El holandés fue el poleman en Imola y se aseguró la salida de privilegio en un trazado de difícil rebase. “Hicimos algunos cambios finales antes de la clasificación”, comentó
Con los puños cerrados y mirando al suelo, Max Verstappen celebró la pole position en Imola. El gesto no tiene otra lectura: desahogo. El fin de semana estaba siendo muy difícil para Red Bull que no podía encontrar la estabilidad en el RB20.
El circuito Enzo y Dino Ferrari se convirtió en un enorme reto para el holandés y la escuadra de Milton Keynes. Los problemas de agarre y un andar nervioso del coche hicieron del viernes un infierno; y no querían repetirlo el sábado.
“[Ha sido] un fin de semana realmente difícil hasta ahora, incluso esta mañana [en los últimos entrenamientos]. Estoy increíblemente feliz de estar en la pole aquí, no me lo esperaba”, dijo el líder del campeonato al ser consultado por F1TV.
“Hicimos algunos cambios finales [en la puesta a punto del coche] antes de la clasificación, y parecieron hacerlo sentir un poco mejor, así que pude esforzarme un poco más”, agregó.
Casi al limite y exprimiendo el poderío del coche, Verstappen pudo colocar alta la vara y evitó que sus competidores pudieran alcanzarlo. Sin embargo, su desafiante no fue Charles Leclerc, como se esperaba, sino los McLaren. De la dupla de Woking, Oscar Piastri fue el que más cerca estuvo: +0.074s.
“Esta pista es increíble… En una vuelta de clasificación, estar al límite aquí, cerca de la grava… Toqué la grava en la última curva. ¡Todavía estoy bombeando, la adrenalina está muy, muy alta!”, explicó el holandés.
Max Verstappen se impuso en las últimas dos ediciones en Imola (2021 y 2022) y busca extender su dominio. Pero el objetivo es un verdadero reto porque, presumiblemente, al igual que en Miami, volverá a lidiar con la falta de ritmo.
El primer paso se cumplió: la pole. Ahora falta la estrategia para mantener el liderazgo durante 63 vueltas en un trazado de difícil rebase.