Red Bull ordenó abortar su último intento de una vuelta rápida en la clasificación en Marina Bay. Como resultado, el holandés largará desde el octavo lugar.
Max Verstappen tuvo que abortar su último intento de vuelta rápida en la clasificación de F1 para el GP de Singapur, este sábado (1). Después de hacerlo bien en los dos primeros sectores y mostrar la promesa de un gran tiempo, el holandés escuchó instrucciones de Red Bull, por radio, para no completar el giro y mandar su RB18 al garaje.
Sin entender, el actual campeón mundial mostró mucha irritación que pudimos escuchar en la radio: “¿Qué demonios es eso? ¿Qué demonios es eso? ¿Qué m****a me estás diciendo? Increíble, no puedo entender. ¿De qué diablos se trata esto?”, preguntó. Con la decisión de Red Bull, Verstappen terminó la clasificación solo en octavo lugar.
Christian Horner, jefe de Red Bull, respondió al holandés que le explicaría lo sucedido en el garaje. Y la justificación, entonces, llegó a los oídos de la prensa: el equipo de energía calculó mal la cantidad de combustible disponible en el RB18 de Verstappen, que eventualmente se quedaría sin ningún residuo en el tanque, sin siquiera poder proporcionar la muestra obligatoria a la FIA. después de la carrera clasificación.
“Me sentí bien en la vuelta anterior, pero luego (el equipo) me pidió que abortara y eso está bien, lo hicimos. Luego, en la última vuelta, me dijeron que entrara en boxes y me di cuenta de lo que iba a pasar. Nos quedamos sin combustible. Es increíblemente frustrante y no debería suceder. Cuando no llenas el auto o no planeas dar seis vueltas, lo mínimo que tienes que hacer es monitorear la situación durante la sesión”.
“Deberíamos haber visto esto mucho antes. No estoy feliz en este momento. Por supuesto, siempre es un trabajo de equipo. Puedo cometer errores, el equipo puede cometer errores, pero eso nunca es aceptable. Aprenderemos de esto, pero es un error muy grande, para ser honesto. No debería haber sucedido”, agregó el piloto enfurecido.