Finalizó sexto en Q3 pero las penalizaciones a Verstappen, Sainz, Pérez y Hamiltom lo dejaron en segundo lugar. “No merecemos estar comenzando en P2 después de la actuación de hoy”, dijo.
El británico George Russell no se deja engañar por el orden de partida confirmado por los comisarios. En el escritorio de la torre de control le tocó la segunda posición en parrilla pero, en el asfalto de Monza, el cronómetro lo dejó en sexto lugar. El juego de las penalizaciones, que incluyó a su propio compañero Lewis Hamilton, lo catapultó a la primera línea acompañando al poleman Charles Leclerc.
Con total sinceridad dijo, en el corral de prensa, una frase que sintetizó la realidad de Mercedes en su excursión por Italia: “No merecemos estar comenzando en P2 después de la actuación de hoy”.
Tras el buen rendimiento en Zandvoort, era previsible que volvería a mostrar problemas los W13. El circuito neerlandés no tiene variantes rápidas a diferencia de su par italiano que es considerado “el último bastión de velocidad pura”; el tipo de escenario que no le cae bien a los coches de Brackley.
“De nuevo fue una sesión frustrante porque parece que no podemos poner el auto en ese punto óptimo”, comentó Rusell. Además, describió como fue involucionando desde la primera práctica del viernes: “[En] FP1 el auto se sintió muy bien, en FP2 y FP3 sustancialmente peor”.
“En la Q1 el auto se sintió muy bien, [estábamos] a unas décimas de Ferrari. Q2 y Q3 fue peor”, continuó detallando.
Consultado si los ajustes en la configuración influyeron en la falta de confiabilidad en Monza, el británicó no encuentró respuesta. “Tenemos a los mejores ingenieros trabajando día y noche para comprender por qué nuestro rendimiento fluctúa tanto en 15 carreras y todavía no tenemos una idea del por qué”, subrayó.