Ante su gente se impuso en una carrera marcada por la lluvia; Alonso y Gasly completaron el podio. Hubo bandera roja cuando restaban siete giros. Sainz salvó el honor de Ferrari a una semana de Monza.
La lluvia es protagonista de la temporada 2023 en la Fórmula Uno. Se cuenta con los dedeos de una mano los pocos fines de semana dónde no irrumpió. Sin embargo, en Zandvoort, tuvo una incidencia en carrera que no ocurrió en las fechas anteriores. Aún así, no detuvo la sed de victorias de Max Verstappen (Red Bull) quién aplastó a sus rivales bajo todas las condiciones climáticas en las dos horas veinticuatro minutos que duró el Gran Premio de los Países Bajos.
Una hora antes de la largada, los radares indicaban que una masa de agua caería sobre el trazado holandés. La prioridad de los pilotos era no cometer errores en la partida y escalar posiciones en caso de una neutralización por lluvia.
Fernando Alonso (Aston Martin, quinto) fue quién mejor interpretó esa estrategia. Al apagarse el semáforo, Verstappen picó en punta y frustró cualquier intento de Lando Norris (McLaren, segundo) de atacar en Tarzán. Mientras, el español, se aprovechó de la reacción tardía de Alex Albon (Williams, cuarto) y en el peralte de la curva 3 se coló por el interno de George Russell (Mercedes, tercero) que se había cubierto del tailandés.
La maniobra de Alonso sobre el británico tuvo el sello de su experiencia en IndyCar. Se lanzó al rebase por la parte inferior de la curva peraltada como si estuviera en un óvalo norteamericano.
Verstappen apeló a su libreto: apretar el acelerador y escapar. Pero la lluvia dijo presente antes de cumplirse la primera vuelta. Comenzaba otra carrera.
Sergio Pérez (Red Bull), Charles Leclerc (Ferrari), Zhou Guanyu (Alfa Romeo), Pierre Gasly (Alpine), Yuki Tsunoda (AlphaTauri) y el debutante Liam Lawson (AlphaTauri), fueron los primeros en ingresar a boxes para calzar neumáticos intermedios. Un giro después entrarían Verstappen, Alonso y Carlos Sainz (Ferrari); entre otros.
Inexplicablemente McLaren y Mercedes dejaron una vuelta más en pista a Lando Norris y Lewis Hamilton. Sus estrategas especularon con un Safety Car que nunca llegó; Andrea Stella y Toto Wolff lamentarían la desición.
Pasada la lluvia y con la pista secándose, en el noveno giro comenzaron los recambios por gomas blandas. Pérez, en primera posición, tenía a su compañero a cinco segundos. Para evitar la lucha, el box llamó al holandés para un undercut. Pasó lo que tenía que ocurrir. Cuando fue el turno del mexicano, Max recuperó el liderazgo e hizo lo que más le gusta: manejar los hilos de la carrera a su antojo.
El Safety Car provocado por Logan Sargeant -perdió el control del Williams en Mastersbocht y chocó contra el muro- ilusionaba un golpe de escena. Falsas expectativas. En el relanzamiento, Verstappen salió disparado dejando atrás a Checo y Alonso.
El Gran Premio cayó en la monotonía habitual cuando domina el holandés. El único momento interesante fue la lucha por la decimoquinta posición entre Leclerc y Lawson. El debutante fue la última humillación que soportó el monegasco en su tortuoso fin de semana. Con la Ferrari herida por un toque con Oscar Piastri (McLaren) en las primeras vueltas, padeció la misma pesadilla que Sainz en Bélgica. La Scuderia se apiadó de él y lo retiró en la vuelta 41.
El joven Lawson fue el primero en ser notificado por radio que una masa de agua, más fuerte que la primera, se acercaba a Zandvoort. Segundos después, Verstappen advirtió al Pit Wall que veía nubarrones negros sobre la zona de la playa. Los radares calculaban que en diez minutos caería la lluvia -cuando restarían entre 15 a 10 vueltas para la bandera a cuadros-.
Los pronósticos no fallaron. El agua volvió a caer sobre el circuito en el giro 59 y con mayor intensidad. Los pilotos ingresaron a boxes y cambiaron por intermedios. Nadie se atrevía a usar los extremos para lluvia. ¿El motivo? Era el indicio que una bandera roja podría ser inminente. La única excepción fue Esteban Ocon (Alpine) quién, en principio, mostró su disgusto por la decisión del equipo. Sorpresivamente, una vuelta después, reingresó Verstappen y calzó extremos; toda una señal de lo que se avecinaba.
El aguacero, el spray, una salida de pista de Pérez y Zhou chocando contra el muro -ambos incidentes en Tarzán– obligó a Dirección de Carrera a neutralizar la prueba a falta de siete vueltas.
Después de veinte minutos de espera, la carrera se reanudó en el giro 64 con rollin star -partida en movimiento-. Verstappen lideró el grupo seguido por Alonso, Pérez, Gasly, Sainz, Hamilton, Norris, Russell, Albon, Piastri, Ocon, Tsunoda, Stroll, Hülkenberg, Bottas, Lawson y Magnussen.
La esperanza del español de conquistar la esquiva victoria 33 se diluyó cuando el holandés volvió a salir disparado al ingresar en Arie Luyendyk Bocht. Alonso intentó no perderle pisada, al mismo tiempo, debía mantener a raya a Pérez que podía quitarle la posición para no caer demasiado en el clasificador por una penalización -excedió el límite de velocidad del Pit Line antes de la bandera roja-.
Max Verstappen cruzó la meta como amo y señor de Zandvoort. Fernando Alonso arribó segundo mientras que Pérez, producto de los cinco segundos de recargo, perdió el tercer escalón del podio ante Pierre Gasly de excelente carrera.
La última emoción lo brindaron Carlos Sainz y Lewis Hamilton. El español se defendió de los ataques del británico y pudo quedarse con la quinta posición. Un verdadero milagro con una Ferrari fuera de ritmo todo el fin de semana. Con Monza en el horizonte, Maranello tendrá cinco días agitados.
Los holandeses vivieron su fiesta. La ola naranja ovacionó a su hijo adoptivo que ganó su tercera carrera consecutiva en Zandvoort. Los reyes Guillermo y Máxima lo felicitaron en el parque cerrado y expresaron su admiración al principal embajador de los Países Bajos en el mundo.
Verstappen ingresa a la recta final por el tercer título mundial. Nunca bajó del podio en las catorce fechas que lleva la temporada. Conquistó once triunfos y los últimos nueve fueron consecutivos -igualó la marca de Sebastian Vettel que ostentaba desde 2013-. Lleva 138 puntos de ventaja en el campeonato cuando restan 225 en juego -sin contar el extra por vuelta rápida-. Y si faltara un dato más que lo motive, está a solo cinco victorias de igualar las 51 de Alain Prost.
