Russell, quién estaba al comando del W13, pudo regresar a pista y el remedio no aportó mucho. El cuarto lugar del joven británico (1m32.759) es solo una caricia luego de tres difíciles días de trabajo.

 

 

Fernando Alonso coló en el clasificador a su Alpine entre las marcas potencialmente favoritas para este año (Ferrari, Mercedes y Red Bull). El A522 rosado -que lucirá esa librea en las primeras dos fechas- mostró algunas mejorías sobre el final de la segunda tanda. La escuadra francesa tuvo una segunda ronda de test para el olvido que retrasó su programa de pruebas. El tercer lugar con 1m32.698 -a 0978s de la punta- fue más el amor propio del español que por el rendimiento del auto.

 

El resto de la parrilla tuvieron sus altas y bajas. La más notoria fue la de Valtteri Bottas en el segundo turno. Su Alfa Romeo tuvo problemas de transmisión que lo detuvo en la curva ocho ocasionando bandera roja. También Mick Schumacher estuvo a punto de generar otra neutralización al irse de cola su Haas, en la entrada a la recta, cuando se disponía a girar rápido -similar a lo que le ocurriría más tarde a Verstappen-. Por fortuna el alemán quedó sobre el ingreso a boxes y pudo arrancar de nuevo el coche.

 

 

Nota aparte para McLaren. Baherein no trató bien al MCL36 y dio la sensación que hubo un paso atrás a lo observado en España. El auto tuvo dificultades de confiabilidad y se notó mucho más en el último día. Para colmo hay incertidumbre sobre quién acompañará a Lando Norris en la fecha inaugural. Si bien se asegura que Daniel Ricciardo, recuperándose de un cuadro de Covid, estará para el inicio del campeonato; durante la sesión nocturna, Alpine sorprendió con un comunicado donde ponía a disposición de Woking a su piloto de reserva Oscar Piastri. El joven australiano posee la Superlicencia y podría reemplazar a su compatriota si no se recupera a tiempo (Patricio O’Ward, tester de McLaren, no puede suplantarlo por no alcanzar los kilómetros necesarios a bordo de un F1).

 

A falta de seis días para el inicio de la temporada, los nuevos autos se encaminan a cumplir su tarea: ser un enigma que se develará fecha tras fecha. Solo hay una certeza: será un campeonato atractivo y con múltiples sorpresas. Es lo que buscaba, desde hace tiempo, la Fórmula Uno.