El holandés consiguió su primera victoria en Melbourne seguido por Hamilton y Alonso en un caótico final. Hubo tres banderas rojas, inavsión de pista y decisiones polémicas de la FIA.
La primera victoria de Max Verstappen en Melbourne no fue sencilla. Es sabido que el Albert Park nunca fue amable con el holandés. Lo que nadie pudo imaginar es que su camino al escalón más alto del podio estaría plagado de obstáculos que hicieron, del Gran Premio de Australia, un caos que solo la Fórmula Uno puede ofrecer.
Tres relanzamientos por bandera roja, un vacío reglamentario y erráticas decisiones de la FIA marcaron la tarde australiana. Como contrapeso, los duelos en pista y golpes de escena llevaron emoción a los aficionados que colmaron las gradas.
El primer golpe ocurrió en la largada. George Russell movió mucho mejor que el poleman Verstappen. El británico le ganó el interior y quedó al frente de la competencia. Veinticuatro horas antes, el propio Russell, anticipó que la clave para doblegar al Red Bull era en la primera curva. El campeón, sorprendido por el zarpazo del Mercedes, buscó el hueco para recuperar la posición. En la curva tres frenó tempranamente y Lewis Hamilton también le ganó el interno relegándolo al tercer lugar. En tres curvas, los británicos de Brackley se hicieron un festín.
Detrás de ellos comenzaba a reescribirse la carrera. Charles Leclerc intentó fabricar un hueco en la tercera variante por el flanco izquierdo de Lance Stroll. El Aston Martin no pudo evitar el contacto con la Ferrari y el monegasco terminó en la grava. El Safety Car salió a pista y Sergio Pérez, que largó desde boxes, volvió a ingresar para cambiar por neumáticos duros.
Luego de reiniciarse la carrera, en la vuelta siete, Alex Albon se fue de cola en la curva ocho. El Williams quedó atravesado entre el asfalto y la grava. Nuevamente el Safety Car. Tanto Russell como Carlos Sainz (perdió dos posiciones después de largar quinto) fueron llamados para cambiar a neumáticos duros y no parar hasta el final. Cuando salieron a pista, Dirección de Carrera lanzó bandera roja para limpiar la zona y acomodar las defensas. La estrategia de Mercedes y Ferrari quedó trunca.
El liderato quedó en manos de Hamilton secundado por Verstappen. En el relanzamiento desde la parrilla, nuevamente, el holandés fue sorprendido por un Mercedes. El británico tuvo mejores reflejos y mantuvo a raya al Red Bull. El liderazgo apenas lo mantuvo por tres giros. En la vuelta 11, Verstappen no tuvo piedad con el DRS y superó al siete veces campeón en el sector de alta velocidad del Albert Park.
A partir de ese momento, el actual monarca manejó los ritmos de carrera. Toda la atención se posó en Hamilton y los dieciséis coches que estaban en pista.
Sin la posibilidad de pelear con Verstappen, el británico se dedicó a manetener distancia de Fernando Alonso. El español buscó recortarle los dos segundos de diferencia para atacarlo con el DRS, pero el Mercedes tenía mejor ritmo que el Aston Martin. A su vez, el propio Alonso debía ser cuidadoso de su compatriota Sainz que había recuperado posiciones y defendía la cuarta posición de los ataques de Pierre Gasly (Alpine) con Stroll expectante detrás de ellos.
Nico Hulkenberg (Haas), Lando Norris (McLaren), Esteban Ocon (Alpine), Yuki Tsunoda (AlphaTauri) y Zhou Guanyu (Alfa Romeo) corrían una carrera paralela en la misión de capturar los puntos de la séptima a la décima colocación. Mientras que Pérez, conocido por su habilidad como gestor de neumáticos, remontaba posiciones imponiendo la superioridad del RB19.
Verstappen dominaba a su gusto y se entretuvo con la batalla de los cronos con Hamilton, Alonso, Sainz, Gasly y Pérez por el punto extra de la vuelta rápida.
