Era inminente un accidente que involucrara a Verstappen y Hamilton. Un incidente que debe ser un llamado de atención para la FIA.
Fue el toque más esperado de la temporada. Dentro de la Fórmula Uno se especulaba cuando podría ocurrir el encontronazo entre Max Verstappen y Lewis Hamilton. Y lamentablemente llegó el día. Decimos “lamentablemente” porque la Máxima Categoría nos enseñó, a quiénes seguimos desde pequeños la F1, que un choque esperado (en un duelo muy promocionado) no termina de la mejor manera. Y no fue la excepción: el líder del campeonato terminó en el hospital y un coche destruido sin posibilidad de recuperarlo.
Explicar la maniobra se resume en pocas palabras: Hamilton quiso pasar por un hueco que solo él vio. Para entender qué hizo el británico y el por qué es lo que intentaremos desmenuzar.
En primer lugar hay que observar la zona donde ocurrió el accidente. La curva Copse es una variante cerrada hacia la derecha, a la cual se llega desde una recta de alta velocidad. Es casi imposible que dos autos puedan girar a la par sin consecuencias para uno u ambos contendientes.
En segundo lugar tomemos la acción de Verstappen. El neerlandés, a pesar de la presión de Hamilton, realizó el radio de giro como es habitual en esa variante. Se abrió unos metros antes, de derecha a izquierda, y luego comenzó el cierre hacia la derecha para ingresar a la curva. Posiblemente no intuía que Hamilton lanzara un arriesgado rebase por adentro que podría terminar con los dos autos afuera.
En tercer lugar analicemos la maniobra del británico. Promediando la recta anterior a Copse, Hamilton se abrió por la izquierda de Verstappen y, rápidamente, cambió de trayectoria cuando el Red Bull se abrió para realizar el radio de giro. Es ahí que el Mercedes sale a la búsqueda del hueco pero no tenía espacio suficiente para girar correctamente (con el inevitable contacto entre la rueda delantera izquierda de Hamilton y la trasera derecha del Red Bull). El resto de la historia es conocida.
En Mercedes sostienen que el error fue de Verstappen. Incluso el británico se defendió en el podio: “Creo que le he dado espacio”.
¿Hubo mala intención de Hamilton en la maniobra?. La mala intención no se debe medir si el piloto acciona o manifiesta deliberadamente una acción antideportiva. También se debe interpretar en los pasos que siguió y la experiencia del piloto. Hamilton conoce el circuito. Sabe que Copse es cerrada y que un rueda contra rueda es imposible. Por lo tanto puso en riesgo la integridad física de ambos. La fortuna estuvo de su lado mientras que Verstappen llevó la peor parte.
Tres horas después de finalizada la carrera, Hamilton, subió un mensaje en Twitter: “Hoy es un recordatorio de los peligros de este deporte. Le envío mis mejores deseos a Max, que es un competidor increíble. Me alegra saber que está bien. Siempre correré duro pero siempre de forma justa (…)”.
Sin autocritica ni admitiendo responsabilidad, continúa defendiendo su postura. Un siete veces campeón del mundo no debe tomar esa actitud. La arriesgada y peligrosa maniobra dejó múltiples consecuencias.
Para Max Verstappen fue el peor accidente de su carrera (terminó en un hospital por precaución). A Red Bull le cuesta un auto (Christian Horner informó que es irrecuperable y deben construir un chasis nuevo). A la FIA le cayó un mar de críticas por la penalización de 10 segundos ante la magnitud del accidente (solo recordar que a Räikkönen le dieron 20 segundos por embestir a Vettel en Austria). A la categoría (léase Liberty Media) una mala imagen por los festejos del final cuando había incertidumbre sobre el estado de salud del neerlandés.
El accidente es un llamado de atención. La FIA deberá revisar sus reglamentos y modificar sus posturas a la hora de aplicar sanciones.
La colisión entre Verstappen y Hamilton se convirtió en un punto de inflexión en el campeonato que puede acarrear consecuencias en el futuro. Y todavía faltan 13 fechas.