El neerlandés tuvo dificultades en la partida pero en el cierre aprovechó el inconveniente de Leclerc con los neumáticos. “Fue más un juego de espera”, comentó.
Segunda estocada a Cherles Leclerc -la primera fue el viernes en Q3-. Max Verstappen le quitó, nuevamente, la primera posición al monegasco y partirá desde el primer lugar de la parrilla en Imola.
El campeón superó a Leclerc, en el segundo intento con DRS, cuando transitaban el último giro. Se lanzó al ataque cuando el box le comunicó que la Ferrari tenía problemas de graining en el neumático delantero derecho -el único vehículo que padeció ese problema con las gomas blandas-.
“Fue más un juego de espera porque cada vuelta parecía que la brecha o la diferencia entre los dos autos se hacía más grande en términos de tiempos de vuelta”, detalló el neerlandés a la televisión.
Si bien fue una entretenida definición, el comienzo no fue nada agradable. En la largada notificó a sus ingenieros que el Red Bull tenía problemas de tracción: “Terrible. Cuando solté el embrague, las ruedas giraron mucho y no hubo tracción. Así que mi comienzo fue muy pobre”. El inconveniente fue aprovechado por Leclerc. Lo superó sin dificultas antes de llegar a Tamburello y le arrebató la primera posición que mantuvo hasta la vuelta 20.
“Mi comienzo fue simplemente terrible. No tenía sincronización de marchas por alguna razón. Entonces, sí, necesito ver exactamente qué salió mal”, se sincera.
Volviendo a la definición en el último giro, reconoció que Leclerc “estaba luchando más con el granulado” que con él. Sin embargo, el problema de los neumáticos no evitó que ambos pilotos volvieran a regalar otro duelo en pista -como se vivieron en Bahrein y Arabia Saudita-. “El segundo intento tuvimos una pequeña batalla en la curva 2. Pero sí, claramente, tuvimos un poco más de ritmo al final de la carrera”, señaló Verstappen.