El norteamericano, que debutará la próxima temporada con Williams, rememoró el camino para lograr los puntos de la Superlicencia. “Comprendí bastante lo que estaba en juego y estaba en paz con eso”, comentó.
Sábado 22 de octubre de 2022. Mediodía caluroso en el circuito de Austin que se preparaba para la tercera sesión de entrenamientos libres. En la sala de conferencias, durante la rueda de prensa con los jefes de equipo, Jost Capito anunciaba que Logan Sargeant, piloto de la academia Williams e integrante del equipo Carlin de F2, ocuparía el segundo asiento de Grove para 2023. “Creemos que está listo para competir”, señaló el entonces director del equipo con una condición sine qua non: “Debe tener los suficientes puntos de Superlicencia después de Abu Dhabi para ser nuestro segundo piloto el próximo año”.
El norteamericano estaba cerca de lograr el objetivo pero el ajustado ritmo de la F2 ponía en duda si podría lograrlo. La historia es conocida. En Abu Dhabi obtuvo los puntos que le faltaban y logró la Superlicencia que le asuguró un lugar en la temportada 2023 de la Fórmula Uno.
“Estaba tratando de encontrar un equilibrio entre el riesgo y la recompensa, de verdad”, comentó Sargeant a la revista Autosport al rememorar el desafío que le impuso Capito. “En realidad, no fue tanta la presión como esperaba porque al comenzar el fin de semana, comprendí bastante lo que estaba en juego y [estaba] bastante en paz con eso, así que me quité la presión”, describe al rememorar el fin de semana en Yas Marina que le dió el ascenso a la Máxima Categoría. “Sabía que si ejecutábamos como podíamos y teníamos el mismo ritmo que hemos tenido durante todo el año, todo estaría bien”, dijo.
“En las carreras tuve que encontrar un buen equilibrio entre ser demasiado agresivo y poco agresivo”, explicó. Sexto en la Sprint y Quinto en la carrera, resultados que le garantizó la Superlicencia y la butaca en Williams. Su primer año completo en F2 -la temporada pasada solo corrió un fin de semana en Arabia Saudita– lo ubicó en cuarto lugar con dos victorias, un segundo lugar y un tercer puesto.
“Simplemente necesitaba tener un buen desempeño y terminar en algún lugar en la parte superior del campeonato para obtener mi superlicencia”, comenta. El joven oriundo de Florida destacó que tuvo una temporada sólida con el equipo Carlin. “Tal vez no lo hicimos tan bien como pudimos. Pero creo que el ritmo que mostramos fue muy fuerte y terminamos bien en el campeonato”, agrega.
Ahora comienza otro capitulo. La Fórmula Uno siempre es demandante y hace sentir rigor a los novatos. Sargeant destacó la importancia de ser integrante de la academia de Williams. Su trabajo con Grove le permitió, a lo large del año, preparar la transición de la categoría promocional a la categoría reina. “Lo más importante es la cantidad de tiempo que pasé en el simulador de F1, los FP1 que he hecho últimamente y llegar a esta última prueba; eso es lo que realmente me da la oportunidad de salir de mi zona de confort y mejorar. lo máximo”, explicó.