Verstappen y Red Bull rinden triubuto a Mateschitz

Verstappen y Red Bull rinden triubuto a Mateschitz

Un día después de la muerte de su fundador, Red Bull conquistó el título de Constructores después de nueve años. Verstappen tuvo una mala parada en boxes y debió remontar para quedarse con la victoria.

 

Fue el mejor homenaje a la memoria de Dietrich Mateschitz a veinticuatro horas de su partida. A muchos le vino el recuerdo del Gran Premio de Italia de 1988 cuando, en Monza, Gerhard Berger y Michele Alboreto conseguían un increíble 1-2 para Ferrari al cumplirse un mes de la muerte de Don Enzo. 34 años después, en el circuito texano de Austin, volvería a repetirse el ritual pagano. Max Verstappen y Red Bull le ofrendaron, al padre del toro austriaco, la victoria y el título de constructores que era esquivo hace nueve años.

 

El Gran Premio de los Estados Unidos estaba destinado a ser otra carrera monótona del campeón del mundo. A pesar de largar en segundo lugar, se intuía que le arrebataría la primera posición al poleman Carlos Sainz. El Red Bull le ganó el interior a la Ferrari y en la primera curva ya era el líder de la carrera.

 

Verstappen en la punta mientras Sainz hace trompo tras ser embestido por Russell. (Andy Hone)
Verstappen en la punta mientras Sainz hace trompo tras ser embestido por Russell. (Andy Hone)

 

Sin embargo, los imprevistos jugarían un papel fundamental como aquella carrera en Monza. Otros actores reemplazarían a los McLaren de Alain Prost y Ayrton Senna que padecieron, en ese momento, de la mala suerte. En los primeros metros, George Russell intentó superar a su compañero Lewis Hamilton por el interior de la curva 1, pero se excedió en la frenada llevándose por delante a Sainz. La Ferrari del español quedó herida de muerte y solo pudo girar una vuelta más antes de abandonar. Russell sería penalizado con cinco segundos.

 

Sin Sainz que pudiera molestar en los espejos y con Hamilton a bordo de un Mercedes que no representaba una amenza para el Red Bull, Verstappen se disponía a dominar a su antojo. Solamente las quejas del neerlandés sobre el viento que atravesaba el circuito rompían la tranquilidad.

 

El Safety Car, para que los comisarios pudieran retirar el Alfa Romeo de Valterri Bottas, que se encajó en la grava de la curva 19 por un despiste, cambió el rumbo de la competencia.

 

En el relanzamiento, un choque entre Fernando Alonso y Lance Stroll dejó sin respiro a los aficionados. El español aprovechó el rebufo para superar a su futuro compañero de equipo. El canadiense movió tardiamente para ceder el paso y el español no pudo evitar la colisión. La parte delantera derecha del Alpine se montó sobre el neumático trasero izquierdo del Aston Martin. El coche de Alonso voló, en un ángulo de 45 grados, para caer sobre sus cuatro ruedas. La fortuna evitó que el monoplaza se estrellara contra el guard rail.

 

Verstappen sacando diferencia a Hamilton en las primeras vueltas. (Andy Hone)
Verstappen sacando diferencia a Hamilton en las primeras vueltas. (Andy Hone)

 

Con el nuevo relanzamiento, en la vuelta 26, comenzaba el juego de las estrategias. Mercedes estaba confiado que podía ganarle la pulseada a Milton Keynes y apostó por un undercut de Hamilton en el giro 35. Verstappen apretó el acelerador para anular el ataque. Sin embargo, durante el pit stop del neerlandés, un problema con una pistola neumática extendió su parada a 11.1 segundos. El campeón del mundo, hecho una furia con su equipo, regresó a pista para llevarse a todos por delante.

 

La primera presa fue Charles Leclerc. Virtual segundo en el clasificador, tras remontar desde la decimosegunda posición, resistió con uñas y dientes el primer ataque del Red Bull por el interior de la curva 1. La lucha no terminó allí. Verstappen volvió a repetir la maniobra en la curva 12 y esta vez pudo superar al monegasco e ir por Hamilton. A pesar de la diferencia de ritmo, la Ferrari se pegó a la cola del Red Bull por varias vueltas.

 

Como un toro embravecido, haciendo honor a la marca, le descontaba al británico entre 1 y 3 décimas por vuelta. A esa altura, nadie dudaba que la bandera de los Países Bajos se elevaría en lo más alto del podio de Austin.

 

A falta de seis giros, Verstappen, impuso la superioridad del Red Bull sobre el Mercedes y recuperó el liderato de la carrera. Hamilton intentó dar pelea con el DRS pero no podía darle caza. Aún quedaba una posibilidad.

 

Verstappen, trofeo en mano, celebra la victoria en el podio. (Andy Hone)
Verstappen, trofeo en mano, celebra la victoria en el podio. (Andy Hone)

 

Dirección de Carrera notificó al neerlandés que había llegado al límite de tres Track Limit. Enterado Hamilton, presionó para forzar el error y que le cayera un recargo de cinco segundos. La ilusión duró poco, el británico también fue advertido por superar el límite de pista y abortó la última oportunidad para ganar la carrera; su primera de la temporada.

 

Con la victoria asegurada, solo restaba administrar el ritmo. El primer lugar y la cuarta posición de Sergio Pérez, que corrió sin el endplate del ala derecha -lo perdió después de un toque con Bottas en la primera vuelta-, sumaron los puntos necesarios para que regresara el título de Constructores a Milton Keynes.

 

En 1988, la diosa fortuna le permitió a Maranello rendir tributo a Enzo Ferrari. 34 años después, la diosa fortuna y la furia enceguecida de Verstappen, permitieron la última ofrenda de Red Bull a su creador: Dietrich Mateschitz.