El holandés alcanzó su décima victoria consecutiva y superó la marca del alemán. Pérez segundo y Sainz tercero en una carrera donde fue protagonista de inicio a fin. El campeonato podría definirse en Japón o Qatar.
Max Verstappen quebró una nueva marca en la Fórmula Uno. Su décima victoria consecutiva, lograda esta tarde en el legendario Autodromo Nazionale di Monza, quebró el récord vigente desde 2013. El poseedor de la marca era, casualmente, otro producto original del universo Red Bull: Sebastian Vettel.
El holandés sigue controlando el campeonato, con puño de hierro, aunque su RB19 comienza a mostrar signos de debilidad propio del desgaste de una Unidad de Potencia que todavía no fue reemplazada.
El hecho que Carlos Sainz y su Ferrari -preparada especialmente para Monza– le marcara el camino en las primeras catorce vueltas, es una señal de alerta para Red Bull. El equipo austriaco deberá plantearse la sustitución de componentes mecánicos para recuperar el dominio absoluto en un fin de semana -desde la primera salida a pista del viernes hasta la bandera a cuadros-.
El Gran Premio de Italia empezó accidentado. En la vuelta previa, el AlphaTauri de Yuki Tsunoda comenzó a humear en la recta que enlaza Ascari con la Parabólica. El motor del AT03 murió antes de dar batalla y los comisarios no podían retirar el coche porque se trabó el comando. La partida debió ser abortada y hubo que aguardar veinte minutos para el inicio de la carrera.
Con dos vueltas menos, de las 53 pautadas, se apagaron las luces del semáforo. Sainz movió hacia su derecha para cubrir el interno. Verstappen acelró una milésima tarde y no pudo sorprender al español, la tardía reacción alentó a Charles Leclerc y casi le gana por adentro. Sin embargo, Verstappen pudo bloquear los flancos y evitó que el monegasco lo dejara tercero al ingresar en Rettifilo.
Sainz hizo lo que tenía que hacer: salió disparado en la punta. El español necesitaba sacarle más de un segundo de diferencia a Verstappen para quebrarle el DRS que se activaría a partir de la tercera vuelta. Casi lo logra en la segundo giro pero el Red Bull no le dio respiro. Una vez habilitado el DRS comenzaría el primero de los tres sufrimientos que padecería el español a lo largo de la competencia.
Verstappen, impaciente por superar a la Ferrari, estuvo a punto de repetir el incidente que tuvo con Lewis Hamilton en 2021. Ingresó a la primera variante, el mismo lugar del polémico accidente, muy ajustado por el exterior para rebasar al español. Al cerrarse para hacer el vértice casi engancha a Sainz y, al mismo tiempo, la mitad del Red Bull pasó por arriba del piano. De haber estado la banana disuasoria, que fue retirada el año pasado, hubiera saltado como aquella ocasión.
Mientras tanto, su compañero, Sergio Pérez, entabló una fuerte batalla por el cuarto lugar. Lanzó varios ataques a George Russell (Mercedes) pero este lograba contenerlo. En la vuelta trece era tan áspera la lucha que ambos encararon muy abiertos Rettifilo y se vieron forzados a cortar la chicana.
Finalmente, un giro más tarde, comenzaría a alinearse los planetas para Milton Keynes. Verstappen presionó a Sainz en la primera variante obligándolo a bloquear. En la salida, el Red Bull tenía mejor tracción que la Ferrari y se puso a la par en la Curva Grande. El español, por el interno, resistió ante un Verstappen que estaba asegurando la cuerda por el exterior antes del ingreso a Della Roggia. Sainz, sin margen para extender la frenada, cedió ante el embate del holandés.
Asegurado el liderazgo de la carrera, Verstappen se perdería en soledad y no se tendría noticias de él hasta la bandera a cuadros. Pérez, un giro después, dejaría atrás a Russell pero tendría más trabajo.
