Wolff cree que la supervivencia de las Sprint Qualifying queda supeditado si la última prueba en Interlagos resulta “emocionante”. El jefe de Mercedes propone una reorganización de la agenda del fin de semana sin incluir las carreras cortas y la reimplantación de la prueba de Tanques Llenos.
Jean Todt arrojó la primera piedra la semana pasada. Ahora es Toto Wolff quien exterioriza su escepticismo con las carreras Sprint. El actual formato (que tendrá su última prueba experimental en Interlagos), las propuestas de Liberty Media para mejorarlo (parrilla invertida o un Super Campeón) y la indiferencia, casi rechazo, de los aficionados; empezó a exteriorizar voces en los distintos estamentos de la Fórmula Uno.
“Si Brasil demuestra ser una carrera emocionante, entonces quizás haya ganas de continuar”, golpeó directo el Team Manager de Mercedes. La frase abre el interrogante si es un ultimátum de los jefes hacia la gerencia. La Sprint Qualifying no alcanzó todavía las expectativas. Su razón de ser era crear un atractivo que definiera la clasificación y forzar a los pilotos a recurrir a rebases para alcanzar los mejores lugares de la parrilla. Con este razonamiento, entendían Stefano Domenicali y compañía, habría más emociones y compensaría algunas orfandades de los domingos. Las Sprint de Silverstone y Monza fueron las mismas carreras monótonas de un Gran Premio convencional en versión small.
El otro punto débil del formato es su lugar en el cronograma del fin de semana. Directamente fue incrustado dentro del esquema tradicional que maneja la categoría: FP1 y Qualy (reemplaza a la FP2) el viernes; segunda tanda de ensayos libres (equivalente a una FP3) y Sprint Qualifying el sábado; y Gran Premio el domingo. A eso se suma que tras la clasificación del viernes los autos ingresan en régimen de parque cerrado. Todo este esquema desconcierta a los jefes.
Todt fue el primero en expresar su desconcierto por el desarrollo de la agenda con una Sprint. Los libres del sábado es una de las piedras en el zapato y no dudó en señalarlo abiertamente. Wolff continuó con la inquietud iniciada por el presidente de la FIA y dio un paso más audaz: directamente sugirió reorganizar el cronograma sin apelar a carreras Sprint. “Que empiece el viernes por la tarde con el FP1, un FP2 el sábado por la mañana, una clasificación convencional como lo hacemos nosotros y un Gran Premio fantástico el domingo”, sugirió.
Además, le gustaría desempolvar una vieja actividad que fue archivada a fines de los noventa: la sesión de Tanques Llenos. “Tal vez quieras hacer un calentamiento el domingo por la mañana, para agregar un poco más de espectáculo para la gente”, compartió Wolff. Insiste que “en cualquier caso, acortaría las sesiones de entrenamientos libres para que haya más variabilidad en los resultados, pero mantendría el resto como está“.
Todo indica que los jefes empiezan a tomar posición sobre la continuidad de las Sprint. Le darían la última oportunidad en Brasil (una fecha que, además, está en duda por las restricciones sanitarias). Después de Interlagos se sabrá el futuro de la gran apuesta, hasta ahora infructuosa, de Liberty. ¿La gerencia se animaría a forzar la realización en 2022 de las Sprint con la mayoría de los equipos en contra? Toto Wolff deja una respuesta que se lee entre líneas: “Tenemos demasiada responsabilidad por nuestro deporte como para limitarnos al estilo libre con los cambios regulatorios”.