El próximo domingo, la F1 visitará una de sus clásicas catedrales, el circuito Ingles de Silverstone, quizás, el pilar donde reposa la categoría en estos momentos.
Una Fecha: 13 de Mayo de 1950, un lugar: Un viejo aeropuerto de Silverstone Inglaterra: Un acontecimiento: La realización del primer campeonato mundial de pilotos en la categoría que pasó a llamarse Fórmula 1.
Ese día, los Reyes de Inglaterra y 200.000 espectadores, vieron con asombro como esos monopostos de 1.5.litros y más de 400 caballos de fuerza devoraban la cinta asfáltica en pos de un espectáculo que comenzaba a atraer a las masas, encima de ellos, los mejor que se encontraba en el mundo en materia de pilotos, hombres curtidos con las asperezas de la segunda guerra mundial, hombres que se habían ganado el derecho de intentar dominar esas bestias desafiando las leyes de la física y sin importarle que la sigilosa mirada de la muerte los observaba a cada paso.
Los autos a batir eran los Alfa Romeo 158, que habían sido confiados a los Italianos, Giuseppe Farina y Luigi Fagioli, llegando primero y segundo respectivamente, tercero otra “Alfeta” la de Reginald Parnell, mientras que la cuarta Alfa Romeo, conducida por nuestro Juan Manuel Fangio se retiraría faltando tan solo ocho vueltas para que caiga la bandera a cuadros por rotura de la bomba de aceite.
Un año después, en el legendario circuito, se llevaría a cabo una cita que para nosotros, los argentinos, quedará marcada a fuego en nuestra memoria, ese 14 de Julio de 1951, “La tromba de Arrecifes” se pondría al frente de una lista que ni el más perspicaz de los pilotos podría jamás superar, nunca, José Froilán González obtendría la victoria dándole el primer triunfo en la Fórmula 1 al equipo Ferrari.
“Nos quedamos patinando todos los de la primera fila, entonces, Villoresi (Ferrari), Bonetto y Sanesi (Ambos con Alfa Romeo) nos pasaron como postes, me agarré una bronca bárbara, en la primera curva ya estaba cuarto, me empecé a acomodar, lo superé a Villoresi y cuando me acercaba a las dos Alfetas, me tiraron dentro del campo. No hice el zigzag que tenía la pista, seguí derechito y tire al diablo unos tarros que había al principio limitando la curva.
Los tipos se me iban adelante, pero como yo hacía menos camino, salí pegado y cuando entramos en la recta los pasé.
Yo quería saber en qué posición venía Fangio, Juan se venía acomodando y me pasaba en la 12ª vuelta. Me quedé tranquilo, él tenía que parar para cargar nafta, para eso tenía un motor sobrealimentado que era insaciable. Yo tenía que pegarme a Juan, juntos hicimos casi treinta vueltas, recuperé la primera posición y Juan que tenía que meter otros 100 litros no podía impedirlo. Aunque él después volvía a ser segundo, no le alcanzó para ganarme, lo que sí recuerdo, es que al tercero, Villoresi, le sacamos dos vueltas”.
El excepcional piloto proveniente de la inagotable cantera de talentos que es patrimonio de Arrecifes, se ganó para siempre el derecho de entrar a las oficinas de Ferrari sin siquiera golpear la puerta…Lo que no es poco.
Las temporadas de 1952 y 1953 escriturarán a nombre de quien fuera el “Hijo” predilecto de Italia, Alberto Ascari, demostrando que el mejor, muchas veces es enemigo de la indulgencia.
En el momento que Ascari convirtió un doblete en el GP Inglés, González no quiso ser menos y volvió a vencer en la temporada 1954, para demostrar que lo suyo no fue mera casualidad.
A partir de la siguiente edición y hasta la temporada de 1987, la sede del GP , irá intercambiando entre los circuitos de Aintree y Brands Hatch.
Ganar en Silverstone, para cualquier piloto de competición tiene un sabor especial, el mismo que se siente al saborear el Champagne en Mónaco, Monza , Spa Francorchamps o el viejo y legendario Nurburgring.
Ni que hablar de lo que representa para un corredor Británico ganar en su propio hogar, placer que indudablemente sintió Peter Collins, al vencer en la edición de 1958, lamentablemente, para el Gentil hombre Inglés, esa sería su última victoria antes de encontrar la muerte dos semanas más tarde, en miras a disputarse el GP de Alemania.
Los creadores del Fútbol debieron esperar 19 años para ver a un ídolo de casa alzarse con el triunfo, en efecto, el “Melenudo Pop Idol” James Hunt, alguien que sabía qué cosa hacer realmente en un auto de carrera, vencería en la edición de 1977, para luego, entre seboso y malhumorado, retirarse de las competencias para efectuar actos de auto parodia.
En el año 1987, el “leon” Nigel Mansell, le regalaría a sus tifosis algo más que el triunfo en el circuito que lo vio nacer con el Kart, les estaba regalando la ilusión de un campeonato mundial luego de 11 años abstinencia.
Ese año, el título no escrituró a su nombre, pero si, el triunfo en las ediciones de 1991 y 1992.
Como una mueca burlona del destino, en una herida lacerante que todavía hoy no deja de sangrar, el mundo vio con cierto estupor cómo un Williams con la publicidad de Rothmans vencía el GP en el año 1994, en su copckit a cambio de un casco legendario, otro que nos arrancó una lágrima a fuerza de cierta reminiscencia, un apellido querible y una sonrisa al alcance de todos, Damon Hill anotaba su nombre donde su padre jamás pudo.
Foto F1
Otra fecha: Agosto 21, un lugar: Circuito de Brand Hatchs, bajo ese mismo cielo Británico que cobija a propios y extraños, una de las promesas emergentes más grandes que da Inglaterra en materia de pilotos se debate entre la vida y la muerte, Johnny Herbert, actual líder del campeonato de Fórmula 3000 es protagonista de un brutal accidente que lo pone entre la espada y la pared, o se mantiene con vida a raíz de la pérdida del pie izquierdo, con todo lo que ello conlleva en su profesión , o arriesga a salvar su maltrecho pie con el riesgo que su historia se asemeje a la de su ídolo de la infancia Ronnie Peterson, con la más cruel de las ironías.
La suya, será una historia que él contará de a poco, como la mitológica historia griega del Ave Fénix, Johnny, comenzará a correr los autos que le ofrezcan, lo hará con un Mazda en Le Mans, un Tyrrell en F1, hasta que los dividendos de un Bennetton que no era similar al de su compañero de equipo Michael Schumacher, le darán la gloria el 16 de julio de 1995, cuando, bajo ese mismo cielo, venció el GP de su casa, dándole una bofetada a ese destino burlón que atónito lo miraba sin parpadear.
El resto de la historia, sobre los pilotos Ingleses que sueñan con vencer el GP de Silverstone es bastante conocida, un prometedor Lewis Hamilton, lo hizo suyo en el año 2008, el mismo año que con su McLaren se alzó con el primero de sus cinco títulos mundiales, de aquí para allá, o de allá, hacia aquí, la historia dirá que suyas fueron las ediciones de 2014, 2015,2016 y 2017, como si tal cosa… ¿Le podemos pedir algo más?.