Si bien Monza es un trazado de alta velocidad, el DRS no garantiza una ventaja. Las dificultades para rebasar en recta y en el trayecto entre Lesmo y Ascari -las zonas donde se podía activar-, dejaban como única opción aprovechar los ingresos de los rivales a boxes.
Leclerc casi lo logra con su coequiper. El box demoró 3.3s en cambiar las cubiertas a Sainz y salió a la par del monegasco. Aún con neumáticos fríos, el español pudo contenerlo pero se convertiría en su principal amenaza por el resto de la carrera.
Lo mismo ocurrió entre Oscar Piastri y Lando Norris con otro final. Al salir el australiano de pits, el británico le ganó el exterior en Rettifilo; lo ajustado del giro llevó a un contacto entre ellos sin consecuencias. Otro que aprovechó una detención fue Fernando Alonso con Hamilton (el de Mercedes no pudo contener la atropellada del Aston Martin).
Con Verstappen corriendo su campeonato paralelo contra él mismo, la atención del público se focalizó en los grupos de lucha que se armaron en las últimas veinte vueltas.
El más notorio fue el conformado por Sainz (segundo), Leclerc (tercero) y Pérez (cuarto). El mexicano hizo valer la fuerza de tracción del RB19 en curva, pero le costó mucho superar a las Ferrari -en especial con Sainz-.
Otro grupo de batalla lo lideró Alex Albon. Tenía bajo control a Norris y a todo aquel que osara despojarlo de su sexta posición. Si bien perdió sobre el final a manos de Hamilton, el tailandés llevó al indescifrable Williams a un nuevo nivel -en Grove no logran encontrar el por qué del repentino salto de la intrascendencia al Top Diez-.
Poco antes de rebasar a Albon, Hamilton fue protagonista de una dura batalla con Piastri. Antes de llegar a Della Roggia, el británico barrió al australiano dejándolo sin margen para evitar el contacto. La colisión entre ambos perjudicó al McLaren que empezó a caer en el clasificador y el de Mercedes fue penalizado con cinco segundos.
Las últimas vueltas fueron protagonizadas por las Ferrari. A falta de cinco giros, Leclerc comenzó a atacar a Sainz. El español, sorprendido, tuvo que defenderse ante la insólita decisión del box de dejarlos competir. Incluso, el monegasco casi se lo lleva por delante en la primera variante haciendo peligrar el podio para Maranello.
Max Verstappen cruzó la meta como ganador del Gran Premio de Italia. Seis segundos después aparecería Sergio Pérez. Tercero arribó Carlos Sainz terminando un calvario que se inició desde la partida. No tuvo una sola vuelta de respiro: contuvo a los Red Bull y soportó el ataque de su compañero; defendiéndose con una gallardía nunca vista.
El español fue elegido“Piloto del día”. Y no es para menos. Fue el líder de Ferrari todo el fin de semana e invitó a soñar a los Tifosi con un escenario similar a 1988 (cuando los McLaren de Senna y Prost cayeron, y subieron al podio Berger y Alboreto). Lideró dos entrenamientos, hizo la pole y dio pelea a Verstappen y Pérez. ¿Algo más? Leclerc, después de la Qualy, reveló que usó el Set-Up del madrileño porque se equivocó en la configuración. La temprana degradación de los neumáticos que sufren los SF-23 le impidió a Sainz vencer a los Red Bull.
El campeonato ingresa en su etapa final. Verstappen lleva 149 puntos de ventaja sobre Pérez cuando restan 200 en juego -sin contar el bonus por vuelta rápida-. Le faltan 55 unidades para asegurarse el primer lugar de la tabla y 56 para levantar la tercera corona.
Todos los caminos al tricampeonato conducen a Japón o Qatar. El holandés está decidido a ganar todas las carreras que estén a su paso. Más allá del cartel que levantó un fan durante la ceremonia del podio, con humor y ruego, que decía: “Max, para de ganar”.