El alemán dio detalles de los buenos y los malos momentos de su paso por Maranello.
La historia de Sebastian Vettel dentro de la F1 ha tenido varios capítulos bien diferenciados entre sí. Luego de su irrupción en el equipo BMW Sauber tras el espectacular accidente sufrido por el polaco Robert Kubica en el Gran Premio de Canadá de 2007, Vettel fue incorporado a las filas de Toro Rosso con actuaciones brillantes que incluyen la victoria en el Gran Premio de Italia de 2008 bajo una pertinaz lluvia demostrando un manejo aplicado e impecable, hecho que promovió formar parte al año siguiente de la escudería austríaca Red Bull, equipo que le daría la oportunidad de ser campeón mundial por cuatro temporadas de forma consecutiva entre 2010 y 2013.
Para el año 2014 y con el advenimiento de la ‘era híbrida’, Vettel experimenta una situación muy similar a vivida por el británico Lewis Hamilton durante 2022, no logrando destacarse en pista, sintiéndose incómodo con el cambio reglamentario, perdiendo la lucha interna contra su joven compañero de equipo Daniel Ricciardo (ganador de tres grandes premios durante este 2014) y comunicando en voz baja desde mediados de año que no renovará su vínculo con el ‘team’ de la bebida energética y sí aceptará el ofrecimiento de Ferrari, buscando un necesario cambio de aire, además de un contrato más sustancioso.
Arribado al equipo del Cavallino, el oriundo de Heppenheim disputa 6 temporadas con dispares resultados, siendo el punto cúlmine la temporada 2018 donde puntea gran parte del campeonato para sucumbir, finalmente, ante un implacable Hamilton que aprovecha uno tras otro los sucesivos errores del teutón y de la propia escudería ‘roja’ para alzarse con su quinta corona. Muchos creen que la debacle de aquél año comenzó tras el despiste en Hockenheim cuando lideraba cómodamente la competencia. En una entrevista reciente, Seb rememoró la maniobra fallida reconociendo su error:
“Realmente, como se terminó definiendo el campeonato, no cambiaría nada. Frené temprano en la parte del estadio, pero tenía que haberlo hecho antes. Creo que, en líneas generales, nunca sentí una presión adicional cuando era piloto de Ferrari, pero sí me sentí presionado por mis propias expectativas y por querer tener éxito allí”, explicó.
De hecho, esta confesión del tetracampeón no hace más que confirmar lo que muchos especialistas advertían en ese momento, Vettel vivió situaciones de mucha tensión dentro de la escuadra italiana a causa de la presión que se autoimponía. Tal vez, por el cariño que Sebastian siente por Ferrari y todo lo que rodea a la escudería expresa pesar por la gran oportunidad perdida, no obstante prefiere quedarse con todo lo positivo que le tocó vivir, especialmente en materia de relaciones humanas:
“Hay muchas razones por las que no tuve éxito, hay cosas que no hice porque podría no haber funcionado, pero al final de todo, estoy muy feliz y en paz con lo que logramos. Por supuesto, mirando hacia atrás, tomó tiempo recuperarse. Me divertí mucho con el equipo, creo que tengo una conexión emocional muy fuerte con Italia, con los italianos y con Ferrari como marca. Fue un privilegio correr para Ferrari, pasamos grandes momentos juntos. Hay tantos recuerdos y tantos amigos que hice, y los guardaré para siempre”, finalizó.