Sin embargo, la tranquilidad del líder se alteró en la vuelta 46 con un subviraje en la penúltima curva que lo obligó a transitar por el césped. El holandés reportó dificultades con los frenos (problema similar que tuvo Checo el sábado). El despiste, que le hizo perder dos de los diez segundos de diferencia que tenía con Hamilton, era solo un anticipo de lo que se avecinaba.
A tres giros del final, Kevin Magnussen (Haas) se abrió demasiado en el radio de giro al salir de la primera curva y golpeó la rueda trasera derecha con el muro de la curva 2. El neumático estalló con el contacto y pedazos de aluminio de la llanta se desperdigaron por la pista. Zhou, que venía detrás del danés, pudo esquivar las esquirlas y los restos de caucho. Dirección de Carrera envió el Safety Car a pista pero, ante la dificultad de los auxiliares para limpiar la zona, optó por la bandera roja.
Confirmado que habría relanzamiento en grilla con dos vueltas de carrera, hubo malestar entre los pilotos por la decisión de neutralizar a poco de finalizar. Verstappen, uno de los que se manifestó abiertamente por radio, tenía que volver a sufrir con una partida luego de dos intentos fallidos.
La tercera fue la vencida. El holandés movió mejor que Hamilton a quién le tapó los espacios y aseguró el liderazgo. Pero Sainz, en la primera curva, se pasó levemente en la frenada y en el intento de superar a Alonso lo toca sin intención. El Aston Martin hizo un trompo quedando en el fondo del pelotón.
Entre las curvas uno y tres se produciría el caos. El embudo que generó la primera variante y el trompo de Alonso, obligó a Pérez a tirarse a la grava. Gasly, sorprendido, se abrió a la izquierda para no llevarse por delante varios autos. Al recuperar la cuerda no advirtió que su compañero Esteban Ocon estaba superándolo y lo encerró contra el muro; la colisión fue inevitable. Los dos Alpine chocaron y quedaron destruídos. Más atrás, Logan Sargeant (Williams) y Nyck De Vries (AlphaTauri) también colisionaban. Nueva bandera roja y cuatro abandonos.
Por tercera vez se neutralizaba la carrera. Durante veinte minutos hubo incertidumbre sobre la continuidad. El principal dilema de la FIA era como armar el orden de salida y que método de partida. Como restaba un giro, se haría vuelta de reconocimiento y bandera a cuadros al cruzar la línea de meta. Con respecto al orden se tomó la última vuelta antes del relanzamiento. La explicación de los oficales fue que antes de la bandera roja todos los coches no habían cruzado el límite del primer sector que toma la clasificación parcial.
El Gran Premio de Australia se reanudó y terminó con Max Verstappen en primer lugar, segundo Lewis Hamilton y Tercero Fernando Alonso (beneficiado con el reordenamiento de partida). Sainz fue penalizado con cinco segundos por el toque a su compatriota. Los comisarios alegaron que el Aston Martin estaba ligeramente por delante de la Ferrari al momento del contacto. Mientras que Gasly, a solo dos puntos negativos de cumplir una suspensión, se salvó de penalizar porque los oficiales interpretaron que la colisión con Ocon fue “un incidente de primera vuelta de carrera”.
Si le faltaba algo más a la tarde del Albert Park era una invasión del público cuando todavía circulaban los autos. Varios aficionados rodearon el coche de Hulkenberg que se detuvo en la curva dos para conservar combustible para la revisión técnica. La escena se agravó cuando los oficiales de pista advirtieron a Dirección de Carrera que el Haas estaba con la luz roja intermitente (potencial peligro de descarga eléctrica). La FIA se reunió de urgencia con los promotores quiénes admitieron fallas de seguridad y prometieron una investigación.
Pero la carrera no terminó con la bandera a cuadros y el podio. Hubo que esperar la resolución de una protesta de Haas por el último relanzamiento. Sostenían que debió realizarse con las posiciones al momento de salir la bandera roja (Hulkenberg hubiera partido tercero). Los comisarios desestimaron el reclamo y el clasificador del Gran Premio de Australia quedó confirmado. Eran las 23.15 horas en Melbourne.