Verstappen gana en Mónaco arriesgando más de la cuenta

Verstappen gana en Mónaco arriesgando más de la cuenta

El holandés controló la carrera a su antojo pero, sobre el final, casi se estrella en Tabac. Alonso terminó segundo y Ocon tercero. La lluvia jugó un rol clave en la segunda parte del Gran Premio.

 

Ni la estrategia de neumáticos duros de Fernando Alonso, ni los rezagados y mucho menos la lluvia pudieron con Max Verstappen. El holandés dominó las calles de Mónaco bajo todas la formas de presión que pueda soportar un ser humano. Pero la victoria mostró su punto débil que pudo dejarlo con las manos vacías: su obsesión de ir a fondo con la carrera bajo control.

 

Monte Carlo es un Gran Premio de dos días. Comienza el sábado en la clasificación donde la posición de partida define el sesenta por ciento de la carrera. El otro cuarenta lo resuelve el piloto enfrentando dos instancias: la primera curva en la salida y no cometer errores.

 

El primer punto se resolvió con facilidad. Nadie quiso arriesgar en Sainte Devote. Verstappen movió bien su Red Bull mientras que Alonso se mantuvo conservador y cuidó que Esteban Ocon (Alpine) no lo sorprendiera. El resto del pelotón pasó, casi pidiendo permiso, por la curva más cerrada y estrecha que tiene la Fórmula Uno.

 

Verstappen sale bien en la largada, Alonso prefiere cuidarse de Ocon y no arriesgar en Sainte Devote. (Mark Sutton)
Verstappen sale bien en la largada, Alonso prefiere cuidarse de Ocon y no arriesgar en Sainte Devote. (Mark Sutton)

 

Pero lo que no ocurrió en Sainte Devote, pasó unos metros más adelante. Alex Albon (Williams) buscó superar a Lance Stroll en la subida del Casino y cerró el paso del canadiense. El contacto pinchó el neumático delantero izquierdo del Aston Martin. En la entrada de Mirabeau, el otro Williams, el de Logan Sargeant, era encerrado por el Haas de Nico Hülkenberg que lo superó por afuera en la bajada de Loews.

 

Mientras el pelotón del fondo se enmarañaba, Verstappen comenzaba a despegarse de Alonso. Ambos tenían distintos neumáticos. El holandés jugó a la lógica y calzó medios. El español apostó por los duros especulando con un overcut.

 

Las miradas se desviaron de los punteros hacía la tercera posición. Ocon intentaba escaparse de Carlos Sainz pero la Ferrari tenía mejor ritmo que el Alpine. Lo estrecho del circuito permite que un auto de menor rendimiento pueda contener a un coche superior; y el francés haría valer esa ventaja toda la carrera.

 

El pit stop de Verstappen. (Mark Sutton)
El pit stop de Verstappen. (Mark Sutton)

 

En la vuelta 10, la Ferrari comenzó a presionar al Alpine. Sainz vio una oportunidad en la salida del túnel y se lanzó por adentro en la Chicane, pero Ocon cerró bien su radio y el madrileño tuvo que bloquear. El ala izquierda de la Ferrari tocó la parte posterior del Alpine y se partió. Sainz pudo continuar y recibió un warning de los comisarios. En otro circuito hubiera tenido que ingresar a boxes para cambiar el morro, pero la baja carga aerodinámica da una segunda oportunidad en Mónaco -algo que no ocurre en otros lugares-.

 

La monotonía que se vivía en pista no se reflejaba en boxes. En Red Bull y Aston Martin los ingenieros hacían miles de cálculos para definir el pit stop de los punteros. Había algo seguro: Verstappen no entraría hasta que lo hiciera Alonso y Alonso no lo haría hasta varias vueltas después de Verstappen. El juego de las estrategias era desfavorable para el holandés. Sus neumáticos medios tendrían -según Pirelli– una vida últil de 30 a 38 giros, los duros de Alonso entre 53 y 58. Pero el líder del campeonato hizo añicos las proyecciones del proveedor oficial en Miami y estaba dispuesto a repetirlo.

