Tras arrollar en la Q3 penalizará cinco lugares por cambiar la caja de cambios. Partirá sexto y lo toma como una motivación extra: “Sigo apuntando a una victoria”.
Max Verstappen voló en el último stint de la Q3 en Spa-Francorchamps. El líder del campeonato le sacó más de ocho décimas a Charles Leclerc y se quedó con la pole.
Sin embargo, el holandés tenía en cuenta que ese no sería su lugar de partida. Ya sabía que Red Bull le cambaiaría la caja de cambios y penalizaría cinco puestos en la parrilla por superar el límite que estipula el regalmento -cuatro por temporada-.
No fue sencilla la clasificación para Verstappen. En la Q2 estuvo a punto de quedar eliminado por una mala vuelta y terminó décimo. “La Q2 estuvo cerca, tuve que abortar mi primera vuelta porque me abrí, luego dimos una vuelta lenta y perdimos bastante temperatura en los neumáticos, la pista se aceleró bastante rápido, así que estaba muy cerca”, explicó.
Pero la reivindicación llegaría en la Q3. Todas su stint fueron perfectos y el último pulverizaron los relojes de Spa.
“Tuvimos que arriesgarlo todo y estar en la pole que aquí se siente genial. Obviamente tenemos un coche de carreras muy bueno e incluso en estas condiciones complicadas pudimos demostrarlo de nuevo hoy”, dijo.
Lograr la salida de privilegio era fundamental para asegurarse la sexta posición al caer por la sanción. Incluso, partir desde atrás lo motiva más para el domingo: “El año pasado tuvimos más penalizaciones y comenzamos aún más atrás, pero el auto es mejor este año, por lo que sigo apuntando a una victoria. Definitivamente se siente como una segunda carrera en casa, crecí no muy lejos de aquí y es genial ver a tantos fanáticos”.