El campeón de 1996 considera que no es conveniente seguir adelante con la competencia tras el atentado terrorista perpetrado en la víspera.
El atentado terrorista ocurrido en una de las instalaciones que la petrolera Aramco posee a unos 10 kilómetros del circuito callejero de Jeddah sembró, por motivos obvios, un océano de dudas sobre la realización de este Gran Premio.
Conocida la intención de no correr de la mayoría de los pilotos, a la cual luego adhirieron democráticamente los más dubitativos, se celebraron febriles reuniones y negociaciones hasta altas horas de la madrugada para intentar convencer a estos sobre la existencia de garantías para su realización, algo que, finalmente, fue aceptado por los corredores no sin el debido pase de factura sobre algunas cuestiones que la F1 y la FIA parecen no tener en cuenta a la hora de visitar lugares socialmente muy convulsionados.
Quien hizo explosivas declaraciones oponiéndose rotundamente a la decisión de correr en Arabia Saudita fue Damon Hill, ex-piloto de las escuderías Williams y Arrows, posteando en sus redes:
“¿Qué tan incongruente es esto? ¿No hay nada por lo que alarmarse? La carrera sigue. Será interesante ver cómo se trata esto. La Fórmula 1 literalmente está jugando con fuego”, disparó.
Lo cierto es, que las palabras de Hill tienen sentido, pues, no suena muy coherente que ante este tipo de hechos, por un lado el gobierno de Arabia Saudita recomiende a su población no salir a la calle de no ser necesario, y por el otro, tomar la determinación de continuar con este evento brindando dudosas garantías a un posible blanco que puede ser bastante apetecible para cualquier organización terrorista.
Es preciso recordar, que Aramco, propietaria de las instalaciones atacadas en la jornada del viernes, es una exitosa compañía fundada en 1933 dedicada a la industrialización de recursos energéticos no renovables como petróleo y gas natural para la fabricación de productos petroquímicos y combustibles con sede en Dhahran, Arabia Saudita y que emplea en total a 76000 trabajadores en sus diversas plantas y dependencias. Esta empresa ya había ingresado como patrocinador global de la F1 en la temporada 2021 y, actualmente, es patrocinador oficial del equipo Aston Martin.