 

Sin embargo, a falta de diez giros para que se cumplieran el máximo de utilidad de las cubiertas, reportó graining en su goma delantera izquierda. Además, se topó con la primera tanda de rezagados. Alonso aprovechó el contratiempo y comenzó a recortar distancia. Los diez segundos de diferencia se redujeron a seis y fracción.

 

Alonso persigue a Verstappen en Lowe. (Zak Mauger)
Alonso persigue a Verstappen en Loews. (Zak Mauger)

 

Si bien Verstappen controlaba la carrera, el riesgo de perder la punta en boxes era alto. Y cuando todo era una incógnita, la lluvia dijo presente. George Russell (Mercedes) advirtió por radio, en la vuelta 51, que divisaba gotas en la bajada del Casino. En menos de dos minutos, lo que eran unas gotas pasó a llovizna y rápidamente a lluvia.

 

La zona del Casino, Mirabeau, la horquilla de Loews y Portier se transformaron en un espejo de agua que cambió completamente la carrera. Varios pilotos no podían maniobrar con neumáticos de piso seco. Sainz, por ejemplo, perdió tracción trasera y se despistó en Mirabau -lo que le costó sus opciones de podio-.

 

Ocon leyó muy bien la situación y exigió a su ingeniero el cambio a intermedios. Lo mismo hizo Verstappen que ya no podía controlar el Red Bull. Sorprendentemente, Aston Martin colocó neumáticos medios a Alonso pensando que sería una lluvia pasajera. Pero el español estaba al borde del aquaplaning y lo hiceron regresar a boxes para calzarle gomas de piso húmedo -aun así, no perdió el segundo lugar pero el holandés se le escapó definitivamente-

 

Ocon defendiéndose de Sainz. (Mark Sutton)
Ocon defendiéndose de Sainz. (Mark Sutton)

 

Los neumáticos intermedios no garantizaban tranquilidad. Los pilotos tuvieron múltiples dificultades: Kevin Magnussen (Haas), Lance Stroll, Yuki Tsunoda (AlphaTauri) -que también lidió con problemas de frenos- y George Russell se fueron de largo en varios sectores.

 

El incidente más serio lo protagonizó Russell. Se pasó en Mirabeau  y cuando metió reversa para regresar a pista no vio el Red Bull de Sergio Pérez. El mexicano se lo llevó por delante sufriendo rotura del ala izquierda. Los comisarios recargaron al británico con cinco segundos de penalización por “reingreso inseguro”.

 

Durante quince vueltas el agua hizo sus travesuras y lo capitalizó Verstappen. Extendió la diferencia a 19 segundos con respecto a Alonso. Mientras que, por la tercera posición, Ocon mantenía a raya al Mercedes de Lewis Hamilton.

 

El podio de Mónaco. (Mark Sutton)
El podio de Mónaco. (Mark Sutton)

 

Verstappen controló los últimos diez giros a su modo. Aceleraba más de lo habitual en una carrera casi definida. Esa agresividad lo hizo derrapar en Tabac y rozó el lateral derecho contra las defensas. El susto le hizo bajar la adrenalina y llegó a la meta más relajado. ¿Para qué seguir arriesgando una victoria que trabajó de menor a mayor desde el viernes?

 

Alonso celebró el segundo puesto. Mónaco fue un reto mayúsculo para Aston Martin. Además, es el quinto podio del español sobre seis fechas disputadas. Mientras que para Ocon, el tercer lugar, fue tocar el cielo con las manos -no subía al palco de honor desde su increíble victoria en Hungría de 2021-.

 

Max Verstappen logró su cuarta gema de la temporada y se despega de Sergio Pérez en el campeonato. El mexicano vio arruinado su fin de semana con el accidente en la Qualy y se resignó a ver como su compañero le sacó 39 puntos de ventaja.

 

Clasificación del GP de Mónaco. (FOM / FIA)
Clasificación del GP de Mónaco. (FOM / FIA)